La potencia también es seguridad (utilizada con responsabilidad)

Ibanez

12 de mayo de 2014

Quiero hablar hoy de la potencia de nuestros vehículos, y llamar la atención sobre que un vehículo debe tener una potencia mínima razonable para afrontar diferentes circunstancias con seguridad (por ejemplo afrontar una incorporación, arrancar en un cruce, o realizar un adelantamiento, entre otras cosas). Tener un vehículo con poca potencia, y por tanto poca aceleración, puede ponernos las cosas más difíciles, o incluso meternos en un problema.
Son maniobras un tanto delicadas que pueden implicar a otros vehículos que también coincidan con nosotros en la vía: es mejor realizarlas en el menor tiempo posible. El mejor ejemplo es el de un adelantamiento en una carretera secundaria: el espacio disponible para adelantar es limitado, y hay que invadir el carril del sentido contrario, así que hay que tener potencia suficiente para poder coger la velocidad necesaria rápidamente, y terminar rápido el adelantamiento, antes de que aparezca otro vehículo.

Caballos para afrontar las situaciones de la carretera

Fijaos que hablo de aceleración y no de velocidad, pues no es lo mismo, aunque ciertamente ambas están relacionadas con la potencia y el par del motor, y en ambos casos a mayor potencia y par, más aceleración tendremos (o sea, que alcanzaremos la velocidad deseada en menos segundos) y más velocidad alcanzará el vehículo. Lo más útil en la conducción normal del día a día es la aceleración, no tanto la velocidad punta que alcance el vehículo.
Sobre el término de potencia os hablamos largo y tendido en tres artículos el año pasado. Podéis repasarlos si lo deseáis. No voy a entrar en cuestiones téoricas, y me limitaré a las prácticas: la potencia es la cantidad de caballos (CV) que tiene el motor de nuestro vehículo.
Junto con el concepto de potencia, conviene recordar que es igualmente importante el par motor (Nm), que es la fuerza que desarrolla el motor del vehículo. El par motor en la práctica lo notaremos sobre todo si vamos a ir con el vehículo muy cargado o tenemos que subir una pendiente. En general una cifra alta nos ayudará a no tener que bajar varias marchas en la caja de cambios, y a tener recuperaciones más rápidas.
Cuando vayamos a comprar un coche debemos pararnos a pensar, de manera racional, en cuánta potencia es razonable. No debemos guiarnos solo por el precio, ni por la versión de oferta, pues si se queda corto de potencia nos arrepentiremos. En ocasiones subir a un motor algo más potente no supone tanto dinero como parece. Conviene ver y comparar las diferentes opciones y pensar que un coche es una inversión para un plazo bastante largo.
Quienes sean muy apasionados de la conducción lo más problable es que defiendan elegir un coche con cuantos más caballos mejor. Desde luego que las sensaciones al volante y el placer de conducción serán tanto más notables, pero como hay que llegar al final a un equilibrio entre el precio que podemos pagar, y lo que nos ofrece el vehículo, hay que pensar en algo razonable.
Nissan-Qashqai-01

Tener una aceleración razonable

Para un uso normal, por todo tipo de carreteras, sin pretender hacer conducción deportiva, un coche debería tenera una potencia tal que su aceleración de 0 a 100 km/h esté entre 10 y 12 segundos. No será un coche muy rápido, pero en general en ese rango tenemos coches que se pueden defender con cierta soltura. Por encima de 12 segundos iremos a coches que pueden quedarse muy justos de prestaciones en ciertas situaciones, sobre todo para hacer viajes por carretera y autopista, cuando vamos cargados y cuando encendemos el aire acondicionado.
Con una aceleración de 0 a 100 km/h entre 8 y 10 segundos empezamos a tener un toque ligeramente deportivo en el coche. Ya se nota más agilidad y energía, sin ser prestaciones de infarto. Aceleraciones aún más rápidas, en menos de 8 segundos, no son realmente necesarias, sino que entran ya en lo pasional. Por debajo de 6 segundos tenemos deportivos serios, y por debajo de 4 segundos superdeportivos.
Prefiero dar como referencia los datos de aceleración, y no directamente cifras de potencia, porque es así más general. Me explico: dependiendo del tamaño y peso del vehículo, una misma cifra de potencia no rinde en cada uno igual. En un coche pequeño y ligero, como un utilitario de menos de cuatro metros de largo, con unos 80 CV de motor diésel podemos tener una aceleración de 0 a 100 km/h en 12 s. Pero si pasamos a un coche compacto, algo más grande y pesado, para tener esa aceleración podemos necesitar unos 100 CV. Y en el caso de un todocamino, de esos que se llevan tanto ahora, todavía más grande y pesado, estaríamos en unos 120 CV. A la hora de elegir un coche lo mejor será fijarse en los datos técnicos.
Por cierto, al igual que un defecto de potencia (un exceso por demasiado poca) es contraproducente, un exceso de potencia (por demasiada) también lo es, y es peligrosa, si no se tiene cuidado al utilizarla, y no se hace con responsabilidad.