Los expertos en todoterreno saben las complicaciones que pueden encontrarse al vadear un río o charco grande. *Para empezar hay que conocer las limitaciones del coche*, no es lo mismo llevar ruedas de todoterreno que neumáticos de carretera, considerar el sistema de tracción total que tenemos, la altura libre, etc. No hay que perder de vista el dato de «profundidad de vadeo».
Si no se sobrepasa dicha cifra, atravesar el río es factible. En el caso de un río desconocido, conviene ponerse unas botas altas para meternos andando e inspeccionarlo. ¿El fondo es demasiado resbaladizo? ¿Hay piedras? ¿Y son grandes? Si nos encontramos un obstáculo lo suficientemente gordo, podemos romper un eje o piezas de los bajos y tener que ser rescatados mediante un _winch_.
Una vez tengamos la seguridad de que el río es vadeable, hay que tener cuidado con cómo lo hacemos, y eso implica ir despacito (con reductora si se cuenta con ella). Sé que es muy divertido meterse en una zona con un poco de agua y pasarla a cierta velocidad (40-60 km/h), *pero eso entraña un _pequeño_ riesgo: romper el motor*. No había sido consciente de esa realidad hasta que me lo contaron.
El agua, como todos los líquidos, *es prácticamente imcompresible*. Si se cuela por la toma de aire del motor una cantidad significativa de agua, entrará en los cilindros, y cuando un pistón intente comprimirla, o rompemos la culata, o rasgamos el bloque, o partimos una biela. Ninguna de las tres averías es agradable, ni barata de reparar, ni permite continuar la marcha. *Basta un culín*.
Eso se explica con facilidad. Un motor de gasolina tiene una relación de compresión normalmente entre 10:1, un diesel 15-17:1. Eso signifia que la mezcla aire-combustible se comprime 10 o 15 veces menos de su volumen original. El aire es compresible en gran medida, pero el agua no.
Los todoterreno más serios tienen los bajos protegidos y las tomas de aire colocadas lo más alto posible, pero los todocaminos y SUV no necesariamente, *pueden tener la toma más baja*, alineada con la parrilla frontal, y eso facilita que entre agua como no tengamos mucho cuidado. Por eso hay que evitar que el agua salte, y evidentemente, no sobrepasar la altura de vadeo que recomienda el fabricante.
Pongamos que el motor no chupa agua y no revienta, pero ¿estamos seguros de la estanqueidad de las puertas? Con el agua a partir de cierta altura, el coche empieza a inundarse como no se haya pensado para el 4×4 más duro, y realmente son pocos los modelos que son capaces de tolerar grandes vadeos sin sufrir estos percances.
Si el vehículo es más un turismo que un todoterreno, hay que maximizar las precauciones. No se puede tener lo mejor de ambos mundos, un buen 4×4 no es un turismo brillante, y un turismo brillante no puede salir del asfalto. Los todocaminos (X3, Tiguan, X-Trail, C-Crosser, Antara, Captiva, Altea Freetrack…) no tienen las mismas prestaciones en campo que los más veteranos, como Land Rover Defender, Suzuki Vitara, etc.
Fotografía | Javier Costas