Ya os hemos hablado en más de una ocasión de los «riesgos de llevar los neumáticos con una presión de inflado inferior a la recomendada por el fabricante»:/2008/10/11-la-presion-de-los-neumaticos-es-algo-fundamental, así que no voy a incidir en ello de nuevo. Vengo a hablaros hoy de la conveniencia de sobreinflar o no los neumáticos.
El fabricante nos da una o dos presiones recomendadas, la segunda suele ser si vamos a viajar muy cargados y por autovía. Existen situaciones en las que es deseable meter un poco más de aire a las ruedas, pero no más de 200 gramos de aire por encima de la presión recomendada. *El primer supuesto es el de reducción de consumo*.
Si el neumático tiene más aire, está más _duro_. La deformación contra el asfalto es menor y ofrece menos resistencia, ayuda a bajar alguna que otra décima en el consumo, interesante sobre todo para viajes largos por autopista, máxime si vamos cargados. Os recuerdo que la medición de la presión *debe hacerse en frío*, sin haber recorrido más de cinco kilómetros en dos horas.
Si estamos en caliente, deberemos sumar 300 gramos a nuestro cálculo. Por ejemplo, neumáticos calientes con presión recomendada 2.2 bar, serían 2.2 + 0.3 + 0.2 = 2.7 bar, mientras que en frío serían 2.4 bar. *No se recomienda sobreinflar más ya que el neumático tiende a deformarse como el de una motocicleta*, curvándose, desgastando mucho la banda de rodadura central.
Por otra parte, al haber menos contacto con el suelo alargaremos la distancia de frenado en caso de emergencia. *Es un ahorro que no compensa*. Sin embargo, con +0.2 bar sólo perderemos un poquito de confort, pues la suspensión la notaremos más dura y que al pasar por las juntas de autovía o firme muy rugoso la rumorosidad de rodadura aumenta. Es fácil notar la reducción de gasto a la hora de repostar.
Otro caso en el que puede ser interesante es circulando sobre nieve. La presión adicional hace que el neumático haga de _improvisada cuchilla_, mejorando tímidamente el agarre. Este truco no sustituye a los neumáticos de invierno, pues así no emulamos todas sus ventajas.
De todas formas, sobreinflando o llevando la presión recomendada, no hay que descuidar esto. *Cada dos semanas como poco deberemos revisar todas las ruedas* y comprobar que tienen valores correctos, incluyendo la rueda de repuesto. Lo notaremos en el bolsillo y quién sabe, en alguna emergencia los pocos metros que ganemos pueden significar la diferencia entre despeinarse o golpe.
Si disponemos de un manómetro, mejor. No siempre los de las gasolineras están afinados.
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