Hoy quiero hablar de una situación acaecida ayer mismo. Os pongo en situación. Operación retorno del puente del Día del Padre en la Comunidad de Madrid. La A5 – Carretera de Extremadura sufre los habituales atascos en sentido entrada a la capital y con muy buen criterio la autoridad competente, ya sea DGT o Guardia Civil, decide colocar un carril adicional para descongestionar, en la medida de lo posible, el denso tráfico.
Yo, usuario en esos momentos de la vía, oigo con bastante alegría las informaciones que en las distintas emisoras de radio la DGT proclama. Tráfico fluido y ya sin incidencias que destacar. Un trayecto sin retenciones pensé. Ahí comenzó mi error. Dando por supuesto que las retenciones habían llegado a su fin y sumado que el carril adicional continúa activo entre los diecisiete kilómetros que van desde el kilómetro 52 al 35 decreciente, decido seguir por la dirección habitual. Si con dos carriles la circulación está bien, con tres estará todavía mejor, ¿no?.
Ahí comienza la penuria. Incompresiblemente y contrariamente a lo informado por la DGT, la carretera sufre retenciones continúas, invirtiendo casi una hora en realizar esos 17 kilómetros comentados. Con el mosqueo pertinente, uno por el atasco, dos por no tomar el carril adicional que fluye totalmente descongestionado, continuo mi trayecto pacientemente. Al fin y al cabo no me queda otra.
Pero el mosqueo aumenta cuando al llegar al kilómetro 35 me percato que los 17 kilómetros de atasco, con mayúsculas, son provocados porque la DGT – Guardia Civil, ha decidido cerrar el carril adicional en un punto de dos carriles, justo ubicado para dar servicio a la autovía de peaje R5, creando un embudo que ralentiza por completo la circulación de los dos carriles “principales”. Una entrada 500 metros antes de que la vía multiplique por dos el número de carriles, llegando a cuatro. Mi cara en esos momentos era un poema.
La teoría es clara. El carril adicional sirve principalmente para agilizar el tráfico. Pero de que sirve éste si provoca empeorar el resto de la circulación. Un simple carril retrasando la circulación de los otros dos. ¿Uno por el precio de dos?.
Foto | El Mundo