Las recientes informaciones sobre una posible prueba de GPS en el examen práctico de conducir (que ya está incluida en Reino Unido) da una idea de lo popular que se ha vuelto este dispositivo entre los conductores. Sin embargo, aunque muchos modelos nuevos ya incluyen algún tipo de navegador integrado en su sistema, si tu modelo es más económico o tiene ya unos años, posiblemente no cuentes con uno de ellos aún. Si estás pensando en hacerte con alguno, te explicamos las distintas opciones que hay en el mercado.
Aplicación para smartphone
Si, todos tenemos en mente esas aplicaciones de navegación que vienen instaladas de serie en los smartphones. Y estas aplicaciones, para trayectos cortos o viajes esporádicos, pueden resultarte más que suficientes. Pero si quieres tener una experiencia más completa o buscas una determinada función, puedes encontrar otras (gratuitas y de pago) lanzadas por empresas dedicadas al mundo del motor. De entre las gratuitas podemos destacar ViaMichelin. Además de navegador sirve para calcular el coste del trayecto y para encontrar información sobre hoteles y (cómo no) restaurantes. Si viajas con frecuencia por placer o trabajo, también vale la pena echar un vistazo a las aplicaciones de pago (normalmente por suscripción), que sobre todo garantiza mapas y servicios actualizados. Coyote, Waze, Google Maps o TomTom son varios ejemplos de apps.
Navegador GPS
Si quieres ir un paso más allá, porque viajes con frecuencia o porque seas un profesional del transporte, quizás te interese más un navegador GPS. La aparición del smartphone hizo languidecer el mercado de estos aparatos. Incluso a pesar de que ofrecen claras ventajas frente a los teléfonos móviles. Son dispositivos optimizados para funcionar como navegadores, y su autonomía es mucho mayor a los de los smartphones. Además, tienen precargados los mapas en su base de datos, por lo que no requieren de conectividad 3G. Muchos de ellos ofrecen actualizaciones gratuitas de estos mapas, y los más modernos incluyen otras funciones como control de voz y avisos en carretera. TomTom o Coyote son dos ejemplos de estos dispositivos.
Asistentes a la conducción
Los asistentes a la conducción son una evolución de los navegadores GPS. En cierto modo están a medio camino entre éstos y las aplicaciones para smartphone. Se tratan igualmente de dispositivos específicos para la conducción (totalmente independientes del teléfono móvil) con todas las funciones de navegación de un GPS tradicional, control de velocidad, etc. Pero lo que hace realmente valiosos de estos asistentes es que cuentan con la posibilidad de incorporar una tarjeta SIM con conectividad 3G, lo que le da una característica muy útil: la actualización en tiempo real. Esto implica mapas de carreteras, ubicaciones de radares, estado del tráfico e incluso avisos de incidentes en nuestro trayecto. Lo normal es que, además de pagar por el dispositivo, estos asistentes funcionen con cuotas de suscripción periódica. Su máximo exponente es Coyote en Europa.
Con el avance tecnológico del que disfrutamos, las diferencias entre los navegadores GPS y los asistentes a la conducción se han ido difuminando. Incluso muchos fabricantes de estos dispositivos cuentan con aplicaciones para smartphone para hacer de tu teléfono móvil un dispositivo de apoyo.
Detectores e inhibidores de radares
Lo que tienen en común los anteriores dispositivos es que, a pesar de contar con avisos de radares, son completamente legales en nuestro país. Esto se debe a que incorporan a su base de datos la información que Trànsit en Cataluña, Trafikoa en el País Vasco y la DGT en el resto de España publican sobre la ubicación de los radares de nuestro país. Como el objetivo de estas instituciones es meramente preventivo y no recaudatorio, la normativa vial de nuestro país permite el uso de esta información para prevenir a los conductores de la proximidad de una zona vigilada por radar y, por ende, especialmente peligrosa.
Todo ello sin que los dispositivos tengan que conectarse o interactuar con los radares mismos, algo que sí está expresamente prohibido por la ley. Los detectores e inhibidores de radares sí interactúan con ellos, por lo que su uso está completamente prohibido en nuestro país.
En el caso de los detectores, su función consiste igualmente en avisar al conductor de la presencia de un radar. Sin embargo, lo consigue emitiendo unas ondas a través de su antena que, tras rebotar en las emitidas por los propios radares, activan el aviso en el aparato. Estas ondas pueden afectar al correcto funcionamiento de los radares, de ahí que su uso esté sancionado con 200 euros de multa y la pérdida de 3 puntos en el carnet de conducir. Tendiendo en cuenta que además la instalación de uno de estos aparatos puede rondar entre los 500 y los 2.000 euros, no parece una opción muy recomendable.
Por su parte, los inhibidores sí tienen la función expresa de, como su propio nombre indica, entorpecer y bloquear la señal de los radares. Lo hacen bloqueando las distintas bandas de frecuencia que usan, incluso en su caso el espectro utilizado por los radares láser. Ya que su objetivo es la eludir expresamente la vigilancia de los controles de velocidad, su uso constituye una infracción muy grave, y cuenta con sanciones más severas que en el caso de los detectores: 6.000 euros de multa y la pérdida de 6 puntos en el carnet.
Por supuesto, no podemos sino desaconsejar la compra de detectores e inhibidores de radares. Creemos que en el mercado de los navegadores existen suficientes opciones como para encontrar la que se ajuste a tus necesidades dentro de la legalidad. Esperamos haberte ayudado a tomar esa decisión.
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