Hace unos días y gracias al artículo realizado por la Dra. Elena Klusova, U.D. Madrid Centro, SEMERGEN; conocíamos un poco más sobre el origen y predisposición de los jóvenes a empezar a beber alcohol así como sus consecuencias. No sólo en lo que respecta a la Seguridad Vial, que es lo que solemos tratar aquí en profundidad, sino también en otros aspectos de la sociedad que les afecta y nos afectan directamente.
En esta segunda parte queremos tocar la parte de las actuaciones que desde distintos organismos se realizan con el fin de concienciar a los jóvenes sobre el abuso del alcohol y sus consecuencias. Creo que casi todos recordamos una de las últimas campañas emitidas en televisión y que bajo el eslogan que decía «El tiempo que le dedicas al alcohol se lo quitas a todo lo demás«, intentaba retratar de una forma gráfica y dura el problema del alcoholismo. A continuación tenéis un par de vídeos de aquella campaña.
A nivel mundial, varios países han llevado a cabo estudios que han arrojado conclusiones muy llamativas sobre el comportamiento de los adolescentes y que están directamente relacionados con el aumento del riesgo de sufrir accidentes al volante. Por ejemplo la Transport Accident Commission (TAC) australiana arrojaba estos datos en su campaña «Se acabó la fiesta»:
- Conducción nocturna (noche=diversión=sensación de libertad e independencia).
- Uso de los teléfonos móviles al volante.
- Conducción bajo los efectos del alcohol y/o drogas.
- Conducción temeraria falta de cumplimiento de reglas de tráfico.
- Conducción a alta velocidad.
- Conducción de vehículos más viejos más baratos o sin revisión pasada y por ello menos seguros.
Más interesante es si cabe las estadísticas durante un periodo de 26 años referente a la muerte de jóvenes en accidentes de tráfico en las carreteras de Victoria y que refleja como en fechas puntuales denominadas High alcohol times (fines de semana, fechas festivas y la hora tarde/noche), la tasa de accidentes de tráfico relacionados con la ingesta de alcohol supera diez veces la de accidentes por otras causas.
Incluso llegaron a ir mucho más atrás, estudiando a un grupo de personas desde la infancia hasta la edad adulta joven, viendo en ellos ciertos rasgos de influencia durante el periodo de preadolescencia que podían aumentar el riesgo de que realizase comportamientos peligrosos. Como conclusiones a este estudio se arrojaron los siguientes datos:
- La conducción temeraria, exceso de velocidad y pilotaje nocturno en condiciones de alto nivel de cansancio era relativamente común entre los conductores jóvenes.
- Se ha visto que a los 5-8 años se puede detectar algunos rasgos de personalidad de los niños que podrían hacerles conductores temerarios en la edad joven-adulta.
- Los rasgos personales o modos del comportamiento que predisponen a la conducción descuidada o ilegal son: personalidad ansiosa y poco persistente, tendencia a la agresividad, hiperactividad, mayor compromiso en actividades antisociales, tendencia al uso de sustancias tóxicas, baja capacidad de cooperación, falta de disciplina, complicaciones para seguir el horario escolar y dificultades en la relación con los padres. Jóvenes tímidos e inseguros con mayor probabilidad tomarían parte en actividades dudosas o peligrosas como el uso de las sustancias tóxicas y / o el comportamiento antisocial.
Todos estos estudios han provocado un cambio en el enfoque sobre la problemática. Antes se tomaba como un problema de tipo social pero ahora se ha comprobado que influye en muchísimos más aspectos cotidianos.
- Los adolescentes han bebido alcohol durante siglos, pero el que hasta ahora había sido un debate social y moral, podría no tardar en centrarse en la neurobiología.
- Los costes de un consumo elevado a una edad temprana parecen ir mucho más allá del tiempo que roba el alcohol a los deberes, el riesgo de peleas o accidentes y las dificultades que añade al crecimiento. Cada vez más investigaciones indican que el alcohol provoca más daños al cerebro en desarrollo de los adolescentes de lo que se solía creer, y les causa unas lesiones significativamente mayores que al cerebro de los adultos.
- Los nuevos descubrimientos pueden ayudar a explicar por qué las personas que empiezan a beber a una edad temprana corren un enorme riesgo de convertirse en alcohólicas. Según los resultados de un sondeo realizado en Estados Unidos entre 43.093 adultos y publicado recientemente en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, un 47% de las personas que comienzan a beber alcohol antes de los 14 años desarrollan una dependencia en algún momento de su vida, en comparación con un 9% de aquellos que esperan como mínimo hasta los 21 años. La correlación se mantiene incluso cuando se tienen en cuenta los riesgos genéticos de alcoholismo.
Si queréis ampliar mas información, os recomendamos leer los estudios que podéis encontrar en el siguiente enlace.
Más información | Médicos por la Seguridad Vial
Fotos | geralt, Unsplash, kaicho20
En Circula Seguro | Jóvenes y alcohol, la importancia de entender su origen (I)