Los controles de crucero adaptativos continúan su evolución

Igor Zamorano

26 de junio de 2008

A estas alturas poco gente no sabe que es el Control de Crucero. Por si hay algún despistado lo recordamos. Se trata de un sistema que ya casi todos los coches traen de serie y que nos permite mantener una velocidad constante previamente fijada por el conductor. Este control puede ser desactivado si se desconecta manualmente o si pisamos el freno. El angunos casos, dependiendo de la marca del vehículo, también puede ser desconectado si se pisa el acelerador.

El Control de Crucero Adaptativo es una evolución del anterior. El control de crucero no tenía en cuenta el tráfico a la hora de mantener esa velocidad, y tenía que ser el conductor el que lo acoplara a las necesidades de la vía. En el caso del adaptativo esta variable se corrige. Una serie de radares se encargan de detectar el tráfico en la vía. De modo que si detecta un coche que nos precede éste adecuará la velocidad, manteniendo siempre la distancia de seguridad. Una vez el coche desaparezca, volverá a aumentar la velocidad hasta llegar a la que teníamos prefijada.

La última evolución de los controles de crucero adaptativo, es el Braking Guard a cargo de los alemanes de Audi. El control avisa al conductor cuando el vehículo que le precede frena bruscamente. Con este aviso el sistema activa a un conductor despistado en dos fases para que tome medidas. Una medida con la que se espera reducir el porcentaje de accidentes provocados por el cansancio y la falta de concentración. Pero antes de que esto ocurra un display se encargará de mostrarnos en cada momento si la distancia que mantenemos con el coche que se encuentra delante de nosotros es la adecuada o no.

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La primera fase consiste en el aviso al conductor. Un símbolo rojo en el cuadro de instrumentos a la que se asocia una señal acústica, mientras el sistema se encarga de que el sistema de frenado tenga la presión adecuada. Si lo anterior no es suficiente para que el conductor se percate de ese peligro, el sistema se encarga de realizar una sacudida. Algo más que suficiente para que el conductor perciba la situación de peligro.

Esta sería una nueva evolución, aunque lo que realmente se espera es que estos controles de velocidad adaptativa lleguen hasta un nivel de autonomía total que permita la parada en caso de una emergencia. Aunque dadas las múltiples variables a las que pueden someterse, por el momento habrá que seguir trabajando en ello. Eso sí, nunca olvidemos que estos sistemas no, repito no, son pilotos automáticos. Son ayudas a la conducción que nos hacen que ésta se convierta en algo más cómodo y tranquilo, pero que nunca en algo por lo que debamos relajarnos

Vía | Elmundomotor
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