Empezamos una semana más echando una mirada al pasado de la seguridad vial. En esta ocasión, nos toca repasar el séptimo capítulo de La Segunda Oportunidad, el mítico programa de televisión que Paco Costas trajo a nuestra televisión pública. Se trata, probablemente, de uno de los capítulos más divertidos, donde ni siquiera el cómo se hizo que acompaña los títulos de créditos del final tiene desperdicio.
El capítulo trata de la conducción de tractores, teniendo en cuenta sus características especiales a la hora de circular en carretera, lejos de sus dominios actuales. Este tipo de vehículos normalmente son mucho más lentos que los automóviles nativos del asfalto. Lo cual se deberá tener en cuenta tanto en las incorporaciones e intersecciones, donde un tractor necesitará aguardar a hueco suficiente, como a la hora de circular por el arcén facilitando el adelantamiento del resto de usuarios.
Si me hubiera tocado comentar este episodio hace sólo unos meses, seguramente hubiera dicho que la cantidad de tractores que circulan por nuestras carreteras debe ser mucho menor que a finales de los 70, cuando su siniestralidad era destacable, según la estadística que el propio Costas comenta. No obstante, desde hace unos meses mi trayecto diario al trabajo transcurre por una carretera nacional donde varias veces por semana me veo con la compañía de maquinaria agrícola remolcando montones de paja bastante más grandes de lo que aparece en las imágenes.
Durante los apenas ocho minutos que dura el vídeo, Costas nos da hasta seis consejos (según he contado yo) sobre la conducción de tractores. Debo decir que, tras tres décadas y medias, las características de un tractor no han cambiado demasiado. Por lo tanto, todos los consejos continúan plenamente vigentes. Seguramente la probabilidad de que un conductor normal y corriente se vea obligado alguna vez a manejar un tractor es reducida. No obstante, algunos de los consejos de Costas son aplicables a ocasiones en que viajamos con nuestro vehículo más cargado de lo normal.
En caso de sobrepeso, nuestro vehículo reaccionará de forma más torpe y lenta. Y, como en el caso tractor, deberemos tenerlo en cuenta en las incorporaciones e intersecciones. Asimismo, la carga puede entorpecer la visión a través de los retrovisores. Por suerte, nuestro en parque automóvil apenas quedan modelos sin el retrovisor exterior en el lado del acompañante, sin el cual deberíamos asegurarnos siempre de mantener la visibilidad necesaria a través del espejo interior. No obstante, si la carga impide la visión a través del retrovisor central, perderemos una referencia que estamos acostumbrados a utilizar, por lo que deberemos incrementar la precaución a la hora de evaluar el estado del tráfico tras nosotros.
Aunque los tractores parezcan cosa del pasado, la verdad es que nos seguimos alimentando principalmente de los productos de la tierra. Y, mientras sea así, seguirá existiendo la maquinaria agrícola. Por lo tanto, es importante ser conscientes de sus peculiaridades a la hora de circular, tanto desde el punto de vista del tractorista como del resto de conductores.