Moverse en bicicleta es una de las formas de desplazamiento más sanas y sostenibles. No sólo cuidas del planeta al no contaminar, también haces deporte y, en consecuencia, una vida más activa. Moverse en bicicleta también contribuye a conseguir ciudades más calmadas, con menos congestión y menos contaminación medioambiental y acústica. Sin embargo, contar con una vía específica y adecuada para ciclistas es fundamental para garantizar su seguridad. Por ello, es importante promover el diseño de infraestructuras específicas para este medio de transporte que contribuyan a garantizar esta seguridad y fomentar su utilización. ¿Conoces qué tipo de infraestructuras existen actualmente?
Con el objetivo de fomentar el uso de la bicicleta, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) de España ha elaborado la Guía de recomendaciones para el diseño de infraestructura ciclista, un documento que busca convertirse en un manual de referencia para aquellas Administraciones públicas que acometan, en el ámbito de sus competencias, la planificación, construcción y mantenimiento de estas infraestructuras. En definitiva, un trabajo de orientación que no sólo sirve para España y que puede ser de gran utilidad para el resto de los países. Se trata de una guía para construir una infraestructura específica para ciclistas y promover, por lo tanto, un mayor uso de este tipo de vehículos en el día a día.
Actualmente se pueden encontrar diferentes tipos de infraestructuras teniendo en cuenta la anchura, el tipo de superficie, su posición respecto a vías destinadas a los vehículos de motor y según el tipo de usuario que puede hacer uso de ellas, por ejemplo, exclusivo para bicicletas, compartida con vehículos de motor o compartida con peatones.
En este sentido, hay que destacar las siguientes:
- Carril-bici: es aquella vía ciclista que discurre adosada a la calzada, en un solo sentido o en doble sentido.
- Carril-bici protegido: es como el anterior, pero cuenta con elementos laterales que lo separan físicamente del resto de la calzada y de la acera, como elementos de balizamiento. Es el tipo de infraestructura que más se recomienda para la ciudad.
- Acera-bici: vía ciclista señalizada sobre la propia acera. La recomendación de los expertos es ir eliminando progresivamente esta tipología ya que quita espacio al peatón, cuando los expertos recomiendan hacer todo lo contrario. Así, aconsejan que el espacio destinado a ciclos debe ser obtenido a costa del ocupado por los vehículos a motor.
- Pista-bici: aquella vía específica para ciclistas segregada del tráfico motorizado, con trazado independiente de las carreteras.
- Senda ciclable: vía para peatones y ciclos, segregada del tráfico motorizado y que discurre por espacios abiertos, parques, jardines o bosques.
En el ámbito interurbano también hay tipos de vías que pueden favorecer en mayor o menor medida la presencia de bicicletas y que pueden no estar pavimentadas. Senderos, caminos con firme regular o irregular, pistas-bici, sendas ciclables o carriles bici segregados… Lugares específicos que pueden servir para hacer deporte de montaña o rutas ciclistas (cicloturismo).
¿Cuál es la mejor infraestructura? Siempre se debe adoptar aquella solución que ofrezca el mayor grado de seguridad, tanto para el usuario ciclista como para el resto de usuarios de la vía.
Elige la opción más segura
A la hora de moverte en bicicleta, es importante tener en cuenta el recorrido y qué tipo de infraestructura o de vía es la más idónea. Por ello, elegir una ruta específicamente diseñada y destinada para el uso de las bicicletas es la opción más segura. Planifica tu trayecto y apuesta por carriles-bici, sobre todo si están protegidos.
El Manual de Movilidad 3S, Segura, Sana y Sostenible, elaborado por la Fundación MAPFRE, ofrece recomendaciones importantes para moverse en bicicleta con seguridad. Además, no te pierdas este vídeo con consejos:
¡Muévete en bicicleta eligiendo las mejoras vías para ello!