El tema que tratamos hoy puede resultar un poco controvertido, y habrá opiniones en uno y otro sentido. Desde luego es un asunto, como tantos otros, que se puede poner sobre la mesa y debatir, puesto que las normas de circulación pueden cambiar o adaptarse a los nuevos tiempos, si así decidimos que se haga.
Me refiero a los semáforos en rojo y cómo afectan a los ciclistas y a la seguridad de los ciclistas los primeros, y de todos los usuarios de la vía también. Hace un mes aproximadamente estuve en Barcelona y me di cuenta de cómo se utilizaba la bicicleta notablemente más que por ejemplo en Madrid, pero también observé acciones y comportamientos peligrosos.
De hecho cruzando una calle por un paso de peatones controlado por semáforo, y estando este en verde para los peatones, me llevé un buen susto cuando un ciclista poco prudente se cruzó en mi trayectoria bastante rápido y casi me atropella (y no lo hizo porque yo estaba atento y me detuve en seco, menos mal).
A diferencia de los automóviles que estaban detenidos frente al semáforo en rojo, este ciclista decidió por su cuenta y riesgo, pero no solo suyo, sino también de los demás, no sé si tendría mucha prisa o qué le pasaría, que no tenía por qué pararse, ni respetar a los peatones a los que les correspondía el turno para pasar, y siguió adelante, con bastante peligro.
Las bicicletas tienen que respetar los semáforos en rojo como los demás
Por supuesto que no debemos generalizar ni pensar que porque uno o dos ciclistas imprudentes pasen en un cruce con el semáforo en rojo eso significa que lo hagan todos, no se me malinterprete. Pero si hay comportamientos inadecuados o peligrosos, para el propio ciclista, o para otros usuarios de la vía más vulnerables, como es el caso de los peatones, debemos llamar la atención y cortar tal comportamiento lo antes posible.
Ahora mismo una bicicleta que circule por una calle tiene la misma consideración que cualquier otro vehículo, aunque esa bicicleta no tenga motor. Debe cumplir y respetar todas las normas del reglamento general de circulación, y por supuesto tiene que respetar un semáforo en rojo, y el resto de señales, como si fuera un coche o una moto, y tiene que respetar la prioridad de los peatones cuando estén cruzando una calle por un paso de peatones.
Las bicicletas tiene que circular por la calzada, por el carril más a la derecha posible, o bien por el carril bici si existe. Deben respetar una velocidad máxima de 45 km/h, o la máxima específica, no pueden circular en sentido contrario, tienen la misma limitación de tasa de alcoholemia que cualquier otro conductor y tienen que llevar iluminación si circulan de noche, entre otras cosas.
La base fundamental para que en un entorno reducido que tiene que ser compartido por muchos usuarios, como son las calles de una ciudad, por las que pasan miles de peatones, de ciclistas, de motos, de coches, de furgones y de autobuses, es que se mantenga un orden y respetemos todos unas normas de convivencia y respeto.
A debate: que los ciclistas puedan interpretar un semáforo en rojo como un ceda el paso
Al hilo de este asunto, no quiero dejar pasar la ocasión sin recordar que esta relación entre los ciclistas y los semáforos en rojo se está debatiendo. Y de hecho en algunos países como Francia o Bélgica se ha dado un paso adelante.
Algunos organismos aquí en España, como el observatorio urbano de la bicicleta, proponen que los ciclistas no tengan que detenerse en un semáforo en rojo, y puedan seguir adelante, interpretándolo eso sí como un ceda el paso, es deci, siempre que no vengan otros vehículos ni haya peatones cruzando la calle. Por ahora suele hablarse de esta excepción en las calles pacificadas, con tráfico calmado y una velocidad máxima de 30 km/h, y siempre indicándose en cada semáforo en concreto la excepción.
Se suele argumentar que así el uso de la bicicleta se incentivaría pues se perdería menos tiempo en los desplazamientos y sería todavía más rápida para llegar al destino, y por tanto resultaría más interesante su uso en ciudad y más gente se apuntaría a la bici como medio de transporte alternativo.
A priori no suena mal, pero me pregunto si esta medida en verdad se podría aplicar en la práctica con suficientes garantías de seguridad para todos, que es lo que debería primar por delante de si se ahorran unos minutos de desplazamiento. Pero si finalmente se modificase el reglamento y se recogiese esta excepción, lo que no puede faltar ni fallar nunca es educación vial.
Fotografía | Benson Kua (Wikimedia Commons)
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