¿Pensando en comprarte una autocaravana? Esto es todo lo que tienes que saber

Carlos R Vidondo

16 de enero de 2017

Una de las mejores experiencias que uno puede vivir, aunque pueda parecer reservada para unos pocos, es la de disfrutar de la conducción de tu propia autocaravana. Hoy en día, este tipo de vehículos son cada vez más comunes, tanto por su precio más accesible como por el interés creciente en el ocio rural, el contacto con la naturaleza y el placer de poder viajar con tu hogar a la espalda.

Es por ello, que la decisión de lanzarse a por una autocaravana puede ser realmente complicada, pues existen una gran variedad de tipos y tamaños, disparidad de precios, equipamiento y normativas, que debemos tener en cuenta en nuestros planes de compra antes de lanzarnos a la aventura, para evitarnos disgustos y, sobre todo, sustos en nuestro presupuesto.

Normativa y  cuestiones sobre vehículo y conducción

La principal diferencia a tener en cuenta entre una autocaravana y una caravana es que la primera es un vehículo a motor autopropulsado cuyo interior está acondicionado como vivienda, mientras que la segunda es un remolque acoplado al vehículo principal. En España, estamos al amparo de la Instrucción 08:V-74, por la cual está permitido pernoctar y hacer uso de las instalaciones en áreas no específicas de acampada, siempre y cuando se respeten los límites de estacionamiento (sin el despliegue de elementos que desborden y ocupen otras plazas o tapen señales de tráfico), y cuando la actividad interior no trascienda al exterior del vehículo, ya sea por razones acústicas o medioambientales.

Aunque muchas zonas rurales no vean aún con buenos ojos la entrada de estos vehículos, cada vez se aceptan de forma más positiva por su importante influencia en el turismo. Incumplir esta normativa puede resultar en una denuncia por acampada ilegal y, aunque se cumpliera a raja tabla, pueden existir ordenanzas municipales de rango inferior en ayuntamientos concretos que puedan obligarte a tirar la toalla y abandonar la expedición. Aunque una conversación amable y a tiempo con los agentes y vecinos ahorra muchas discusiones futuras.

En el caso de la seguridad, es indispensable contar con cinturones o sistemas de retención homologados tanto en asientos delanteros como en el interior del habitáculo-vivienda, ya que sólo podrán viajar pasajeros en tal caso. Al ser vehículos especiales de categoría M1, se rigen por la normativa de turismos aunque con ciertas excepciones: siempre que la MMA (Masa Máxima Autorizada) no supere los 3.500 kg, podrá conducirse con el permiso de conducir B, en caso contrario será requerido el permiso C1; la velocidad máxima en autopista es de 100 km/h y en carretera de 90 km/h; y la inspección técnica deberá pasarse de forma bienal a partir de los cuatro años y anual a partir de los diez.

Antes de comenzar la ruta, debemos conocer que podemos encontrar vehículos-vivienda que vayan desde furgonetas adaptadas para ser habitables, pequeños remolques o casas rodantes, hasta grandes camiones o vehículos pick-up, ya que se consideran todos aquellos que permitan transportar objetos y personas en el interior de su trasera cerrada y techada, adaptada para vivir. Tienen, lógicamente, un tamaño mayor que el monovolumen, con la parte delantera más corta y el motor situado bajo los asientos delanteros, en el habitáculo de conducción. El chasis se utiliza para montar la célula habitable, ya como adaptación externa, ya como prolongación de la trasera.

Las dimensiones pueden variar en función del largo y alto (valores que van del L1H1, menor de 1,70 metros de altura, al L4H3), por lo que tenemos que prestar atención sobre todo al girar en curvas cerradas, túneles o pasos a nivel. Tenemos que tener la precaución de abrirnos lo suficiente para no golpear con el lateral, algo que, a no ser que seamos conductores de autobuses, no habremos experimentado antes. La longitud y altura influye también a la hora de encontrar aparcamiento, ya que los modelos L3 y L4 prácticamente lo van a tener imposible en los párking urbanos.

Importante para viajar en furgoneta

El equipamiento general del vehículo cuenta con gas para cocinar, climatización, instalaciones eléctricas para iluminación, frigorífico, televisión, mobiliario y baño, entre otras muchas cosas. Las aguas derivadas del lavabo, inodoro y ducha se recogen en un depósito para más tarde ser depuradas en las zonas concretas y señalizadas de las áreas de servicio (aguas grises y negras).

Si contamos con vehículos auxiliares como ciclomotores o bicicletas deben transportarse siempre en plataformas debidamente homologadas, siempre y cuando no sobresalgan más de un 10% de la longitud de la autocaravana, y estén señalizadas correctamente con la señal V-20 en la parte posterior y de forma perpendicular al vehículo. En relación al instrumental y herramientas indispensables para comenzar la ruta, nunca pueden faltar una manguera con su adaptador concreto para todo tipo de grifos; una caja de destornilladores, pulpos y cinchas y un juego de llaves Allen variado; cartuchos para la recarga de gas; un botiquín en el tengamos antialérgicos, gasas y esparadrapos, tijeras, agua oxigenada, repelente de insectos, protección solar y pastillas para el mareo, entre otras cosas; cargadores de móvil, alargadores de corriente y lámparas portátiles o linternas son otros recursos importantes que llevar encima.

Tipos de autocaravanas y cuál elegir

Esta es quizá la cuestión más problemática, ya que debemos pararnos a decidir el uso que vayamos a hacer de ella, el número de personas que van a utilizarla, y por tanto el tamaño, el precio, el consumo, y un largo etcétera. Pero aquí podemos aclarar algunas dudas.

  • Cámpers: consisten en furgonetas que han acondicionado su interior (trasera de carga) para vivir, conservando su carrocería original de chapa. Son el paso intermedio hacia las autocaravanas y por tanto algo más económicas y ligeras, pues la cabina habitable se acopla al vehículo comercial. Introducen elementos de acampada a bordo, con un aislamiento térmico y muebles, conservando las dimensiones interiores y diseño, lo que permite que pase muy desapercibida y sea discreta a ojos ajenos. Su conversión a vehículo-vivienda requiere una serie de pasos burocráticos como la certificación de la ITV, un proyecto de ingeniería y una autorización certificada del fabricante. La mítica Volkswagen Combi, de la época dorada flower power, es un buen ejemplo de ella.
  • Capuchinas: Su cabina habitable es una prolongación del habitáculo de conducción, contando con puertas laterales y maletero que permite mayor espacio en caso de estancias prolongadas. Proporciona más estabilidad, con capacidad para siete personas, ideal para familias con hijos. Cuenta con una protuberancia delantera por encima de la cabina del conductor, a modo de buhardilla, donde se aprovecha el espacio como cama.
  • Perfiladas: son de clase C y muy interesantes para novatos. El habitáculo está construido sobre su propio chasis motor, similar a las capuchinas, pero en este caso cuenta con una altura y espacio menor, apto para dos personas. Es mucho más aerodinámica, con mejores prestaciones y por su tamaño, tiene un consumo menor.
  • Integrales: lujosas y costosas, pues son de alta gama, como las que usan los pilotos de competiciones oficiales para alojarse durante las carreras. Son grandes camiones con un chasis de un solo cuerpo en el que se acondiciona la cabina habitable con todo tipo de ventajas y comodidades.
  • Casa rodante o remolque tienda: es un módulo de vivienda en un remolque cerrado que requiere de un automóvil para su desplazamiento. Es desplegable, ligero y maniobrable. En España, siempre que su peso supere los 750 kg debe incluir la matrícula del coche y la matrícula roja.

Existen otros muchos modelos que podemos incluir en este listado como las tiendas de techo, que se instalan sobre los vehículos todo terreno; las autocaravanas extensibles, con módulos laterales desplegables; y las Toy Hauler, para el transporte de motos, quad, motos de agua, etc.

¿Y si acudimos al mercado de segunda mano?

Una vez nos hayamos decidido por un modelo u otro debemos ir al mercado, donde encontraremos autocaravanas nuevas desde 35.000 euros hasta más de 100.000 euros. En caso de encontrar una de ocasión puede rondar los 25.000 euros, pero hay que tener en cuenta el pago de impuestos anuales, los seguros, la ITV, el mantenimiento, el consumo, plaza de garaje si fuera necesario…

Analizando el mercado de segunda mano podemos encontrar vehículos en buen estado a partir de 6.000 euros, ya que por debajo de este límite encontraremos furgonetas de más de 30 años, que intentan imitar a las cámper y sin ninguna garantía. A partir de 7.000 y hasta 12.000 euros encontraremos modelos vintage de finales de los ’80, de no más de seis metros de largo y de tipo capuchinas (Fiat Ducato) o perfiladas (Hyner), pero sin dirección asistida, aire acondicionado y con poca potencia y espacio habitable. Existen una gran cantidad de importantes marcas que proporcionan autocaravanas como Mercedes, Ford, Iveco, Volkswagen, Peugeot y Fiat, entre otros.

Pero a la hora de contactar con el vendedor es imprescindible ver el vehículo y no dejarse guiar por las primeras impresiones, sino dudar y entrar en cuestiones eléctricas, mecánicas y de seguridad. También debemos obtener la mayor información posible acerca de golpes o siniestros, ya que un coche muy siniestrado no es estable y puede provocarnos un fuerte desembolso en el futuro.

En cuanto a asuntos técnicos, debemos revisar el motor en nuestro taller de confianza y conocer qué tipo es y cómo suena, para averiguar su vida útil y kilometraje real (podría estar manipulado a pesar de ser penalizado por ley). Elementos como las gomas de las correas de distribución, embrague, frenos, dirección, juntas y baterías sufren un desgaste natural  que puede llevar a roturas, por ello debemos atender a los ruidos, rozamientos y chirridos durante nuestra prueba de conducción. Por su parte, los neumáticos y los recambios para autocaravanas no nos resultarán baratos ni fáciles de encontrar si ya hemos comprado unos en mal estado. El desgaste del camperizado es normal, pero por ello hay que atender al estado de los muebles y armarios, el montaje de la cama, funcionamiento de electrodomésticos, centralita y calefacción, la instalación del gas, posibles fugas en la cocina, revisar la bomba de agua, grifos, fregadero  y desagües, apertura y cierre del techo elevable.

Si además nos aseguramos de que es un vehículo libre de cargas, sin órdenes de embargo o multas por impago del impuesto de circulación, podremos firmar el contrato de compraventa para el traspaso de propiedad con total confianza, y poder así comenzar nuestra nueva y emocionante experiencia al volante.

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