Cuando hablamos de “motosharing” nos referimos a un nuevo sistema de alquiler de motos. El funcionamiento es sencillo: en aquellas ciudades en las que este sistema funciona, podemos reservar una moto a través de una aplicación móvil que nos indica dónde se encuentra aparcada la más cercana a nuestra geolocalización. De esta manera, podremos utilizarla durante el tiempo que necesitemos, para liberarla en el lugar que nos venga bien -dentro de un radio establecido por la compañía- para que la pueda utilizar otra persona.
Las principales ventajas de este sistema están relacionadas con la agilidad en la conducción, especialmente en las grandes ciudades y con el medioambiente: es evidente el efecto beneficioso frente al uso del automóvil, ya que disminuye la densidad del tráfico y la contaminación. De hecho, la mayoría de las motocicletas que ofrecen las empresas de motosharing son eléctricas, lo que añade a esta novedosa forma de transporte una faceta sostenible y respetuosa con el entorno.
Un buen mantenimiento de los vehículos El estudio realizado por Fundación MAPFRE recalca el importante papel que tienen las empresas que ofrecen este tipo de vehículos a la hora de reforzar el mantenimiento de los mismos, sobre todo, en relación a los elementos de seguridad como las luces, los mandos, los frenos y el acelerador, entre otros. Y también pone en evidencia la importancia de ofrecer al conductor un casco de la talla adecuada.
Propuestas para las empresas
El estudio propone, además, otras medidas para aumentar la seguridad de las motos y ciclomotores, como, por ejemplo, universalizar el sistema antibloqueo de frenos (ABS) en todos los vehículos de sharing, y promover el uso del casco integral, el más seguro. Otras propuestas están dirigidas a que las empresas de motosharing `mentoricen` el comportamiento de sus conductores y faciliten que las apps empleadas en el alquiler avisen de prohibiciones y promuevan el pago por uso seguro, es decir, que no midan solo el tiempo empleado, sino también el cumplimiento de las normas, en particular las de velocidad, y la ausencia de frenadas bruscas, por ejemplo. También propone que se incentive el uso de equipamiento adicional de protección durante los trayectos, empezando por guantes y calzado cerrado, y continuando por el airbag para motociclistas, sobre todo en el caso de usuarios habituales.
Buenas prácticas
Ya hay empresas que han empezado a desarrollar buenas prácticas encaminadas a que sus clientes mejoren su conducción con clases de iniciación gratuitas para personas que nunca han utilizado antes este tipo de vehículos o que no tengan experiencia reciente; sistemas de limitación de velocidad en zonas urbanas para evitar multas (30 y 50 km/h como mínimo) y penalización a los clientes cuando sean sancionados. Algunas empresas también ofrecen la posibilidad a sus usuarios de subir una foto al inicio del trayecto para informar de daños y tras finalizar el viaje, para que quede constancia de que la moto se ha aparcado correctamente.
Consejos para el conductor
Por su parte, los usuarios de este tipo de servicio también tienen que tener claro cuál debe ser su comportamiento, así como las precauciones a adoptar para desplazarse por la ciudad a bordo de una moto compartida:
- Es obligatorio llevar siempre puesto el casco, preferiblemente integral. Es extremadamente importante que el casco esté correctamente abrochado en todo momento, debido a que gran parte de los siniestros se producen por caídas, impactos fronto-laterales y colisiones por alcance. En este sentido, también es clave que la talla del casco sea la adecuada, ya que, de no ser así, si ocurriera una frenada brusca o un siniestro, el casco podría moverse o salir despedido de la cabeza, lo que significaría la pérdida de su función protectora, tal y como lo muestran las pruebas de frenada extrema realizadas.
- Utiliza siempre el equipamiento necesario: guantes, pantalones, chaqueta, y calzado adecuado, y recuerda: no está permitido el uso de auriculares.
- Antes de arrancar, comprueba el estado del vehículo; ruedas, frenos y luces.
- No utilices el teléfono móvil mientras conduces. Además de estar prohibido, es peligroso.
- Ten especial precaución con otros usuarios vulnerables como peatones o ciclistas.
- Pon mucha atención a la salida imprevista de pasajeros de los coches, sobre todo si circulas cerca de vehículos estacionados. Ten cuidado con los vehículos aparcados en batería que pueden iniciar una maniobra de marcha atrás.
- Adapta tu conducción a las condiciones del entorno: lluvia, obras, atascos…
- No te olvides de que las motocicletas son menos visibles entre el tráfico rodado. Ten en cuenta los ángulos muertos, sobre todo con vehículos grandes.
- Hazte visible llevando elementos reflectantes y ropa clara o de colores llamativos y siempre encendida la luz de cruce.
- Evita zigzaguear entre los vehículos. Y pon la máxima precaución al hacerlo entre vehículos detenidos para llegar a la primera fila del semáforo.
- Cumple siempre con las normas de circulación: preferencia de paso, distancia de seguridad, cero alcohol y otras drogas, adelantamientos, maniobras peligrosas…
- Sé respetuoso al estacionar tu vehículo. Si tu municipio permite el estacionamiento en la acera (no está permitido en todos), debes hacerlo de manera que no moleste a los peatones, especialmente a aquellos con discapacidad visual y de movilidad.