El presidente de Ford España y la visión positivista de la seguridad vial

Josep Camós

11 de noviembre de 2011

Cierro hoy este pequeño ciclo en el que os hemos ido explicando nuestras andanzas de la mano de Ford. Y lo cierro como me gusta a mí hacer las cosas: ligando los temas. En este caso, me apetece enlazar toda esa tecnología que vimos, Esteban en la belga Lommel y yo en la alemana Merkenich, con el componente humano que las hace posible. Y qué mejor manera de hacer esta imprescindible fusión que hablando de José Manuel Machado, presidente de Ford España.

Coincido con Machado en el avión vespertino que nos lleva de Madrid a Düsseldorf. Nos esperan dos horas de vuelo, La Vanguardia que me ofrece la azafata me la sé ya de memoria y los diarios que trae el presidente de Ford dentro de su maletín (El País, El Mundo y Expansión) no dan tanto de sí, así que tras intercambiarlos y comprobar que (como cantaba Julio Iglesias) la vida sigue igual entablamos conversación, lo que me da la oportunidad de descubrir a una persona muy interesante.

José Manuel Machado tiene 57 años y lleva trabajando en Ford desde 1979, donde pronto se forjó una sólida carrera en el área de ventas y marketing. A mediados de los 90 comenzó un periplo que lo llevó a vivir durante 15 años por media Latinoamérica con cargos de alta responsabilidad en el terreno internacional, y con la llegada del nuevo milenio regresó a nuestro país para convertirse en el primer Consejero Delegado de Ford España de nacionalidad española, cargo con el que en 2003 pasó a ocupar la presidencia de la compañía.

Y en esas estamos. Suena un avisador y la azafata pasa por tercera vez junto a Machado con rumbo puesto hacia los asientos posteriores. Dejamos los periódicos en el asiento que Iberia ha dejado libre entre ambos. Ya hemos tenido suficiente lectura por hoy.

El presidente de Ford España es un hombre afable que sonríe en todo momento. Se le ve feliz. Rompe el hielo preguntándome por Circula Seguro sin recordar el nombre de la publicación y yo le explico un poco de qué va la cosa. Escucha atentamente pero mientras hablo noto que le bullen las preguntas en la cabeza a punto de ser disparadas. Parece que quiere saber, más que contar.

Pronto se desvela la clave de todo. José Manuel Machado es muy consciente de que sólo vive la parte de la circulación que tiene que ver con el vehículo, pero no se considera a sí mismo un friki de la seguridad vial, definición que copio de Julio Alonso y que al responsable de Ford España le resulta graciosa, así que quiere saber cómo vivimos nosotros los frikis lo que ocurre a nuestro alrededor.

Esquema clásico de los factores de riesgo

Poco a poco, entre los dos vamos configurando el escenario que nos rodea. Ambos tenemos la sensación de que se carga todo el peso de la seguridad vial (o de la siniestralidad, según cómo se mire) sobre conductores y fabricantes de vehículos, así que durante un rato, y ni que sea por desquite, nos dedicamos a hablar del tercero en discordia: las infraestructuras.

Coincidimos en que el conductor con su comportamiento puede esquivar un problema de la carretera a la vez que el fabricante de automóviles debe hacer todo lo posible para que sus vehículos sean lo más seguros posible en cualquier situación, pero en la clásica tríada conductor – vehículo – vía sentimos que hay alguien que ha hecho mucho los deberes, alguien que los intenta hacer… y alguien que se ha dormido en los laureles.

Al fabricante de vehículos se le ha pedido mucho esfuerzo durante los últimos años, y la respuesta se ha materializado en avances que hace unas décadas parecían de ciencia ficción. Y a los conductores se les pide cada día más y el resultado es un avance algo más comedido, pero que se deja ver. De hecho, si el factor conductor acapara la siniestralidad vial, lo suyo es que si baja esa siniestralidad esto sea en buena parte consecuencia de una mejora en el factor conductor, ¿no?

El positivismo, como motor de la seguridad vial

Alerta para el conductor

Tras convenir que las carreteras han mejorado sólo en algunos lugares y en otros no, y mientras yo lanzo mis habituales soflamas contra la Administración y contra la falta de un órgano público global que tenga competencias en todos los brazos de la seguridad vial para evitar escaqueos institucionales, Machado asiente como resignado, pero me plantea un escenario diferente: el del positivismo, y me lo defiende, con buen hacer de vendedor, hablando sobre sus productos.

Se refiere a los sistemas de seguridad activa que hemos ido viendo estos días en Circula Seguro: la detección de señales y carriles, al Active Park Assist, al Active Stop para prevenir alcances en ciudad por puro despiste… A Machado le brilla la mirada al hablar de un coche que es capaz de predecir que el conductor no está al 100 % y se lo dice recomendándole descansar un rato. Para el presidente de Ford España, eso es un logro, y tenemos que comprender lo que representan todas esas ayudas.

En mi papel de tío cenizo, le lanzo mi duda eterna sobre el exceso de confianza que pueden generar estos sistemas en el conductor, y él los defiende de un modo muy sencillo: Todos queremos usar el coche para ir de un punto A a un punto B y llegar sin más problemas, y ahora el coche pone ayudas para que eso sea así. Dibuja la cuestión de forma positivista, y me anima a hacer lo mismo:

Imagínate que haces un viaje y, como puede pasar en cualquier viaje, te ha surgido un problema, pero al llegar a destino puedes decir: “Oye, mira, en el viaje me ha pasado esto, pero no ha habido mayor problema porque se ha resuelto así, y estoy aquí y estoy bien”.

Según sus palabras, la seguridad no debe consistir en dar miedo sino en procurar felicidad.

Nos hemos pasado buena parte del vuelo hablando sin parar, cascando como si nos conociéramos de siempre. He empezado nuestra conversación hablándole de usted y al poco le estaba tuteando. Tras bajar del avión me cuentan que Machado es un hombre muy reservado y que resulta difícil verlo como lo he visto yo. No lo sé, pero a mí me ha dado la sensación de que José Manuel es un tipo muy abierto, con mucho conocimiento de causa y con unas tablas enormes que, sin embargo, se encuentra navegando en este mar inconexo que es la seguridad vial de nuestro país, algo que nos pasa a muchos.

Aquí falla algo, y a fe mía que no son tanto ni los conductores ni los automóviles.


Epílogo de vuelta a casa

¿Qué es la seguridad vial sin las personas que la fomentan? Creo que a nadie se nos escapa el papel del ser humano detrás de todo lo vial. Cuando hablamos de la responsabilidad de los elementos que configuran el entorno del tráfico, suelo sacar a pasear un esquema muy completito que huye del eterno triángulo conductor – vehículo – vía, y que refleja la existencia de personas detrás de cada elemento aparentemente inanimado.

Análisis multifactorial de la siniestralidad vial

Con José Manuel Machado he vuelto a los conductores, vehículos y vías, pero sólo por simplificar. Mi conversación con él, igual que las observaciones de Stephen Rouhana, los consejos de Frank Heitplatz, la predisposición de Karsten Papendick o las detalladísimas explicaciones de Stefan Kappes, me hacen ver, más que nunca, que detrás de cada máquina, detrás de cada avance en seguridad activa y detrás de cada prueba de seguridad pasiva hay un montón de PERSONAS, con mayúsculas, que creen muy firmemente en lo que hacen día tras día: ayudar a salvar vidas.

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