Estrenar coche nuevo

Jaume

21 de noviembre de 2013

La emoción de estrenar coche nuevo

¿Cuantas veces en la vida tenemos la oportunidad de estrenar coche nuevo? La mayoría de los hijos de vecino, quizá cuatro, cinco… seis veces. Puede que menos, si solemos acudir al mercado de segunda mano. Y esas pocas ocasiones están tan espaciadas en el tiempo que cada vez es una primera vez. Por que, de hecho, cada vez que tenemos la oportunidad de estrenar coche nuevo es una primera vez en toda regla.

El proceso de compra es largo y pesado. Muchas comparaciones y decisiones. A menudo hasta tomar la decisión de que toca comprar un coche nuevo es difícil. Al final, ese periodo de tiempo que transcurre desde que el pedido se convierte en firme hasta que recibes la llamada para concertar la recogida se hace insoportable. Si, nos repetimos que sólo es un coche, un bien material. Que no es para tanto. Pero, ¿alguno de los presentes puede contener conscientemente la ansiedad por ponerse a los mandos del coche nuevo que ha pedido?

Estrenar coche nuevo

La ceremonia

Al final, llega el día. Aparecemos por la puerta del concesionario a la hora acordada… puede que diez minutos antes. Como no podría ser de otra forma, el comercial que amablemente nos ha atendido siempre está hablando con otros clientes. Toca esperar un poco más, comprobando que ahora que nuestro coche ya está vendido no somos la prioridad para él. Paciencia.

Finalmente, nos saluda efusivamente y nos permite pasar a su despacho. Normalmente ya habremos firmado todos los papeles importantes en una visita anterior. Dependiendo del método de pago, es posible que queden por abonar parte del precio del vehículo. Este es el momento de hacerlo. Imprescindible, no nos van a dejar ni oler el vehículo sin ello.

Ahora es cuando realmente empieza la ceremonia. La entrega de las llaves, del manual, de una tarjeta con todos los PIN del vehículo para que sólo los mecánicos de confianza puedan acceder al cerebro de la bestia, el generoso regalo de un llavero con el logotipo de la marca, etc.

A continuación rellenaremos un formulario donde aseguraremos que nos han entregado el coche con todo lo imprescindible, y que hemos sido informados de todos los detalles. Desde la garantía y sus posibles extensiones, hasta la fecha y/o kilometraje de la primera revisión. Nosotros firmaremos sin rechistar, no sé realmente qué utilidad puede tener una encuesta de valoración que se responde justo delante de la persona valorada (en mi caso, incluso fue el propio comercial quien la rellenó personalmente…).

Tras aguantar todo esto, llega el momento. Aquí están las llaves, y debajo de esta lona está tu coche. Mi coche. ¡Mi coche!

Nos sentamos por primera vez al volante y lo único que queremos es largarnos de allí. El panel de mandos se chiva de que el vehículo ha recorrido 5km en su vida, lo esencial para moverlo por las instalaciones y realizar alguna prueba.

Pero la ceremonia no ha terminado todavía. El comercial se sienta a nuestro lado y hace un innecesario repaso a todos los mandos del vehículo. Acelerador, pedal de la derecha. Intermitente, leva de la izquierda. Comprendido.

Eventualmente llega el momento. El comercial elogia lo buen clientes que hemos sido, se calla y baja del coche.

Estrenar coche nuevo

La experiencia de estrenar coche nuevo

¿Cómo iba esto? Pisar embrague, primera, soltar embrague y acelerar levemente. ¡Se mueve! Está vivo, ¡vivo!

Yo, personalmente, lo primero que noté fue la ausencia de cualquier tipo de resistencia del volante. Aquello giraba simplemente bufando sobre él. Era una gozada. Aunque la costumbre a tener un poco mas de resistencia en la dirección me produjo un poco de inseguridad en los primeros instantes. Es como si me faltara control, la resistencia de la antigua tartana me proporcionaba más feedback, como dicen los ingleses.

El tacto de los pedales también era un mundo completamente diferente. Una suavidad extrema, casi desconcertante. Supongo que es lo que tiene haber conducido durante los cuatro años anteriores un coche bastante más viejo.

Cuestión de acostumbrarse, sí, pero es necesario tenerlo en cuenta en los primeros instantes de estrenar un coche nuevo. Bueno, incluso cuando no es nuevo, manejar un vehículo al que no estamos acostumbrados siempre exige un periodo de aclimatación durante el que debemos extremar las precauciones.

En consecuencia, entre una cosa y la otra, los primeros metros fueron bastante patosos. Por suerte, mi concesionario estaba en una zona tranquila. El primer trayecto fue de 200m al rededor de la manzana, para llegar a la gasolinera. Porque, obviamente, nadie regala ni una gota de petróleo y el coche nuevo llevaba lo justo para salir por la puerta. Ojo en este momento al elegir la manguera correcta, especialmente si (como yo) habéis cambiado el tipo de motor.

La primera detención en un semáforo fue otro shock. Sabía que el coche tenía star&stop, obviamente lo había elegido yo, pero por mucho que lo sepas, nunca estás preparado para que el motor se apague de golpe. «¿Qué? ¿Ya lo he calado? Ah,… no«. Aunque, después, comprobar como el indicador de consumo marca 0,0 es toda una satisfacción. Quizá un día hablamos de forma más extendida sobre la conducción con este sistema que apaga el motor en las detenciones.

Después, tomé el desvío hacia la autopista y me dirigí a la capital. Destino: una cena romántica con la mejor chica del mundo para estrenar las ruedas. Al alcanzar la velocidad crucero, unos 100km/h, escuché un ruido raro, al que no estaba acostumbrado cuando conducía mi primer coche.

«¿Qué es ese sonido? ¡Ah! Mi respiración«… Lejos del indomable rugido a que estaba acostumbrado en el antiguo, el motor nuevo apenas ronroneaba para mantener la velocidad estable en una autopista totalmente llana. El indicador de consumo marcaba un poco menos de 3 litros por cada 100km. Un rápido cálculo mental comparativo me provocó una sonrisa de oreja a oreja.

Al final de la noche, abrí la puerta del garaje y aparqué mi nueva montura con sumo cuidado. Al abrir la puerta que conduce a la vivienda, no pude evitar echar una mirada atrás y pensar «por fin estás aquí». Y por muchos años.

Fotos | The World According To Mary, Ray Forster, Mjmail