Si eres fumador y conductor, este artículo está destinado sobre todo para ti. Conste que compartimos contigo la idea de que cada cual tiene derecho a fumar si quiere, siempre que no afecte a los demás, y que dentro de tu coche más aún tienes derecho a hacer lo que quieras (faltaría más), como fumarte un cigarrillo o poner la música a todo volumen, tener cuatro o cinco ambientadores de pino o llevar una fundas de leopardo en los asientos. Vaya, que este es un país libre.
Sin embargo lo que sí nos gustaría es que hoy te pararas a reflexionar un instante acerca de si fumar en el coche merece realmente la pena, y que te pares a considerar los problemas y riesgos que esta acción puede tener mientras conduces.
El tabaco es una distracción
Depende de cada persona, claro, pero en general la acción de fumar suele distraer más de lo que a priori puede parecer. Ya te hemos contado muchas veces que la principal causa de accidentes de tráfico es el factor humano, donde las distracciones son una de las principales.
Por eso solemos recordar la importancia de conducir concentrado, mirando a la carretera, con las dos manos libres, dedicadas a manejar el coche, y sin distraernos con el teléfono ni con ningún otro dispositivo. Hay una frase que resume muy bien esto: mantener los ojos en la carretera y las manos en el volante.
Cuando fumas en el coche piensa en esos instantes en los que buscas la cajetilla del tabaco, sacas un cigarro, buscas el encendedor, lo enciendes… Si apartas la mirada de la carretera, piensa que en un segundo que no estás mirando hacia delante, por ejemplo en autopista a 120 km/h, tu coche ha avanzado 33,3 m sin que tú te hayas dado ni cuenta.
Piensa también que durante los minutos que dura el cigarrillo vas a tener una mano ocupada con algo que no te va a permitir controlar de la misma manera el volante, los intermitentes, el cambio… Nada debería molestarnos, pues necesitamos soltura y seguridad de movimientos mientras conducimos.
Además el cigarrillo te puede jugar una mala pasada, si por ejemplo intentando desenvolverte con los mandos del coche se te cae, te quema y te asustas, teniendo una reacción que puede desestabilizar el coche o hacer que dejes de mirar a la carretera.
Hay otros inconvenientes que pueden afectar a tu capacidad de conducción de manera indirecta: el tabaco suele acelerar la deshidratación de nuestro cuerpo, y ya te explicamos hace tiempo que eso disminuye la capacidad de atención y la velocidad de reacción de nuestro cerebro, y además el humo que se concentra dentro del habitáculo puede irritarte los ojos, y estos, más cansados, pierden capacidad visual temporalmente, como esos días que el agotamiento te puede, con peor visión hacia la lejanía.
No tires la colilla por la ventanilla
Si fumas en tu coche recuerda también que nunca debes tirar la colilla por la ventanilla. Ahora mismo en España fumar en el coche no está prohibido, pero sí está prohibido tirar una colilla, no solo por la falta de civismo que eso supone, sino sobre todo por el riesgo de incendio que conlleva, si por ejemplo lo haces en la carretera y termina llegando la colilla al arcén con hierba seca que se prende.
No fumes si vas con niños
Reflexiona también si además de fumador y conductor eres padre. Si vas en el coche con tus hijos, piensa que es un espacio muy pequeño y cerrado, donde se concentra el humo. Diferentes estudios médicos y universitarios han comprobado que se retienen y mantienen durante muchas horas diversas sustancias nocivas que contiene el humo del tabaco (monóxido de carbono, nicotina, alquitrán, etcétera).
El tabaco que tú fumas como adulto no debería afectar a los niños, que son muy sensibles a su humo, agente que está comprobado que causa múltiples problemas a su salud, a sus pulmones sobre todo: menor capacidad pulmonar, más fatiga, tos crónica, asma, alergias… Algunos estudios estiman que el riesgo de padecer cáncer de pulmón de adulto se multiplica hasta por cuatro si de niño se ha estado expuesto al humo del tabaco.
Nuestro consejo es que si fumas, mejor intentes no hacerlo mientras conduces, y esperes a llegar a tu destino o bien a cuando realices una parada en el viaje para estirar las piernas y descansar unos minutos.
Foto | Boroda (Flickr)