El 75% de las muertes viales tienen lugar durante la hora que sigue a la colisión del vehículo, de manera que en un rescate cada segundo cuenta. Por eso, ya hace dos años que en Alemania emplean las llamadas hojas de rescate, que dan a los bomberos que acuden a un siniestro la información técnica necesaria del vehículo para así abordarlo con mayor rapidez y seguridad.
¿Y qué son las hojas de rescate? Fichas técnicas con diagramas en los que aparece la ubicación de los sistemas del vehículo que más interesan a los bomberos en el momento de abrir camino para la atención a los heridos; elementos como el airbag y sus detonadores, los tensores de los cinturones o el depósito del combustible, por poner algunos ejemplos, que ya se sabe que cuanto más moderno es un coche más cacharritos hay que dificultan el rescate de las víctimas en caso de colisión.
Ahora el RACC quiere impulsar que ese sistema de hojas volantes se imponga en nuestro país. ¿Y qué hay que hacer? Descargar la hoja correspondiente a nuestro modelo de vehículo y llevarla en el coche, preferiblemente en un lugar estratégico en el que los bomberos puedan buscar rápidamente.
Según los impulsores de la iniciativa, el mejor lugar es el reverso del parasol. Eso, acompañado de una pegatina en el coche que advierta de que ese vehículo lleva hoja de rescate servirá para reducir en un 63% los problemas que pueden encontrar los equipos de rescate al atender a las víctimas.
En sí, el sistema me parece una buena idea pero ejecutada de forma discutible. Me pregunto de qué sirve llevar este papelito en el parasol del coche si en multitud de colisiones la parte frontal del vehículo se reduce a eso que los medios describen como “un amasijo de hierros”. Me pregunto también si simplemente por la matrícula no es posible determinar de qué vehículo estamos hablando y si no es posible, ya con esa información en la mano, consultar un catálogo que bien podría llevar cada unidad de salvamento.
Me hace ver mi compañero Capreolus que el sistema parece calcado de la operativa que se sigue en las colisiones de vehículos de transporte de mercancías peligrosas, ya que según el acuerdo ADR cada vehículo de estas características debe llevar a bordo una biblia sobre el manejo de la carga que transporta. Estoy de acuerdo con Capreolus: esto huele a ADR, pero si pienso en un vehículo de mercancías peligrosas lo primero que me viene a la cabeza es la placa V-11, el recuadro ese naranja que indica la naturaleza del peligro y el código de la mercancía transportada. Con esos datos, los equipos de rescate ya saben a qué atenerse.
En resumidas cuentas, poner en un papelito doblado una información tan sensible y confiar en que alguien la encontrará cuando yo no esté en condiciones ni de decir cómo me llamo me parece un poco arriesgado. Si cada vez más tenemos sistemas de información y comunicación que nos permiten conectar con la otra parte del Mundo, ¿no es más sencillo que los bomberos tengan acceso inmediato a la base de datos que les interesa?
Veamos… Precio de un netbook básico para consultar la hoja de rescate que proceda en cada momento e incluso, por qué no, acceso a un registro de vehículos con matrículas, marca y modelo y titular del mismo: unos 200 eurillos. Luego, una conexión a internet para actualizar los archivos cuando la unidad está en el parque de bomberos y poco más. Eso es lo que se necesita, y me da a mí que sería mucho más eficaz. ¿O no?
Vía | La Vanguardia (gracias, Juan Carlos, por el enlace)
Foto | Ross Goodman