Poco a poco vamos recogiendo más iniciativas realizadas en el marco del proyecto ROSYPE (ROad Safety for Young People in Europe). Las últimas acciones nos permiten llegar algo más allá en la Educación Vial, y para poner nombres y caras a estos eventos hoy nos trasladamos hasta Valladolid y Donostia – San Sebastián.
De esta manera, abordaremos hoy tres aspectos diferentes. De un lado, una campaña de sensibilización por el uso del casco cuando se monta en bicicleta. Después veremos cómo la Educación Vial entronca perfectamente con un concepto mucho más amplio, que es la educación en valores, y acabaremos con una visita a las dependencias de la Universidad, donde ROSYPE también llevó a cabo un papel esencial.
Comenzamos por la acción de concienciación del uso del casco, desarrollada en Arroyo de la Encomienda, Simancas, Laguna de Duero y Valladolid con niños de 11 a 12 años. En ella participaron colegios que habitualmente trabajan con las policías locales y sus respectivos ayuntamientos en la formación vial de los alumnos.
Esta actuación se realizó con más de 750 niños, y como viene siendo habitual en las acciones de ROSYPE, a todos los participantes se les regaló un casco para que lo utilicen cuando monten en bicicleta y para pongan en práctica la recomendación que recibieron en los talleres, ya que la cabeza es una de las partes mas afectadas en caso de caída.
Educación en valores, más allá de la Educación Vial
Hace algunos años, hablamos de la educación a secas como base para la educación vial. Ahora, el proyecto ROSYPE aborda la educación en valores como base necesaria para la Educación Vial en mayúscula, como materia que es. No es la primera vez que vemos esta preocupación por la educación en valores, ya hablamos de una acción de ROSYPE centrada en niños afectados por síndrome de Down. Y también como fruto de esa voluntad integradora, en Donostia – San Sebastián se llevó a cabo una actividad dirigida a niños… con la idea de llegar indirectamente a padres, tíos, abuelos…
La jornada, diseñada para niños de edades comprendidas entre 6 y 12 años y organizada con la colaboración de Fundación Adecco, tenía dos objetivos principales: por un lado, transmitir Educación Vial a los niños; y por otro, impulsar y favorecer la diversidad ayudando a la integración de los colectivos menos representados de la sociedad, promoviendo la convivencia desde el respeto.
En la explanada del acceso principal del estadio de Anoeta se situó un circuito con tres zonas diferenciadas:
* una carpa de formación, donde se impartían las nociones básicas de seguridad vial;
* un circuito de karts con todas las señalizaciones horizontales y verticales que tenemos en la calle;
* una zona llamada «ponte en su lugar», donde los niños podían experimentar los problemas y barreras que se encuentran habitualmente una persona ciega o en silla de ruedas.
Por último, rodeando todo el parque, había un circuito en forma de velódromo en el que se podían conducir handbikes como auténticos profesionales de este deporte.
Más de 200 escolares disfrutaron y aprendieron en compañía de los monitores, la Policía Municipal y Bibendum, el muñeco Michelin. También estuvieron presentes los deportistas Richard Oribe (nadador paralímpico), Gustavo Molina (profesional de handbike), Javier Conde (atleta paralímpico) y Amador Granados (ciclista paralímpico).
ROSYPE en la Universidad de Valladolid
Y volvemos a Valladolid, concretamente a su universidad, para hablar de la tercera acción de ROSYPE. En este caso nos referimos a la VI Semana de la Seguridad Vial, organizada por la Universidad de Valladolid. Michelin colaboró con el evento y su principal aportación fue la instalación del simulador de conducción, un Audi TT, en el Escuela de Ingenieros del Paseo del Cauce.
Los estudiantes que participaron en la acción formativa pudieron comprobar la importancia de llevar unas presiones de inflado correctas y las consecuencias que estas tienen sobre la conducción y seguridad del vehículo. En el campus Miguel Delibes y durante dos jornadas se realizó una campaña de control de presiones a los vehículos utilizados por los estudiantes como medio de transporte. También se trató el uso del cinturón de seguridad. Más de 690 jóvenes participaron en estas acciones.
De todas las actividades realizadas dentro del proyecto ROSYPE, es de esperar que poco a poco vaya surgiendo una mayor conciencia vial. Las acciones formativas que se realizan hoy son básicas para la seguridad de los nuevos conductores. De ahí que el proyecto ROSYPE haya abundado en la Educación Vial orientada a niños y jóvenes de 6 a 25 años, con la perspectiva más global posible.