El pasado 9 de septiembre, la Vuelta Ciclista a España vivió una etapa muy especial. Tocaba Ribera de Arriba, una de las etapas más importantes de la competición de ciclismo. Pero la atención estaba centrada en la salida, donde a corredores del pelotón se unieron ex ciclistas como Pedro Delgado o Purito Rodríguez. Todos ellos estaban reunidos en torno a una pancarta, “Por una ley justa”, y a una mujer, Anna González.
Es el último capítulo de un debate que se ha enquistado en nuestro país. A la problemática de la alta siniestralidad entre los ciclistas por atropello, se une la situación legislativa en nuestro país en lo que concierne a la llama Omisión del Deber de Socorro. La voluntad general por una normativa que se antoja insuficiente, se enfrenta a la complejidad de la burocracia política.
Ciclista atropellado: una historia demasiado frecuente
Para los que no conozcan la historia de Anna González, decir que se trata de una especie de esposa coraje, muy a su pesar. Su historia comienza en 2013, cuando Óscar Bautista, su marido, es atropellado mortalmente por un camión mientras circulaba en bicicleta por la autovía A42, en Toledo. El camionero no se detuvo a ayudar a la víctima, pero a pesar de ello, los hechos fueron considerados únicamente como falta. La clave estuvo en que la víctima murió en el acto, y por tanto según la ley no se consideró delito de Omisión del Deber de Socorro, por lo que el conductor no fue juzgado.
https://twitter.com/porunaleyjusta/status/1041984631862685697
Desde entonces, Anna González encabeza el movimiento #PorUnaLeyJusta, que busca reformar el Código Penal para que, entre otras cosas, se penalice el abandono del lugar del siniestro bajo toda circunstancia. El movimiento, que cuenta con el apoyo entre otros del ganador del Tour Alberto Contador, ha recabado más de 230.000 firmas, que Anna ha entregado a la ministra de Justicia, Dolores Delgado.
Con todo ello, Anna González intenta luchar por hacer justicia con la muerte de su marido, y con otras tantas víctimas fallecidas en sus mismas circunstancias. Una de las últimas es Alejandra, una joven de 17 años que fue encontrada en Fuente el Saz del Jarama con indicios de haber sido atropellada. El conductor, que posteriormente fue identificado, se dio a la fuga.
Ayudar al prójimo, más que un deber moral
El Deber de Socorro es una figura recogida en la legislación española por la cual estamos obligados, según las circunstancias, a prestar ayuda a la víctima de un siniestro que hayamos presenciado o al que hayamos llegado. Y más concretamente, el Código Penal recoge en sus artículos 195 y 196 el delito de Omisión del Deber de Socorro, en el incurre quien no ayude a otra persona que se encuentre desamparada y en peligro grave y manifiesto. Es una obligación que tenemos como ciudadanos aunque no estemos implicados en el accidente y sólo estemos de paso en el lugar del siniestro. En Circula Seguro ya repasamos cómo debemos actuar en estos casos, de acuerdo al protocolo PAS.
En estos artículos sólo se recogen dos circunstancias que nos pueden eximir del Deber de Socorro: Por un lado, que por las características del accidente nuestra actuación pueda suponer un riesgo para nosotros o para terceras personas. En este caso estamos liberados del deber, pero estamos igualmente obligados a llamar a los servicios de emergencias en cuanto nos sea posible.
La otra circunstancia que nos exime del Deber de Socorro -y la que supone el elemento clave en el caso de Óscar Bautista- es si se demuestra que el accidente sólo le causó a la víctima daños leves, o si éste resultó en fallecimiento en el acto de la misma. En este último caso, se considera que la víctima no se encuentra desamparada ni en riesgo grave, por ser su situación irreversible. Recordamos que se demostró que Óscar Bautista falleció en el acto.
El delito de Omisión del Deber de Socorro cuenta con diferentes sanciones dependiendo de si no somos responsables del accidente (multa de 3 a 12 meses) o si sí hemos sido el causante. En este segundo caso, las penas también variarán dependiendo de nuestro comportamiento en el mismo: si ha sido fortuito, prisión de 6 meses a 2 años y multa de 6 a 12 meses; o si ha sido por imprudencia, prisión de 6 meses a 2 años y multa de 6 a 24 meses. Si hubiese habido voluntariedad o intencionalidad en el accidente, el delito se consideraría homicidio y las penas serían otras.
El Código Penal, una reforma muy deseada
El mayor problema del caso de Óscar Bautista es que, tras la reforma del Código Penal del gobierno del PP en 2015, las faltas dejaron de considerarse delito. Así, la mayoría de accidentes por despistes o por saltarse un semáforo en rojo han pasado a la vía civil, esto es, en manos de aseguradoras y no de un fiscal como sí ocurriría por la vía penal.
Anna González ya presentó el año pasado al Congreso 200.000 firmas apoyando las peticiones de Por Una Ley Justa, que entre otras cosas buscan evitar el desamparo legal de la víctima en estas circunstancias. Pero la propuesta que presentó el gobierno del PP no recogía algunas reivindicaciones fundamentales para el colectivo. El pasado mes de agosto, acompañada de Alberto Contador y asociaciones de ciclismo y triathlon, es cuando ha vuelto vuelto a presentar otras 260.000 firmas para que la propuesta de reforma del Código Penal sea admitida. Esta vez ha sido recibida por la ministra de justicia Dolores Delgado, del PSOE, que le ha pedido calma y paciencia ante un proceso que exige el consenso de todos los partidos.
Las peticiones de Por Una Ley Justa exigen básicamente dos cuestiones. Por un lado, la modificación del artículo 142 del Código Penal, que regula el homicidio por imprudencia. Casos como saltarse un stop, un ceda el paso o semáforo en rojo, o como arrollar a un ciclista por alcance o sacarle de la vía por un adelantamiento de sentido contrario invadiendo su carril, suponen el 90% de los accidentes y quedaron despenalizados desde el 2015.
Y por el otro lado (y es el asunto que nos ha llevado hasta aquí), la modificación del artículo 195, que regula la Omisión del Deber de Socorro. El objetivo es precisamente, que haya delito en el acto de fugarse del lugar de los hechos, independientemente de si en el mismo ya hay personas que puedan socorrer a la víctima, o de si ésta ha fallecido en el acto.
La iniciativa de Por Una Ley Justa, que encabeza la esposa coraje Anna González pero que representa a tantos colectivos de ciclistas y deportistas, cuenta con un gran apoyo social, que se ve reflejado así mismo en el amplio respaldo parlamentario. Pero la burocracia política pone en peligro cualquier iniciativa ciudadana, por muy justa que sea.
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