Dummies humanos para estudiar los daños causados por el tráfico, un proyecto de la Universidad de Zaragoza

Josep Camós

15 de abril de 2012

El I3A, que es el Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón de la Universidad de Zaragoza, se dispone a dirigir el primer laboratorio de biomecánica avanzada de impacto de España, el tercero de Europa y el octavo del mundo. En él, los investigadores experimentarán con cuerpos humanos cuáles son las reacciones al impacto en siniestros de tráfico.

Para averiguarlo, se emplearán cadáveres con el fin de ayudar a reducir los 1,2 millones de muertes que tienen lugar por causas del tráfico cada año en el mundo. Con este proyecto, la Universidad de Zaragoza se situará a la cabeza mundial en la investigación de la tolerancia humana al impacto, colaborando en la mejora de la seguridad vial y añadiendo a sus estudios con dummies los realizados con humanos.

El programa del I3A permitirá aprender más sobre lo que técnicamente se denomina “cinemática tridimensional de la columna vertebral de los seres humanos” en todo tipo de choques frontales y oblicuos. Las pruebas se realizarán durante dos años en el laboratorio que el I3A tiene en el parque tecnológico de Motorland, en Alcañiz, Teruel.

No es la primera vez que se emplean cuerpos humanos para las pruebas de colisión de los vehículos. Ya los primeros crash-test se realizaron con cadáveres y también con personas vivas, también hubo animales y finalmente muñecos cada vez más evolucionados. Ahora, en plena era del estudio virtual y el dummy digital, hablamos de seres humanos que tras haber fallecido pueden ayudar a salvar vidas.

¿Es un contrasentido? De ninguna manera. Para estudiar la Biomecánica del Impacto, esto es cómo reacciona el cuerpo humano tras el choque, se emplean los dummies a modo de sustitutos, pero esta sustitución depende de una biofidelidad. Si el dummy no reacciona como lo haría un cuerpo humano, no sirve de nada que lo hagan chocar. ¿Y cómo se sabe cuál es la reacción real del cuerpo humano?

Exactamente, ya sabéis cuál es la respuesta. Y lo cierto es que hay muy pocos laboratorios que se dediquen a experimentar con cadáveres, por lo que la propuesta de la Universidad de Zaragoza a través del I3A resulta de elevado interés no sólo a nivel de España sino también a nivel internacional. Del aspecto económico se encargará, en parte, la Comisión Europea, pero hay una parcela en la que la UE no puede ni debe intervenir.

Los ensayos de impacto con cadáveres humanos son posibles gracias a las donaciones voluntarias. A los donantes, o a sus familias, se les informa del programa de investigación que se pretende desarrollar con el cuerpo para que comprendan la utilidad de estas investigaciones. Además, las pruebas con cadáveres humanos se llevan a cabo con el máximo respeto al donante, de acuerdo con procedimientos que han sido revisados y aprobados por una Comisión Ética externa al grupo de investigación.

Realmente es un paso más allá del programa de donación de órganos de Reino Unido, que vincula a los conductores con la posibilidad de la donación en caso de resultar fallecidos en un siniestro. Sí, da cosica pensar en ello, pero por cada cadáver que se pueda usar en investigación se salvan unas 60 vidas. Si llegada la hora se diera el caso, pueden contar conmigo para hacer de dummy de carne y hueso.

Foto | Universidad de Zaragoza
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