La conducción eficiente se rige por una serie de reglas sencillas para conseguir: un bajo consumo de carburante, reducir la contaminación, mayor comodidad a la hora de conducir y disminuir riesgos en la carretera. Unas reglas eficaces que tratan de aprovechar las posibilidades que ofrecen las tecnologías de los nuevos vehículos.
Pues bien, si tenemos en cuenta que el vehículo es una máquina de consumo, independientemente del comportamiento del conductor y su manera de conducir, el coste será aún mayor si no tenemos en cuenta las cuatro resistencias opuestas al avance del vehículo relacionadas con el estado de sus neumáticos, peso, carga, dimensiones, etcétera… Pero, veamos más detalles.
Las resistencias al avance del vehículo
La resistencia aerodinámica aplicada a un vehículo, se expresa como la fuerza que necesita para moverse sin tener en cuenta el rozamiento con el suelo. Ésta, dependerá de las dimensiones del vehículo, de su forma, de la temperatura, presión y ordenación del aire en sus diferentes trayectorias, pero, sobre todo, de la velocidad a la que circulemos ya que a bajas velocidades, la principal causa de fuerza resistente y, en definitiva, de consumo es el peso del vehículo y, a altas velocidades, la fuerza más importante será la resistencia del vehículo en movimiento o durante la conducción con respecto al aire.
La resistencia de rodadura es debida a la ligera deformación del neumático. Depende del peso del vehículo, pavimento y, sobre todo, del tipo de neumático y de su presión de inflado. Después de la resistencia aerodinámica, es la segunda fuerza más importante a la hora de dificultar el movimiento de nuestro vehículo y, también, la más importante a bajas velocidades. En éste vídeo se puede ver cómo se genera dicha fuerza y su importancia con respecto a la temperatura, tracción y desgaste que sufre el neumático durante la conducción:
La resistencia por pendiente, depende del peso del vehículo subiendo un tramo ascendente que hay que vencer pero si el tramo es descendente sería todo lo contrario, es decir, sería impulsora en lugar de resistente. Las pendientes ascendentes o descendentes se expresan en tanto por ciento y para calcularla es necesario conocer la variación de la altura en relación al avance. Así, una pendiente del 10% nos indica que por cada 100 metros recorridos ascendemos o descendemos 10 metros.
Y por último, la resistencia por aceleración y que según la Ley de Newton es el producto de la masa del vehículo por la aceleración (incremento de velocidad por unidad de tiempo). Sin embargo, cuando el vehículo está decelerando, es decir, reduciendo la velocidad en movimiento, la fuerza se convierte en impulsora en lugar de resistente.
Foto | FuelWasters, Dave Hamster
Vídeo | Sylvain Richard
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