Llegan los meses más duros del invierno y nuestro coche se puede volver un lugar inhóspito, hasta el punto de dificultarnos nuestra labor al volante. Por eso, la calefacción se ha convertido desde hace ya décadas en un sistema fundamental para cualquier vehículo. Tan imprescindible se ha vuelto para nosotros, que si no funciona correctamente puede suponer un auténtico drama. A continuación vamos a repasar qué debemos hacer en este caso.
Cómo funciona la calefacción del coche
Antes de revisar los problemas y avería que puede sufrir la calefacción de nuestro coche, debemos entender cómo funciona este sistema. En anteriores artículos de Circula Seguro hemos aprendido que básicamente consiste en aprovechar el calor que desprende el motor térmico de nuestro coche (que puede llegar a alcanzar los 2.000º C). Sin embargo, con el paso de las décadas han aparecido otros sistemas más avanzados o alternativos que conviene saber también cómo funcionan.
Sistemas de calefacción mecánicos
El sistema consiste en un pequeño radiador que se conecta con manguitos al sistema de refrigeración del motor, y con la ayuda de un ventilador dirigimos el flujo de calor hacia el habitáculo. Tan solo podemos regular la velocidad del aire y la toma de salida (parabrisas, pies, combinado…).
Sistemas de calefacción automáticos
Son los utilizados en los llamados climatizadores. Al sistema mecánico se le añade un selector de temperatura y un termostato que mide la temperatura en el habitáculo y regula la potencia hasta alcanzar el calor deseado.
Sistemas de calefacción eléctricos
Estos sistemas son completamente diferentes a los anteriores. Toman el calor de resistencias eléctricas instaladas en el vehículo, que son alimentadas por la energía de la batería del coche. Se usan como apoyo al sistema tradicional (por ejemplo, cuando al principio el coche está muy frío) o cuando directamente no puede disponer del calor del motor térmico (en vehículos híbridos y eléctricos).
Sistemas de calefacción inteligentes
Con el paso de los años, estos sistemas de calefacción (térmicos o eléctricos) se han ido sofisticando con nuevas prestaciones. Así, encontramos sistemas que incorporan sensores para detectar qué asientos están ocupados y cuáles no, para centrar o repartir mejor el flujo de aire dentro del habitáculo. También conocemos otros que pueden conectarse en remoto, a través de aplicaciones móviles, para encontrarnos el coche climatizado cuando nos montemos.
Sistemas de calefacción en coches híbridos y eléctricos
En los vehículos híbridos (cuando circulan en modo eléctrico) y los eléctricos puros nos encontramos con el problema de no poder aprovechar el calor residual del motor térmico. Lo habitual en estos casos es el uso de calentadores eléctricos que usan el efecto Joule para producir calor, de forma similar a los radiadores que tenemos en casa. Pero para los vehículos más demandantes se están empleando bombas de calor que aprovechan el calor residual de los componentes eléctricos y de las propias baterías de Li-Ion.
Por qué la calefacción no funciona: averías más frecuentes
Como vemos, aunque el funcionamiento de la calefacción puede ser muy sencillo, el sistema se compone de muchos elementos, relacionados a su vez con otros tantos. Incluso en su versión más básica, un sistema de calefacción puede sufrir múltiples averías.
- Fuga o pérdida del sistema refrigerador: El sistema tiene una fuga y pierde líquido refrigerante. El radiador de la calefacción suele ser el primer elemento que se queda sin líquido refrigerante.
- Fallo del termostato: Este elemento se encarga de regular la temperatura del agua. Si está averiado, puede ser que solo salga aire frío del conducto de la calefacción.
- Avería en la bomba de agua: Se encarga de hacer circular el líquido refrigerante. Si se avería no solo no recibiremos calor sino que además puede sobrecalentarse el motor.
- Obstrucción del sistema: Algún elemento del sistema, como los manguitos, conductos o válvulas, se encuentran obstruidos y no pueden hacer funcionar correctamente el circuito.
- Rotura del radiador: Al fallar este elemento, ya no recibiremos aire caliente. Además, pueden producirse fugas de líquido al interior del habitáculo.
- Avería en los ventiladores: En este caso, no se puede ventilar el motor y por tanto el calor debe disiparse al exterior del vehículo y no al interior del habitáculo.
- Fallo en el sistema electrónico y controles: Se rompe algún botón o rueda o falla el software del climatizador. En este caso sencillamente no podremos decirle al sistema la temperatura que queremos en el vehículo.
Problemas frecuentes cuando la calefacción no funciona
La calefacción es un sistema interno del vehículo, y a priori no tenemos porqué saber si sufre algún tipo de avería. Sin embargo, existen algunos problemas frecuentes que pueden avisarnos de que el sistema puede haberse averiado.
La calefacción no funciona
Encendemos la calefacción y no notamos apenas la salida del aire caliente, incluso poniendo la potencia al máximo. En este caso puede deberse a diversos problemas, como que el ventilador esté roto, que haya una obstrucción en los conductos, o que el modo automático esté estropeado y mantenga apagado el ventilador.
Sale aire frío de la calefacción del coche
Este es un problema muy habitual y no tiene por qué ser grave. Normalmente es porque el motor del coche se encuentra frío y aún no desprende calor que enviar al habitáculo. Motivos más graves pueden ser que esté estropeado el termostato y que detecte una temperatura superior a la real. Incluso puede ser problema del sistema refrigerante, que tenga una fuga y haya perdido líquido.
La calefacción huele mal o emite olores extraños
Puede darse el caso de que la calefacción funcione y emita aire caliente, pero percibamos olores extraños o desagradables, incluso a quemado. Esto puede deberse simplemente a que los conductos o el radiador se encuentren sucios y necesiten una limpieza. También puede deberse a problemas más graves una fuga de gas o aceite o a alguna avería en el motor, los frenos o el embrague.
Consejos para un buen mantenimiento del sistema de calefacción
Por supuesto, el sistema de calefacción de nuestro coche es uno de los sistemas que deben revisarse cuando lo llevamos al taller. Al fin y al cabo está estrechamente relacionado con el sistema de refrigeración del motor, aspecto clave en el funcionamiento de nuestro coche. Y por supuesto, cuando tengamos algunos de estos problemas, lo mejor es ponernos en manos de profesionales. Aún así, existen algunos buenos hábitos de mantenimiento básico que podemos llevar a cabo para cuidar del sistema.
- Vigilar el líquido refrigerante: Como hemos visto en otras ocasiones, debemos revisar el nivel de este líquido en el depósito y tenerlo siempre entre las marcas recomendadas. En caso de tener que rellenarlo, usar el mismo recomendado por el fabricante y nunca mezclar dos tipos distintos.
- Revisar los manguitos: También podemos revisar el estado de las mangueras. Así garantizamos que el líquido refrigerante acceda al radiador de la calefacción.
- Encender la calefacción durante todo el año: Puede parecer contraproducente, pero activar la calefacción de vez en cuando ayuda a mantener la válvula de paso del líquido refrigerante. Basta con que lo encendamos durante unos minutos a baja potencia en momentos puntuales a lo largo del año.
Consejos para el buen uso de la calefacción
Como hemos visto, los sistemas de calefacción cuentan con cada vez más opciones para usarlo según nuestras necesidades. Sin embargo, como conductores solemos abusar de la calefacción, y ello puede resultar consumir muchos recursos de nuestro vehículo, entre combustible y energía eléctrica de la batería. Además, en algunos casos puede resultar contraproducente y ponernos en situaciones de riesgo. Para hacer un uso eficiente y seguro de nuestra calefacción, podemos seguir algunas sencillas pautas:
- Esperar a que el motor se caliente: De esta forma, evitaremos que los calentadores axiliares se activen para evitar el típico golpe de aire frío.
- Moderar la temperatura: Al igual que hacemos en el hogar, una temperatura en torno a los 21-23ºC es más que suficiente para conseguir un ambiente agradable. Además, seremos energéticamente más eficientes.
- Dirigir el flujo de aire a los pies: Por cuestiones físicas, el aire caliente tiende a elevarse en un ambiente frío (tal como sucede con un globo aerostático). Si enfocamos el flujo a los pies, conseguiremos que se distribuya por todo el habitáculo.
Problemas por el mal uso de la calefacción
Como hemos dicho, hacer un mal uso de la calefacción de nuestro coche no solo puede afectar al mantenimiento del sistema. También puede acarrearnos problemas y ponernos en situaciones de riesgo al volante. Algunas situaciones más frecuentes son:
- Cristales empañados: Ya hemos visto en Circula Seguro el problema de la formación de vaho en los cristales de nuestro coche. Este fenómeno se produce por la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior del vehículo, y basta con nuestro aliento y temperatura corporal para que los cristales se empañen. Usar la calefacción puede empeorar la situación aún más. Para evitarlo, podemos combinarlo con el aire acondicionado enfocado al cristal, que ayuda a eliminar la humedad y por tanto el vaho.
- Fracturas en el parabrisas: También en los meses de invierno es frecuente la formación de hielo en las lunas de nuestro coche. Para eliminarlo, a menudo cometemos el error de enfocar el aire caliente al máximo contra el parabrisas para facilitarnos el deshielo. Sin embargo, un cambio brusco de temperatura en el cristal puede producir fracturas en el mismo. Para evitarlo, el preferible moderar la temperatura y usar un rascador para eliminar el hielo acumulado.
- Somnolencia al volante: Puede parecer contradictorio, pero abusar de la calefacción en invierno nos puede llevar de golpe a los meses del verano. Como hemos visto anteriormente, un ambiente excesivamente caldeado o caluroso en el interior del habitáculo puede producir somnolencia al volante. Según los expertos, esta somnolencia puede producir una falta de atención y reflejos similar a superar la tasa de alcoholemia en 0,5 g/L.
Como vemos, si ponemos de nuestra parte tenemos la calefacción garantizada en nuestro vehículo. Y podremos usarlo sin miedo a que nos pueda causar algún problema. De todos modos y como hemos dicho en otras ocasiones, siempre recomendamos tener sentido común y ponerse en manos de profesionales.
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