Cuatro elementos del vehículo que tenemos que revisar en invierno

Victoriano Flores Corzo

18 de enero de 2015

El invierno es la época del año que más adversidades presenta a la hora de conducir cualquier vehículo porque con el frío y la lluvia, los termómetros bajan en picado y cuando menos nos lo esperamos y casi sin avisar, las primeras gotas de agua se convierten en hielo y nieve. Por tal motivo, no está de mas conocer cuales son los factores que afectan a nuestra seguridad vial y saber actuar ante cualquier situación de riesgo que se nos presente.

Como ya sabemos, la bajada de temperatura trae: el frío, la nieve y el hielo a las carreteras. Una situación que pueden empeorar aún más la conducción ante la presencia de otros factores no menos influyentes como, por ejemplo, niebla, lluvia y viento, muy presentes por estas fechas y que tan difícil nos lo ponen cuando vamos a los mandos de nuestro vehículo. De ahí que, además de concentrar más nuestra atención en la conducción, debemos revisar los elementos de seguridad más básicos del coche.

La prevención vial consiste en prevenir y anticiparse

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Insistimos mucho en la anticipación como conducta de oro en la conducción segura y el éxito en la maniobra ante situaciones de riesgo como, por ejemplo, evitar una colisión por alcance ante la existencia de niebla y tráfico denso, evitar una salida de vía ante la presencia de zona anegada por agua, etcétera…, y que de nada serviría si no llevamos, sobre todo, en ésta época del año un mantenimiento adecuado del vehículo. Para ello, es preciso revisar convenientemente estos cuatro elementos básicos del vehículo:

1. Neumáticos. Los neumáticos deben estar en buen estado y a una presión de inflado correcta, así como llevar las herramientas necesarias para la sustitución de alguna rueda y, por supuesto, la cadenas mejor en el maletero que en casa. No obstante, si estáis en una zona de frío y nieve, lo mejor es colocar neumáticos de invierno en el vehículo y así ganar en tranquilidad y comodidad. Su composición garantiza un gran rendimiento a bajas temperaturas, legalmente están equiparados al uso de cadenas y tienen la ventaja de que no afectan a la estabilidad del vehículo.

2. Visión y visibilidad. Ver y ser visto es imprescindible siempre, pero más si cabe en ésta época del año. Un parabrisas sucio, helado o empañado puede dificultar nuestra visión. Por eso, conviene antes de iniciar el viaje realizar una limpieza de los cristales por dentro y, sobre todo, por fuera para evitar en zonas de sombra la formación de hielo sobre los cristales. El limpiaparabrisas es conveniente cambiarlo antes de las primeras gotas de agua. Por otro lado, para eliminar el vaho del parabrisas nuestro mejor aliado es la regulación del aire acondicionado y calor procedente de la calefacción.

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3. Líquidos. Los líquidos del vehículo tales, como: aceite, líquido refrigerante, líquido de frenos, líquido lavaparabrisas, filtros de aceite y de carburante requieren una revisión periódica y otra específica de cara al invierno. El líquido refrigerante o anticongelante tiene que ir con su graduación adecuada para mantener la temperatura óptima de funcionamiento en el sistema de refrigeración. Por otro lado, el depósito de carburante no debe ir en reserva sino más bien lleno ante cualquier imprevisto inherente al viaje como, por ejemplo, un corte circunstancial en la carretera o una simple retención por la afluencia de vehículos.

4. kit de emergencias. La norma sobre tráfico y seguridad vial nos obliga a llevar el chaleco reflectante y los triángulos de preseñalización de peligro ante cualquier avería o incidente que podamos sufrir durante nuestro desplazamiento. Por otro lado, nunca está demás que echemos en el maletero: una linterna con pilas nuevas, una manta, unos guantes, agua, cables para la batería, una espátula de plástico por si tuviéramos que rascar el hielo, el teléfono móvil, con una agenda con los números de servicios de emergencia, y su cargador. Además, es conveniente llevar un botiquín, puesto al día, con lo imprescindible ante cualquier asistencia sanitaria como, por ejemplo, alcohol, guantes de vinilo, toallitas, suero fisiológico, gasas, apósitos, vendas, esparatrapo, tijeras y pinzas.

Por último, hay que tener en cuenta que conducir bajo condiciones meteorológicas adversas el nivel de exigencias es muy elevado y por tanto nos puede crear un estado de cansancio, fatiga o sueño. Así que no debemos forzar nuestro nivel de capacidad y descansar lo suficiente. Y, sobre todo, salir a la carretera cuando no tengamos más remedio para evitar factores de riesgo en la conducción tales, como: suelo deslizante por la combinación de hojas de los árboles, lluvia y barro; hielo en calzada, charcos de agua, etcétera… En fin, toda precaución es poca.

Foto | Paul Huxley, Oscar Quevedo, Jason Trbovich
En Circula Seguro | Ante el mal tiempo en la carretera, no te la juegues…, Neumáticos de invierno, cada vez más una opción a tener en cuenta