La UPV desarolla un nuevo baden respetuoso con nuestros vehículos

Igor Zamorano

10 de febrero de 2010

¿Cuánto hemos hablado sobre los incómodos badenes? Mucho, quizás demasiado. Quizás un elemento que bien utilizado no debería dar ningún quebradero de cabeza y que cumpliría una importante función dentro de la seguridad vial. Pero por unas cosas u otras, los badenes son más un estorbo o un incordio que un elemento de seguridad. Sobre todo para los conductores.

La altura excesiva, su colocación repetida o en zonas donde realmente no son necesarios provocan que nuestros vehículos sufran mucho desgaste en un elemento fundamental para nuestra propia seguridad, los amortiguadores. Además tienen otros efectos secundarios como pueden ser el ruido que generan. Quizás algo que no tenemos en cuenta, pero que seguro que alguien que viva cerca de uno nos puede confirmar.

Entre las posibles soluciones en Circula Seguro ya os mostramos el cojín berlinés. Un badén que mejora lo propuesto por lo típicos lomos de asno de matería plástico y que realmente penaliza a todo aquel que circula con exceso de velocidad. Circulando a la velocidad adecuada, superar un cojín berlinés no es más que superar un pequeño resalto, casi imperceptible, y que ante todo no destroza nuestro medio de transporte.

Otro propuesto que sigue el camino iniciado por este tipo de badén es el Speed Kidney desarrollado por la Universidad Politécnica de Valencia. El Speed Kidney, por poner un ejemplo claro y sencillo, es una especia de cojín berlinés alargado, con forma de riñon. Si vamos despacio, podremos «rodear» el montículo sin mayor problema. Si vamos rápido y queremos evitarlo, nos podemos meter en demasiados problemas. Por muy pequeño que sea el giro que debemos hacer.

Tal como lo hace el cojín berlinés, el Speed Kidney minimiza las molestias ocasionadas al vehículo y a los ocupantes, aunque en terminos de seguridad, para lo que realmente es importante, el sistema permite que los vehículos reduzcan su velocidad. Además siguiendo con el paralelismo, ni el cojín berlinés ni el Speed Kidney tienen efectos negativos en autobuses, camiones, motocicletas o bicicletas. Su disposición longitudinal permite a los vehículos de dos ruedas no ser víctimas de ellos. Los vehículos pesados, debido a su ancho de vía mayor, pueden dejar estos elementos entre sus ruedas.

Vía | UPV