El pasajero en la moto (2)

Morrillu

21 de abril de 2009

Después de ver el otro día cuáles son las modificaciones que debemos hacer a la moto para conducir con seguridad llevando pasajero, llega el momento de tratar el tema de la forma de conducir, tanto para el piloto como para el copiloto ocasional.

El conductor, debe adaptar su foma de pilotaje a las nuevas características de la moto. El centro de gravedad se encuentra en otro punto y la moto tiende a ser más lenta de reacciones en cambios de dirección. A la hora de frenar, el peso extra hará que necesitemos ejercer más presión en la maneta y en el pedal. Eso si, podremos abusar más del freno trasero gracias a ese peso extra que tenemos sobre la parte de atrás de la moto.

La conducción, obiamente, debe ser más suave que de costumbre. De esta forma evitaremos que el pasajero sufra los meneos a los que le podemos someter. Nada de bruquedades. Tanto uno como otro debemos disfrutar de nuestro trayecto. Una conducción excesivamente deportiva puede hacer pasar un mal trago a nuestro compañero de viaje.

En cuanto al pasajero, este debe ir centrado en el asiento, con los dos pies apoyados por igual sobre las estriberas. No debe ir ni muy alejado del conductor (el aire se cuela entre los dos cuerpos produciendo incómodos rebufos); ni muy pegado a él (evita la posibilidad de movimientos).

Si la moto está preparada para llevar pasajero a menudo, dispondrá de asas para que se pueda agarrar. Esta suele ser la mejor postura. Si no tiene asas, lo mejor es pasar ambas manos alrededor de la cintura del conductor y apoyarse en el depósito de combustible. Con ello, evitaremos aplastarlo en las frenadas y podremos apoyarnos en su estómago en las aceleraciones.

Un híbrido entre las dos posturas, y que da buenos resultados es ir con una mano en una de las asas y con la otra apoyados en el depósito. De esta forma tendremos control en aceleraciones y frenadas a la vez que podremos ir atentos a la conducción. Esto último es muy importante, pues los dos cuerpos deben formar un conjunto con la moto y desplazarse con ella de la misma forma. Nada de ir al lado contrario del conductor, pues podremos tener un accidente.

Por último, en trayectos largos o nocturnos, haremos paradas frecuentes. La monotonía al no ver paisaje, el ruido del aire contra el casco y la sensación de estar acunado en la moto con el movimiento, crea un sueño increíble en el pasajero, llegando incluso a dormirse con lo peligroso que es. Y os hablo por experiencia propia, ya que se me han dormido un par de pasajeros.

Foto | Kamoteus