La tercera oportunidad no descansa ni en esta semana de vacaciones. Un lunes más continuamos con el repaso que desde Circula seguro realizamos de la serie de seguridad vial que Paco Costas trajo a nuestras pantallas hace ya 35 años. El capítulo de esta semana trata del uso del freno en la bajada de un puerto, en especial en aras de evitar la aparición del temido «fading«.
El episodio llega en la época del año más propicia, en que muchos aprovechan el parón invernal para acudir a las estaciones de esquí. La bajada de un puerto representa un riesgo vial principalmente por dos motivos: por sus frecuentes curvas cerradas, a menudo ciegas; y por la velocidad que se adquiere en el descenso. La conjunción de ambos factores puede provocar un abuso del uso del freno, que puede llegar a calentarse en exceso y perder sus propiedades de retención.
Una vez más no puedo dejar de sorprenderme de la vigencia que siguen teniendo hoy en día los consejos de Costas en este episodio. Por decir algún detalle, quizá en la actualidad nuestros vehículos gozan de más marchas, hasta seis en muchos turismos en vez de las cuatro que menciona el capítulo. Más allá del número que da nombre al engranaje, la esencia permanece inalterable: en bajada, mantener una relación de cambio más corta que la habitual para la velocidad nos permitirá aprovechar el efecto del freno motor, liberando a los frenos de una carga excesiva de trabajo.
Si el capítulo fuera gravado hoy en día, además de la inevitable mención al efecto de fading, sin duda también mencionaríamos lo relativo a la eficiencia en la conducción. Mantener el motor en retención hace que sea el propio movimiento del vehículo el que mueve los pistones. Si me permitís el deje físico: en este caso, la energía procede del potencial gravitatorio del vehículo durante el descenso, en vez de proceder de las reacciones químicas del combustible. Por lo tanto, el consumo es cero.
Los consejos de ‘La Segunda Oportunidad’ contrastan con la práctica de algunos conductores de realizar los descensos en punto muerto, presuntamente para ahorrar combustible. Esta es una práctica harto errónea y peligrosa. Sobre todo, porque incentiva el abuso del freno que puede comportar fading, como nos cuenta Paco en su vídeo. Además, es una medida equivocada: en punto muerto, el motor consume un poco de combustible para mantener el ralentí, y como acabamos de decir si tenemos una marcha corta donde el propio descenso mueve el motor, el consumo es cero.