Hipermiling puede definirse como una forma de conducir orientada al ahorro de combustible en el vehículo, practicando la conducción eficiente o económica con ajustes en la mecánica y configuración del vehículo como, por ejemplo, el tipo de combustible y lubricante del motor, la marca, medida y presión de los neumáticos con idea de sacarle el máximo rendimiento al motor pero sin aumentar gastos.
El problema se presenta cuando de forma irresponsable, incluso, incumpliendo las normas sobre seguridad vial, se pretende maximizar el aprovechamiento de combustible, utilizando unas técnicas como, por ejemplo, circular detrás de vehículos de grandes dimensiones, con los retrovisores plegados, utilizando el punto muerto o apagando el contacto en tramos descendentes, sobreinflado de los neumáticos, etcétera y que no deben realizarse por los motivos que pasaré a explicaros.
El autor de esta modalidad de conducción es Wayne Gerdes, llamado por sus seguidores «Hipermiler» en honor a sus prácticas, además, es todo un experto en conseguir un consumo bajo en litros por kilómetro recorrido en los vehículos que ha utilizado para demostrar a los fabricantes que todos los usuarios no conducen de la misma forma.
Sus seguidores o «hypermilers» utilizan técnicas más avanzadas de conducción eficiente o económica y que pueden ser incompatibles con la seguridad vial, algunas de ellas, si no se hacen cumpliendo con el Reglamento General de Circulación y sobre todo, con la seguridad y el respeto hacia el resto de usuarios de la vía.
Está claro que no todo vale para ahorrar unos litros de combustible. Una cosa es la conducción energéticamente eficiente como práctica de conducción destinada a mejorar la economía de combustible en los automóviles y otra cosa es la obsesión extrema sobre el ahorro de combustible o el sacrificio deliberado sobre el control del vehículo con el fin de reducir el consumo de energía.
Por otro lado, los malos hábitos o acciones durante la conducción que realizan algunos conductores, puede que quizás por una mala formación o por desconocimiento y que mencioné al principio, además de estar prohibidas son muy peligrosas si las realizamos en una vía pública y con tráfico real por los riesgos que supone para los conductores.
Circular aprovechando el rebufo conlleva riesgo inminente de colisión por alcance; los retrovisores sin desplegar resta visibilidad; el exceso de aire en los neumáticos puede provocar un reventón violento y pérdida de control sobre el vehículo; el punto muerto en tramos descendente, además de seguir gastando combustible, lleva consigo el deterioro del freno motor y mucho peor el apagado de motor por afectar a algunos dispositivos electrónicos como, por ejemplo, dirección asistida, servofreno y sistemas de seguridad pasiva del vehículo.
En definitiva, no vale la pena dejarse la vida en la carretera por ahorrar unos cuantos litros de combustible y mucho menos implicando a otros usuarios de la vía, ¿no les parece?
Foto | inthesitymad
Vía | howstuffworks
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