La importancia de los faros antiniebla: tenerlos y saber usarlos

Ibanez

26 de noviembre de 2020

Hoy quiero hablar del tipo de luz o faro menos apreciado de todos los que equipa un automóvil. Podríamos decir que los faros antiniebla delanteros ni están, ni se les espera. No son obligatorios. Así que muchas veces un coche no los trae, sobre todo si es una versión básica de precio asequible, dejándolos si acaso como un equipamiento opcional o para las versiones mejor equipadas, y más costosas, claro.

¿Son sustituibles las luces antiniebla?

De hecho, se podría poner algún ejemplo de coches que ni siquiera los montan como opción. Pues señores: mal, muy mal. Los faros antiniebla son útiles, necesarios y no se pueden sustituir por un faro más moderno, sea de xenón o sea LED. Algo que viene a colación porque existen modelos que al montar faros de xenón, de manera incomprensible prescinden de los faros antiniebla.

La luz de cruce o corto alcance de faros halógenos no sustituye a la luz de los faros antiniebla, y tampoco la sustituye la luz de cruce de unos faros de xenón, o de unos faros LED, por superior que sea el haz de luz que proyectan estas tecnologías. Si hay niebla encenderíamos la luz de cruce, pero no vamos a tener la misma calidad de iluminación que si tuviéramos además luz antiniebla.

La niebla en la conducción

Niebla en la carretera

La niebla es un fenómeno meteorológico que consiste en la suspensión de gotas muy finas de agua en el aire, debido normalmente a una humedad alta y una temperatura ambiente fría. En otras palabras, es una nube baja a ras de suelo.

La niebla dificulta la visibilidad porque nuestros ojos tienen que ver a través de esa infinidad de diminutas gotas de agua. Y lo mismo sucede cuando hay lluvia intensa, en este caso sigue habiendo gotas de agua, más grandes, claro, entre nuestros ojos y lo que queremos ver.

Qué son exactamente los faros antiniebla

Pues bien, para intentar ver y que nos vean un poco mejor, los ingenieros hace tiempo se pusieron a pensar en qué tipo de faro y luz podían hacer, pensando en que su haz atraviese mejor esas gotas de agua en suspensión, e ilumine un poco mejor la calzada. Y así se crearon los faros antiniebla.

Cómo funcionan exactamente

Tanto la lámpara como el propio faro (el reflector que da forma y proyecta el haz de luz), se diseñan para que el haz de luz atraviese un poco más la niebla, e ilumine un poco mejor el carril. Este haz de luz es más intenso que el de la luz de cruce. Además, se orienta algo más bajo y ancho.

Hace años asistí a una demostración en laboratorio de varios faros atravesando una niebla artificial (rociado de agua muy fino) para evaluar cómo diferentes diseños de lámparas y faros podían atravesar un poco mejor o un poco peor la niebla.

Para qué sirven los faros antiniebla

Aunque la niebla no es un fenómeno que nos encontremos todos los días en la carretera, las zonas más húmedas y frías o junto al mar suelen tener más días de niebla que las zonas cálidas y secas. Allí los faros antiniebla son muy útiles.

Si tenemos faros antiniebla delanteros en nuestro automóvil, no olvidemos para qué hay que usarlos. La luz de los faros antiniebla, cuando no hay ni niebla ni lluvia, es bastante deslumbrante, así que si los llevamos encendidos estamos molestando, e incluso poniendo en un apuro a otros conductores. Pueden quedarse sin visibilidad durante unos segundos debido al deslumbramiento producido, con el riesgo para la seguridad que supone.

Luces antiniebla traseras y delanteras

faros antiniebla

La luz antiniebla delantera se enciende solo en tres supuestos.

  • Primero, que haya niebla, y tanto más cuanto más espesa sea esta.
  • Segundo cuando hay lluvia intensa, está nevando o hay nubes de polvo o humo.
  • Tercero, si se circula de noche por una carretera de calzada estrecha, con curvas de poca visibilidad (con la correspondiente señal de curvas peligrosas), se pueden llevar encendidos los faros antiniebla.

Si, además, la niebla es muy densa y la lluvia, nieve o nube de polvo o humo es muy intensa y reduce drásticamente la visibilidad, se encenderá la luz posterior de niebla, de color rojo muy intenso. Sin niebla deslumbra y molesta muchísimo a quien vaya detrás.

Hay que tener bien localizado el interruptor de las luces para encender y apagar los faros antiniebla cuando toca. Cuando ya no haya ni niebla, ni lluvia, ni esté nevando ni haya nube de polvo o humo, se tiene que apagar la luz antiniebla.

Primero se hace con la trasera, en cuanto disminuya la densidad, y después la delantera. Es un acto que nuestro cerebro tiene que hacer automáticamente, al igual que ponemos o quitamos las luces de largo alcance en carretera, según nos crucemos o no con otro vehículo. En condiciones normales no se puede circular con las luces antiniebla, estamos deslumbrando a los otros conductores.

Luces antiniebla blancas o amarillas: cuál es mejor, cuándo y por qué

luces amarillas

Aunque en la actualidad relacionamos los fatos antiniebla con un haz de luz blanco, muchos conductores puede que tengan en mente un haz de tonalidad amarilla.

Este tipo de color para los faros antiniebla tuvieron su época dorada en los años 80 y 90 del anterior siglo. De hecho, la efectividad del haz amarillo es mucho mayor. Aumenta la visibilidad y, sobre todo, el ser visto. Ahora bien, este tipo de luces se prohibieron para los turismos nuevos llegados al nuevo milenio. En la actualidad, solo pueden equiparlos los modelos matriculados antes de agosto de 1999.

¿Por qué, si era un mecanismo más efectivo para la visibilidad, se censuraron? La explicación tiene que ver con el uso indebido de los faros antiniebla que hemos comentado. La luz amarilla es muy útil en condiciones adversas, pero si se usa en condiciones de buena visibilidad, son aún más deslumbrantes que las blancas y suponen un riesgo añadido.

Uso correcto de las antiniebla

conducir con niebla
Es por este motivo que se debe tener muy presente qué tipo de iluminación está activa en cada momento. Si no nos damos cuenta a simple vista, en el cuadro de instrumentos del vehículo se encienden los correspondientes chivatos para cada una de estas luces, verde para la luz antiniebla delantera y amarillo auto para la luz antiniebla posterior.
Como recuerdan desde la Fundación MAPFRE, los faros antiniebla solo se han de utilizar cuando sea necesario. No hay excusa. El caso de los faros antiniebla muestra que la seguridad no solo depende del equipamiento y la tecnología en general, sino además del uso que le demos.
-Artículo actualizado en noviembre de 2020, original de diciembre de 2013-

En Circula Seguro | Invierno y tecnologías ADAS: así evolucionan para hacer el frío más seguro

Imágenes | iStock/vrcraft, iStock/Anski, iStock/welcomia e iStock/mikdam