¿Drogas en el coche?, tolerancia cero: las benzodiacepinas

Alberticu

19 de noviembre de 2012

Para este nuevo capítulo del especial Drogas y conducción, que venimos publicando cada semana en Circula Seguro hablaremos de un tóxico, las benzodiacepinas, que probablemente haya pasado por nuestros botiquines caseros en forma de medicamento. Por sus propiedades hipnóticas y producir relajación, es habitual que el primer contacto con estas sustancias sea debida a la prescripción médica para paliar problemas de sueño o ansiedad.

Crean fuerte dependencia ya que la tolerancia, si hablamos por ejemplo de un hipnótico, se desarrolla más o menos a la semana de comenzar el tratamiento y como norma general, no se recomienda su uso durante más de cuatro semanas. Se calcula que el 35% de los pacientes que toman benzodiacepinas por encima de este periodo de tiempo desarrollan dependencia a estos compuestos con el peligro que ello conlleva.

Benzodiacepinas, historia y procedencia

Diazepam

La primera benzodiacepina sintetizada data del año 1949 aunque no se comercializa hasta el año 1957. Es el cloracepóxido que toma como nombre comercial Librium. En las pruebas previas que se llevaron a cabo con animales, quedó patente que estas sustancias eran potentes hipnóticos, ansiolíticos y relajantes musculares. Poco después, y como derivado del cloracepóxido, se comercializa el Diazepam o Valium.

Desde entonces se han sintetizado más de 3.000 y comercializado más de 100 tipos de benzodiacepinas. Aunque hay muchas variantes y tipos, para resumir, diremos que son fármacos que se usan para tratamientos tan diferentes como la ansiedad, el insomnio, la abstinencia alcohólica, los espasmos, la epilepsia y en procesos y pruebas en los que se pueda generar ansiedad al paciente como una endoscopia o intervenciones dentales como inductores de sedación y anestesia.

Formas de consumo y efectos de las ‘benzos’

Pastilla en lengua

Aunque pueden administrarse por vía intramuscular e intravenosa, es la vía oral la más usual en este tipo de sustancias. Se suelen obtener concentraciones en sangre máximas en tan solo una hora y se dividen en cuatro grupos según su semivida o tiempo en el que el compuesto se reduce a la mitad en el plasma sanguíneo. Así tenemos los grupos ultra corto, corto, intermedio y largo con semividas de menos de 6 horas, menos de 12, entre 12 y 24, y mayor de 24 horas respectivamente.

Este dato es importante ya que hay que tener en cuenta los efectos residuales que producen según la semivida. Un medicamente hipnótico para dormir debe ser por tanto del primer o segundo grupo ultra corto o corto. Si se usa un intermedio o largo, puede producir insomnio de rebote o sedación al día siguiente. Tratada como droga de abuso, se suelen consumir los grupos más cortos. Algunos ejemplos como el flunitrazepam o droga de la violación, fueron incluso prohibidos en países como los Estados Unidos. La benzodiacepinas son muy usadas también por consumidores de anfetaminas.

La somnolencia, el vértigo, la visión borrosa y los trastornos de coordinación son habituales en el consumo de las benzodiacepinas aunque dependen de la persona que las tome. En algunos casos los efectos son originados por la supresión brusca de estos compuestos. Estos efectos son los anteriormente citados pero más intensos. Hay que tener en cuenta que tras dejar un tratamiento con benzodiacepinas pueden volver a aparecer los síntomas originales (recurrencia). Pueden volver esos mismos síntomas de forma transitoria con más intensidad (rebote). O aparecer nuevos síntomas añadidos a los originales (abstinencia).

Los síntomas del síndrome de abstinencia a las benzodiacepinas se dividen en menores y mayores. Los menores vienen caracterizados por insomnio, irritabilidad, ansiedad, nauseas, palpitaciones, inquietud y anorexia. Los mayores y menos frecuentes pueden venir en forma de convulsiones epilépticas, estados confusionales, alteración de la percepción y del movimiento, contracciones musculares, psicosis con ideas paranoides e ilusiones.

¿Por qué las benzodiacepinas y la conducción son incompatibles?

Carretera psicodélica

Vamos a citar textualmente un extracto de un prospecto de una benzodiacepina del tipo relajante muscular que cualquier médico nos puede recetar en caso de una contractura dolorosa.

Este medicamento se ha asociado a somnolencia y por tanto, puede disminuir el estado de alerta, especialmente si ha ingerido alcohol. Por ello, usted debe tener especial precaución cuando vaya a conducir o utilizar herramientas y/o maquinaria peligrosa

¿Cómo debemos interpretar en este caso el “debe tener especial precaución cuando vaya a conducir”?. Más vale no arriesgarse lo más mínimo. En el supuesto caso de un consumo pautado por un médico, al menos pueden aparecer somnolencia y coordinación lenta y deficiente. Sabemos que conduciendo en plenas facultades físicas hay ocasiones en que debemos efectuar maniobras rápidas, como cuando un tercero se salta un stop a nuestro paso.

Si en condiciones normales la probabilidad de accidente es elevada, habiendo consumido benzodiacepinas el riesgo se dispara al no poder reaccionar a tiempo. Esto, repito, en consumos muy controlados. En casos de abuso o síndrome abstinencial a benzodiacepinas que cursan con convulsiones o ansiedad, la conducción de vehículos es totalmente incompatible. En el siguiente capítulo hablaremos de las sustancias volátiles.

Foto | DenverDJM, Francisco Javier Argel, Carlos 90, Martin Cathrae
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