Distancia de seguridad: acercarse a la tranquilidad

Redacción Circula Seguro

22 de diciembre de 2022

La distancia de seguridad es la separación que debe haber entre dos vehículos, teniendo en cuenta la velocidad y las condiciones de la vía, de manera que se puedan evitar alcances en caso de que se produzca una frenada brusca. Pero ¿cuál es la distancia de seguridad idónea y cómo poder calcularla?

Lo cierto es que no hay una única respuesta a esa pregunta, ya que la distancia que guardemos va a depender de múltiples factores: condiciones atmosféricas, visibilidad, velocidad, etc. Antes de analizar todos ellos conviene recordar que en algunos códigos de circulación se recoge expresamente la obligación de advertir previamente al resto de los conductores cuando se tenga que aminorar considerablemente la velocidad del vehículo. Respecto a los conductores que van detrás, también se recoge la obligación de guardar un espacio de seguridad.

¿Cómo calcular la distancia de seguridad?

Existe una “fórmula” que viene dada por la suma de la distancia de reacción recorrida desde que el conductor percibe el peligro hasta que pisa el pedal del freno, a la que habrá que sumar la distancia de frenado recorrida desde que el conductor pisa el pedal del freno hasta que el coche se detiene completamente.

Algunos conductores utilizan la regla de los 2 segundos para calcular si llevan una buena distancia de seguridad. Basta con fijar una referencia por la que el coche de delante vaya a pasar y, desde entonces, empieza a contar “1.001, 1.002, 1.003…» (“mil uno, mil dos, mil tres…»). Si has llegado a esa referencia a partir de que hayas dicho «1.002», estarás guardando una distancia de seguridad adecuada.. Sin embargo, debemos tener en cuenta que en circunstancias desfavorables como puede ser mal tiempo o asfalto mojado, los 2 segundos pueden no ser suficientes. La mejor opción es ampliar esta regla a ‘3 segundos o más’.

Factores que influyen

Y es que, como comentábamos, hay muchos factores que pueden intervenir en la distancia de frenado:

  • El estado físico y anímico del conductor repercute directamente sobre el denominado “tiempo de reacción”, es decir, el tiempo que tarda el conductor en presionar el pedal del freno desde que percibe la señal de peligro. Ese tiempo medio suele ser de 0,75 segundos, aunque este valor puede variar de unas personas a otras.
  • La velocidad y el estado del vehículo afecta tanto a la distancia de reacción como a la distancia de frenado, de tal forma que, a medida que aumenta la velocidad del vehículo, también aumenta la distancia recorrida por el coche durante el tiempo de reacción. A más velocidad, también aumenta la dificultad de detener el coche debido a la mayor energía cinética del mismo y, por tanto, se incrementa también la distancia de frenado necesaria. Asimismo, las características y el estado del vehículo influyen de forma fundamental en la distancia de detención, ya que factores como el peso, el tipo de vehículo o un correcto mantenimiento de este, son determinantes a la hora de efectuar una frenada.
  • Las condiciones meteorológicas y de la vía también afectan. La climatología adversa o el mal estado de la vía pueden originar un incremento de la distancia de detención por mala visibilidad ocasionada por nieblas, lluvias, nevadas o deslumbramientos, que conllevan a su vez un aumento de la distancia de reacción. La falta de adherencia del vehículo cuando el firme se encuentra resbaladizo por hielo, agua o suciedad también implican una mayor dificultad para detener el vehículo.

Recomendaciones

Por ello, nuestras recomendaciones respecto a la distancia de seguridad son:

  • No superar nunca los límites de velocidad establecidos, tratando de adecuar la misma a las condiciones meteorológicas y al estado del firme y la circulación.
  • Vigilar y mantener en perfecto estado de funcionamiento elementos como las suspensiones, los frenos o los neumáticos.
  • Los adelantamientos deben producirse sin poner en peligro a los vehículos adelantados y sin obligarles a modificar su trayectoria o velocidad. Por este motivo, sólo deben hacerse cuando se pueden realizar con seguridad y siempre tras comprobar que hay una distancia suficiente para realizar la maniobra e incorporarse sin comprometer a otros usuarios. Por supuesto, los vehículos también deben facilitar este adelantamiento, aumentando la distancia de seguridad con el vehículo que les precede.