En el cine también hay que dar ejemplo… y en las entrevistas

Morrillu

7 de diciembre de 2010

Hace unos días comentaba que no me parecía nada lógico en un momento en el que la Seguridad Vial está a la orden del día y en el que intentamos que los accidentes de tráfico disminuyan cada vez más, aparezca una película que remarca la actitud de su protagonista permitiéndole aparecer en pantalla sin casco. En aquel momento no me parecía lógico que su director, Fernando González Molina, hubiese tomado la decisión de rodar escenas sin el uso de la correspondiente protección para la cabeza pero como rectificar dicen que es de sabios, voy a quitarle algo de culpa a Fernando.

Y lo hago debido a una entrevista se le realizó a Mario Casas en el suplemento Pantalla número 1.206 y que cayó en mis manos por casualidad. Entre las preguntas, una de ellas me llamó especialmente la atención y en la que le preguntaban sobre su aparición en pantalla a cara descubierta. Nunca pensé que la respuesta que daría sería tan sumamente infantil. Juzgaz vosotros mismos:

Querían ponerme un casco horroroso y unas gafas de sol retro y así no parecía un malo ni de lejos. Se me puede tirar la gente encima, pero yo no veía a este personaje con casco. Además, el que iba a la moto a 200 sin casco era yo. Me arriesgaba, pero sé llevar moto. María [Valverde] y Andrea [Duro] iban cogidas sólo por un cinturón y se aguantaban con su propia fuerza. Lo pasaron mal.

¡PLAS!, ¡PLAS!, ¡PLAS! Mario, permítame que te aplauda. Si señor, una respuesta muy madura y que demuestra dos cosas: Que aun con 24 años, todavía te falta un largo camino por recorrer para llegar a la altura de otros actores de tú misma edad pero infinitamente más asentados de cabeza; y que además de no tener aprecio por tu vida, tampoco la tienes por la de los demás. Sabrás llevar una moto pero no eres un motorista ni de lejos, y lo mejor que se me ocurre es recomendarte que leas este artículo de Javier Costas.

Y lo que es peor, la película tiene una calificación de no recomendada para menores de 12 años lo que me demuestra, de nuevo, que el público será el que se encuentra en la franja de edad fácilmente influenciablee. Una pena que el director, Fernando, no hubiese impuesto su cargo y lo hubiese obligado a llevar casco.

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