Puede darse por diversas circunstancias, pero esta es una de las situaciones que más nos aterroriza en carretera. Una avería eléctrica en los indicadores del salpicadero, una mala planificación o pensar que podemos apurar la reserva son algunos de los motivos que acaban por abandonarnos en la cuneta. ¿Sabrías cómo resolver esta situación con seguridad? Además de un enorme inconveniente, has de saber que quedarnos sin gasolina o combustible nos expone a ciertas sanciones que pueden hacer ‘tiritar’ nuestros bolsillos.
Por qué nos quedamos sin combustible o energía en mitad de la autopista
En primer lugar, quedarnos sin combustible en mitad de la autopista es una situación peliaguda que nos expone a ciertos riesgos. Y para nuestro vehículo también supone mucho más que un simple refill. Si no se debe a un error humano, puede que alguno de los receptores de información del nivel del depósito estén dañados. Por ello, las agujas no señalan de forma adecuada el nivel de combustible en depósito. Otro caso similar se da cuando hay una fuga en el circuito o cuando el coche pierde combustible por culpa de un filtro desencajado.
Cuando el circuito se vacía por completo no es tan sencillo con llenarlo de nuevo (sobre todo en los vehículos diésel). Es probable que necesitemos ayuda especializada para que el combustible llegue de nuevo a los inyectores. En todos estos casos, lo mejor es llamar a la grúa y llevar el vehículo al taller.
Multas relacionadas con quedarse sin gasolina
Quedarse sin gasolina no es en sí mismo un motivo de multa, pero las circunstancias que lo rodean sí puedan acarrear sanciones. Según el escenario, las consecuencias económicas tienen más que ver con la falta de previsión y con la responsabilidad del conductor.
- Multa de hasta 200 € por estacionar en un lugar indebido, en caso de que no consigas estacionar tu vehículo a tiempo en un lugar seguro de la vía, fuera de la calzada, en el lado derecho y dejando libre la parte transitable del arcén.
- Multa de hasta 200 € por crear situaciones de riesgo en carretera si se pone en peligro al conductor y ocupantes del vehículo y al resto de usuarios de la vía. Se deberá actuar con «diligencia y la precaución necesarias para evitar todo daño, propio o ajeno» (Artículo 3 del Código de Circulación).
- Multa de hasta 2000 € y 3000 € por transportar mercancías peligrosas. Esto implica el hecho de cargar con una botella de gasolina para llenar el coche. Está prohibido transportar gasolina en un recipiente que no esté homologado.
Protocolo de actuación en estos casos: qué debemos hacer
Tu vehículo empieza a dar tirones, se ahoga y el acelerador no responde… ¡Activa el protocolo PAS! Estas siglas indican tres acciones que debemos poner en marcha en caso de una emergencia de este tipo: proteger, advertir y socorrer.
- Proteger: activa las luces de emergencia y comienza a dirigir tu vehículo hacia una zona apartada, segura y fuera de la calzada, que no obstruya el tráfico, hasta que el coche se detenga.
- Advertir: colócate el chaleco reflectante dentro del coche y sal de él con cuidado para colocar los triángulos de emergencia delante y detrás.
- Socorrer: pon a todos los ocupantes (niños en primer lugar) en un espacio alejado y resguardado del tráfico. Si la ubicación no es la más adecuada y puede ser peligrosa, llama a Emergencias (112), a la Guardia Civil o a cualquier autoridad autonómica competente.
Llamar al seguro y a la asistencia en carretera
Ahora es momento de solucionar el problema con calma. El primer paso que hay que dar cuando se vacía el depósito es llamar al seguro para comprobar si tenemos una cobertura para este tipo de circunstancias. En caso afirmativo, el servicio de asistencia en carretera nos enviará una grúa que nos trasladará junto al vehículo a la gasolinera más cercana. Hay ocasiones en que las compañías de seguro facilitan algún bidón o garrafa con una cantidad suficiente para llegar a la estación de servicio más cercana.
Si tenemos a algún amigo o conocido en la zona que pueda surtirnos con carburante de emergencia, podemos contemplar esa posibilidad. Sin embargo, el objetivo final es llegar a una gasolinera de la forma más breve posible para llenar el depósito con ayuda de los técnicos de la estación.
Opción alternativa: caminar a la gasolinera más cercana
¿Y si el seguro no cubre que nos quedemos sin combustible y no podemos llamar a un servicio de asistencia? En tal caso tendremos que ir caminando a la gasolinera más próxima, comprar un recipiente homologado, llenarlo de combustible y regresar al vehículo. Recuerda que la normativa prohíbe caminar por la calzada de una autopista, por lo que tendremos que evaluar las posibilidades que tenemos de llegar. Siempre podemos pedir un taxi o un coche con conductor (VTC) para no correr ningún riesgo.
¡Ojo con las averías! No es tan sencillo como repostar
Como ya hemos mencionado, cuando el depósito se vacía de gasolina, sí es más fácil de repostar hasta conseguir llenarlo. Pero no ocurre lo mismo cuando el motor utiliza combustible diésel. Esto es así porque el diésel deposita impurezas y posos en la base que pueden llegar a obstruir los inyectores. Por ello, lo mejor es utilizar gasóleo prémium con aditivos que mantienen siempre limpios el depósito, el motor y el circuito.
De todas formas, una vez hayas terminado de repostar, presta atención a cualquier anomalía o ruido que pueda hacer el motor. Es posible que el estado de los inyectores no sea el más adecuado o que el propio sistema de seguridad del vehículo no te permita arrancar hasta pasado un tiempo aproximado de una hora. ¡Ten cuidado también con la batería! Si, tras repostar, intentas arrancar sin éxito durante varias veces, puedes conseguir que termine por descargarse.
Por todos estos motivos, hemos comprobado que, una vez llenamos el tanque, no se acaban nuestros problemas. Aún existen posibles averías relacionadas con el depósito y el motor con las que debemos tener cuidado una vez parece que todo está listo.
¿Cuántos kilómetros dura la reserva?
Para planificar mejor tu viaje la próxima ocasión y no verte de nuevo sumido en esta espiral de estrés y peligro, lo mejor es conocer bien los límites de tu vehículo. Lo normal es que –y en el peor de los casos– la reserva de un coche puede cubrir hasta 50 kilómetros desde que se enciende el testigo del coche. Según el modelo y las características, esta puede alargarse hasta los 120 kilómetros. Todo depende de la proporción, tamaño, velocidad de circulación, relación de marchas… Por ejemplo, un utilitario, por tener un depósito con menos dimensiones que el de un sedán, tiene menos autonomía con el testigo de reserva encendido.
Estudia con detalle las especificaciones técnicas de tu vehículo donde el fabricante da más información sobre la reserva de combustible. Los modelos más modernos proporcionan estos datos en el sistema de infoentretenimiento, de forma actualizada, en función de la fluidez de la conducción, la exigencia (puerto de montaña, carga del maletero, uso del aire acondicionado…) y el rendimiento.
En Circula Seguro | ¿Me pueden sancionar si me quedo sin combustible en la carretera?
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