Hoy 5 de mayo se celebra el Día Mundial del Medioambiente. Así viene siendo desde que lo decidió Naciones Unidas en 1972, celebrándose desde 1974 en todo el mundo aunque siendo acogido cada año en un país distinto y con una temática concreta.
Este año el país anfitrión es Canadá, que celebra su 150º aniversario, y tiene como tema principal la conexión de las personas y la naturaleza. Las ponencias y grupos de trabajo tratarán de poner sobre la mesa la plena consciencia de las comunidades rurales de la dependencia que tienen de los recursos naturales, especialmente el agua y las tierras de cultivo. Por el contrario, también se debatirá como fomentar esta conexión en las grandes ciudades, donde la actividad frenética de sus gobiernos y empresas han devenido en contaminación, cambio climático y sobreexplotación de los recursos.
Precisamente uno de los grandes contribuyentes a la contaminación de nuestro planeta es el auge descontrolado del tráfico motorizado. Como bien sabemos, una movilidad sostenible trata de racionalizar esta contribución de emisiones contaminantes. Así, los grupos de trabajo han llegado a la conclusión de que, fomentando estas conexiones entre la gente y la naturaleza, estamos fomentando las formas alternativas de movilidad en nuestras ciudades.
La contaminación en las ciudades, una nueva epidemia contra la salud mundial
Ya hemos hablado en Circula Seguro de que a los coches se les denomina ya “el nuevo tabaco”. Se estima que más de 480.000 personas en toda Europa y en torno a 7 millones en todo el mundo fallecen debido a la contaminación atmosférica, de la cual el tráfico rodado es responsable en más de un 40%.
El efecto que causan estas emisiones es más importante en los núcleos urbanos debido a la elevada concentración de vehículos, con consumos individuales muy elevados al no trabajar en las mejores condiciones.
Por ello, más de 220 ciudades europeas (y otras grandes capitales mundiales como Sao Paulo, Pekín o Teherán) ya han delimitado zonas de bajas emisiones para tratar de contrarrestar el efecto contaminante de los vehículos, pero es una cuestión que afecta a todo el planeta y no sólo a sus ciudades más pobladas: se estima que para 2050 el 70% de la población mundial vivirá en ciudades bajo estas condiciones.
La movilidad sostenible, aliada del medioambiente
La lucha contra la contaminación en las ciudades no es sólo cuestión de delimitar zonas de bajas emisiones y prohibir el paso de los vehículos más contaminantes. También pasa por fomentar formas de transporte más ecológicos con el objetivo de reducir el impacto de la actividad humana, como el coche eléctrico o la bicicleta. Pero su implantación es todavía insuficiente, a menudo porque no cuentan en las ciudades con las condiciones de movilidad necesaria para que su uso se extienda y se generalice.
Ya hemos hablado en otra ocasión de los Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), herramientas con las que cuentan las administraciones (generalmente ayuntamientos) para coordinar y fomentar las sinergias el conjunto de medidas destinadas a la mejora de la movilidad y la reducción del tráfico rodado.
Las formas ecológicas de transporte se ven refrendadas en estos PMUS, en cuanto que buscan mejorar los flujos internos de la ciudad (motorizados y activos) y cubrir las necesidades de desplazamiento de los ciudadanos planteando estas alternativas de medios de transporte.
La creación de supermanzanas, la peatonalización de grandes calles, la limitación de velocidad o el fomento del transporte público y el carsharing son solo algunas medidas de movilidad sostenible que llevan a cabo muchas de las grandes ciudades del mundo.
La movilidad es una cuestión de medioambiente, pero también la seguridad vial
En este sentido, ya sabemos que la movilidad sostenible y la movilidad activa (caminando, en bicicleta, etc) son herramientas fundamentales para la lucha contra la contaminación en las ciudades, en particular, y la contaminación global, en general. Pero para poder fomentar estas formas de transporte alternativas, hay que ofrecerles las condiciones de movilidad adecuados (de lo que se encargan los PMUS) pero sobre todo, garantizar las condiciones necesarias para su seguridad. Esto es, proteger a peatones, ciclistas, etc de los peligros del tráfico motorizado en la ciudad.
En Circula Seguro ya hemos explicado que las ciudades deben entenderse como un ecosistema de asfalto donde diferentes capas de movilidad (carreteras, carriles bici, aceras peatonales…) se cruzan y relacionan entre ellas: un ciclista que se incorpora a la vía desde un carril bici, un peatón que cruza un paso de cebra y para el tráfico…
Para garantizar la seguridad de todos ellos, se requiere de unas normas precisas, acordadas y de obligado cumplimiento, que en los países viene recogido en reglamentos, normativas y leyes. No es casualidad pues, que en la próxima reforma de la Ley de Seguridad Vial, que las Medidas Medioambientales cuenten con uno de los ocho grupos de trabajo que desarrollarán la nueva Ley. Como no es casualidad que este grupo abarque los aspectos de la nueva movilidad activa y movilidad por ciudad, con iniciativas relacionadas con la salud y planteando una movilidad no motorizada como alternativa de futuro en nuestras ciudades.
Medioambiente y movilidad urbana, de la mano hacia el futuro
Está claro que por la excesiva contaminación que causa el –pese a los esfuerzos– creciente número de vehículos de combustión, llegará un punto en que la vida en las ciudades llegará a hacerse insostenible si no hacemos algo para evitarlo. En este sentido, políticos, profesionales y las personas en general somos conscientes de la necesidad de un cambio de mentalidad a la hora de concebir nuestras ciudades, nuestra movilidad y a nosotros mismos dentro de ellas.
Hoy, en el Día Mundial del Medioambiente, podemos recordar lo que nuestro compañero Marcos Martínez escribió en su artículo sobre el Día Mundial de las Ciudades: nuestro concepto de Ciudad Perfecta irá cambiando a medida que vayamos acercándonos a ella. Hoy soñamos con cientos de vehículos eléctricos circulando por nuestras calles, el transporte público como principal forma de transporte y decenas de calles libres para circular en bicicleta o caminar. Pero, ¿qué ocurrirá entonces? ¿Será suficiente para nuestro planeta?
Imágenes | iStock: IakovKalinin, Hung_Chung_Chih, Sonny2962, Monticelllo, Panimoni.
En Circula Seguro | Estos son los ocho grupos de trabajo que llevarán a cabo la reforma de la Ley de Seguridad Vial
El tráfico en el centro de las ciudades ¿está destinado a desaparecer?