"La bicicleta tiene la capacidad de crear un clima amistoso y de mayor respeto en las calles"

Josep Camós

9 de mayo de 2014
Cristina Medina y Sergio Torres consiguieron un trazado vial más seguro para los ciclistas de Valencia

Dentro de los proyectos recibidos en el contexto de Bike Pal, Cristina Medina y Sergio Torres, que son estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la UPV, participaron con una propuesta de mejora para la seguridad de los ciclistas que es específica de un punto conflictivo de Valencia, pero que –por lo que nos cuentan– es extrapolable a otras ciudades con problemas de integración entre bicis y vehículos motorizados.
En el caso concreto de Valencia, existía una discontinuidad de 100 metros en el carril bici que pasa por la calle Alfauir y que suponía un riesgo por la intensidad del tráfico en la zona y por coincidir con un estrechamiento de la vía. La idea de los jóvenes ingenieros consistió en desviar ese carril bici por una calle paralela poco transitada: el Camino Viejo de Alboraya.


Detrás de una acción tan aparentemente simple hay horas de trabajo, además de diversas gestiones con los organismos implicados en la reforma del trazado vial. Para conocer un poco más a los autores de este proyecto, que hoy ya es una realidad, les planteamos unas cuantas preguntas que no sólo nos hablan de la propuesta del carril bici valenciano, sino que se pueden transmitir a otros escenarios que tengan problemas similares.
Bike Pal Valencia
¿La bicicleta puede considerarse una alternativa viable al uso del transporte motorizado?
En ciudades y áreas metropolitanas creemos que es una alternativa perfecta para los desplazamientos diarios, ya que ofrece innumerables ventajas. Además de ser una de las opciones más sostenibles y amables con el medio ambiente, te permite practicar ejercicio, ahorrar dinero, mayor agilidad en los movimientos y aparcar muy cerca de tu destino al ocupar menos espacio en las calles.
Por otro lado, tiene también ventajas en la actitud del conductor. La bicicleta tiene la capacidad de crear un clima amistoso y de mayor respeto en las calles, ya que se interactúa más con el entorno y con la ciudad. No hay barreras entre el conductor del vehículo y las calles como sí sucede en los vehículos motorizados.
Fuera de ciudades, a parte del uso para ocio y tiempo libre, creemos que también puede competir con otros medios motorizados para los desplazamientos diarios entre pueblos cercanos (no más de 5 km).
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Y con respecto a otros países de Europa, ¿cuál es el uso que le damos en general a la bici en España?
En España, la bicicleta tradicionalmente se ha visto como una actividad ocasional para practicar ejercicio o para disfrutar del tiempo libre cuando hace buen tiempo. En los últimos años esa percepción está cambiando y se está empezando a ver como una forma de moverse todos los días. A pesar de que en otros países las condiciones climáticas son peores, su uso en este sentido es mayor, pero también porque las infraestructuras están más adaptadas y la sociedad tiene otra visión.
En el caso de las infraestructuras, nos llevan años de adelanto, no sólo en las calles, sino también en aspectos tan básicos como el guardado de las bicis en los puntos de salida y llegada de los recorridos, uno de los principales inconvenientes. ¿Dónde guardo mi bici si no tengo espacio en casa? En otros países existen aparcamientos e instalaciones especializadas para este fin cerca de las viviendas.
A su vez, en otros países europeos las sociedades están más concienciadas con los ciclistas. La bicicleta se ve como un medio de transporte más. Coger la bici es algo cotidiano y lo hace cualquier persona de cualquier edad y clase. Aquí, en algunos ambientes se sigue tratando a los ciclistas como un colectivo marginal y ecologista.
Bike Pal Valencia
Es algo cotidiano, pero no está exento de peligros. ¿Cuáles son los principales riesgos que sufre el ciclista de forma cotidiana a causa de las infraestructuras?
Creemos que los principales son las posibles caídas provocadas por el mal estado del pavimento y los baches. Cuando circulas en bicicleta cualquier pequeño agujero en el asfalto o en los carriles bici te puede ocasionar una caída. En los carriles bici solemos encontrar elementos mal colocados y pavimentos muy deslizantes, especialmente cuando están mojados. Y por supuesto el mal diseño de los mismos: la mayoría tiene muchas curvas, obstáculos como bolardos y señales, y bordillos acera-calzada que no están bien rebajados.
Otro de los riesgos es el de atropello por parte de vehículos motorizados debido a la mala colocación de elementos de mobiliario urbano que restan visibilidad a los conductores. Farolas, contenedores o paneles publicitarios suelen estar mal situados y a los conductores les es difícil ver a los ciclistas. Especial relevancia tiene este aspecto en los cruces de calles o en los pasos de ciclistas. También el mal diseño de aparcamientos de coches que están al lado de los carriles bici provoca en muchos casos que los coches lo ocupen o que abran puertas que lo invaden, y con ello aumenta la posibilidad de provocar algún accidente a los ciclistas.
En la mejora que propusimos se ha canalizado a los ciclistas por un carril bici evitando que pasen por un punto donde existía poca visibilidad, reduciendo el riesgo de atropellos.
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¿Y cómo se puede compatibilizar el uso de la vía por los vehículos motorizados, los peatones y los ciclistas?
Depende mucho de la vía o la calle en la que nos encontremos. En los centros históricos donde el espacio es limitado, el uso debe ser compartido, realizando una reducción de velocidad de los vehículos motorizados. En grandes avenidas o rondas cercanas a las afueras, donde existe mucho más espacio, se pueden hacer separaciones para los distintos usos. En calles locales o de poco tráfico con bajas velocidades de los vehículos, aunque se tenga mucho espacio, pensamos que no tiene sentido hacer separaciones entre ciclistas y el resto de la calzada.
En el proyecto que realizamos teníamos un problema de espacio importante, por lo que estuvimos analizando varias posibilidades para solucionarlo. La solución que preferían los ciclistas era la que más perjudicaba a otros usuarios. Al final elegimos la que menos afectaba al resto de usuarios aunque fuera menos cómoda para los ciclistas. También elegimos la de menor coste posible para así convencer más fácilmente a las autoridades locales.
Bike Pal Valencia
¿En qué medida pueden las ciclocalles ayudar a descongestionar el tráfico rodado de la ciudad?
Con las ciclocalles se desvía a los ciclistas por calles con tráfico más calmado y con pocos vehículos, lo que ofrece mayor seguridad para los ciclistas. A su vez, descongestiona otras vías que no son ciclocalles al reducir el paso de ciclistas por ellas y por tanto mejorando el tráfico del resto de vehículos en esas vías.
Como las ciclocalles son vías con poco tráfico y de tráfico lento, los ciclistas apenas afectan al resto de vehículos. Creemos que es una solución económica y positiva para aumentar la seguridad de los ciclistas y el uso de la bicicleta. Sin embargo, no todos los tipos de calles pueden ser ciclocalles porque si no el remedio puede ser peor que la enfermedad. Sólo deberían ser ciclocalles las vías que cumplan unas determinadas características. Para moverse por toda la ciudad se hace necesario usar vías principales en algunos tramos y en ellas será necesario disponer de carriles bici o infraestructura separada.
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Vuestro proyecto permite una solución que, además de ser efectiva, no es cara. ¿Qué acogida tuvo esta idea por parte de las autoridades locales de Valencia?
Tuvimos varias reuniones con el Ayuntamiento de Valencia. En la primera, les gustó nuestra propuesta porque era similar a una solución que ya había estudiado el Ayuntamiento, pero que no se había ejecutado por falta de presupuesto. Les insistimos en que nuestra propuesta era menos costosa y nos dijeron que la estudiarían, pero que en principio veían poco probable su ejecución por cuestiones económicas. Sin embargo, en la siguiente reunión, nos comunicaron que la habían estudiado con más profundidad y que finalmente la realizarían. Nos sorprendió gratamente ese cambio de opinión.
Entre los ciclistas también se ha recibido muy positivamente. Realizamos más de 40 encuestas para valorar la satisfacción de los usuarios que pasaban por el carril bici y el 78 % de los encuestados la valoraban como buena o muy buena. Además, al ser preguntados sobre si creían que se había mejorado la seguridad vial del punto, el 83 % creía que ahora el tramo ofrecía más seguridad a los usuarios.
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¿Cuáles son los principales inconvenientes que se puede encontrar un ayuntamiento al planificar los carriles bici?
El principal problema sería el espacio porque es costoso compatibilizar todos los modos de transporte. Son muchas las quejas de ciertos sectores de la ciudadanía, como comerciantes o usuarios de vehículos motorizados, que no quieren que les quiten aparcamientos o carriles de circulación que hasta ahora han podido utilizar para sustituirlos por carriles bici. Cuando el espacio es muy limitado, la planificación debe ser más cuidadosa, evitando los carriles bici e intentando implantar otras alternativas como las ciclocalles o el uso compartido.
En general, creemos que los carriles bici son muy difíciles y costosos de planificar porque implica dar un nuevo uso a unas calles que ya están hechas. Y si son costosos, en la época actual, su ejecución se hace casi imposible. Más si la bicicleta se sigue viendo como algo marginal. Muchas veces se hacen inversiones más o menos voluminosas para contentar al colectivo, pero no se solucionan los problemas reales que se podrían mejorar con pequeñas actuaciones de menor coste.
Otro problema es que las inversiones en carriles bici se hacen en distintas fases temporales, faltando interconexiones entre las mismas y creando problemas de seguridad vial que antes no había, como ocurría en nuestro caso.
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¿Y creéis que se puede extrapolar la solución que encontrasteis para Valencia a cualquier otra ciudad española?
¡Por supuesto! Los problemas de conectividad de la red de carriles bici es un gran problema que sufren todas las ciudades españolas. De hecho, creemos que en el caso de Valencia queda mucho por hacer en este sentido. Uno de los puntos críticos de interconexiones de carriles bici en la ciudad son los puentes que salvan el Jardín del Río Turia. Sólo 3 de los 18 puentes que tiene Valencia tienen habilitada alguna infraestructura ciclista. En la mayoría de los casos los carriles bici se cortan al llegar al puente sin ninguna indicación de cómo continuar.
Más allá de fomentar el uso de la bici en la ciudad, ¿veis posible utilizarla en carretera para desplazamientos habituales?
Según el contexto. En carreteras vecinales o caminos de poco tráfico en áreas metropolitanas, urbanizaciones, etcétera puede ser un medio de transporte que probablemente compita con otros. Eso sí, podría generar problemas de seguridad vial, por lo que para evitarlos se debería de tomar medidas, como adaptar las carreteras para que se cumpla la distancia de seguridad. También se podría mejorar las rotondas y cruces con pasos especiales o hacer campañas de concienciación para el respeto de los ciclistas.
En desplazamientos interurbanos existe la alternativa de bici+ tren que permite utilizar la bicicleta en distancias medias (20-30 km). Sin embargo, creemos que sería conveniente hacer una apuesta más decidida por adaptar los trenes para este uso.
Bici
Para acabar, ¿qué consejo me daríais para ayudarme a sacar la bici del trastero y usarla a diario en mis trayectos?
Si estás dudando de comprarte o no una bicicleta, te recomendaríamos que de momento empezaras probando algún día los sistemas públicos de alquiler de bicicleta si están disponibles en tu ciudad; y si ya tienes bici, pues con la tuya propia. Los primeros trayectos te recomendaríamos que circularas por las rutas y entornos más seguros, aunque sean los más largos, estos son carriles bici y zonas peatonales donde el uso de la bici esté permitido. Es de mucha ayuda si durante los primeros trayectos te acompaña algún amigo que tenga experiencia y te aconseje sobre cómo actuar en cada momento.
En todos los casos debes circular extremando la precaución y respetando las normas y a los otros usuarios de la vía. Y una vez que fueras cogiendo confianza, pasarte a la calzada. No te olvides de poner la bici a punto o de llevarla a un taller si no sabes. También que tuvieras cuidado dónde y cómo dejas tu bici. Los cacos están siempre al acecho y vale la pena gastarse un poco de dinero en comprarse un buen candado. Y por último llevar el equipamiento adecuado y hacerse visible en horarios nocturnos. En unas semanas comprobarás que habrás ahorrado tiempo y dinero, conseguirás haber hecho más ejercicio y contribuirás a que tu ciudad sea más limpia.