En prácticamente cualquier ficha técnica podemos averiguar el dato de cuánta velocidad es capaz de desarrollar el vehículo en llano. Cuesta abajo podrá coger algo más, cuesta arriba menos. Algunos conductores, movidos por su curiosidad, desafío a la autoridad o a la suerte, conocen dicho dato por experiencia propia.
Dicho dato puede tener o no tener en cuenta el error del velocímetro. Si no, difícilmente creeríamos que un Citroën ZX con 90 CV sea capaz de coger 225 km/h. En todo caso, puestos a ponernos empíricos, habría que medir dicha velocidad con GPS, y para la máxima precisión haría falta telemetría y tramos cronometrados.
Dejemos a un lado la búsqueda por la precisión numérica. Otro dato que es de vital importancia en la seguridad de un vehículo es su capacidad para detenerse completamente dada una velocidad, ya sea en metros o en segundos. Dicho dato no viene en las fichas técnicas, y es vital.
Hace unos años, para la elaboración de un artículo, tomé los datos de frenadas 120-0 km/h llevadas a cabo por una revista especializada en automóvil, y como puede verse, había grandes discrepancias entonces. Todos estos modelos eran vigentes y actuales en 2006, alguno que otro ya ha sido reemplazado.
- BMW 335i coupé: 51,2 metros
- Dacia Logan dCi: 56,9 metros
- Jeep Grand Cherokee: 62 metros
- Kia Carnival: 60,64 metros
- Mercedes-Benz CLS 320 CDI: 49,6 metros
- Opel Meriva OPC: 49,6 metros
- Renault Clio: 56,4 metros
- Volkswagen Golf GTI: 56,8 metros
Todos estos modelos superan los 120 km/h de velocidad punta, y más de uno supera los 200 km/h con cierta tranquilidad. El mejor dato de la lista es 49,6 metros (deportivos), el peor es de 62 metros (todoterreno grande o monovolumen grande). Por supuesto, todos tenían ya de serie los frenos ABS.
En los últimos días ha aparecido un ejemplo fantástico sobre frenadas extremas. Fijáos en la imagen. Es un McLaren F1, uno de los mejores superdeportivos de la Historia, con un equipo de frenos Brembo de alto rendimiento (sin ABS), que tuvo que hacer una parada de emergencia en una autopista alemana.
La velocidad que desarrollaba era muy elevada, y si nos fijamos en la marca de los neumáticos, le llevó un buen rato frenar. Seguro que cualquier turismo del montón habría tardado más en frenar a la misma velocidad, y la velocidad de colisión fue muy baja y no letal. Esquivó a un primer vehículo y no pudo con el siguiente.
El protagonista de este ejemplo no era consciente de la distancia necesaria para detener su vehículo a la velocidad que circulaba. No es exactamente proporcional a la velocidad, influyen otros factores, que dependen fundamentalmente del tipo de neumático y su estado, así como el sistema de frenos.
El otro día recibí un correo de un orgulloso propietario de un nuevo coche, y una de las primeras cosas que me dijo que probó fue la velocidad punta. Le dije que antes de conocer ese dato, le debería interesar cuánto espacio necesitaría para frenar. Y ojo, que esa distancia no es siempre fija.
Esta imagen corresponde a una frenada de emergencia realizada en un circuito, con el mismo coche, mismos neumáticos y mismo conductor… y salieron resultados diferentes. Podía haber hasta 5 metros de diferencia a 80 km/h, no hablemos de velocidades más elevadas… e insisto, a igualdad de condiciones.
Este efecto lo he comprobado con diferentes coches, con diferentes neumáticos… y siempre pasa igual. No hay una medida exacta de detención, un milímetro de menos de presión sobre el freno ya influye en dicha distancia, aunque hablemos de miserables centímetros.
Realmente es complicado comprobar en condiciones de seguridad cuánto espacio es necesario para frenar un coche a alta velocidad, como nos pille un Guardia Civil haciéndolo nos puede cascar tranquilamente conducción negligente. En una conocida carretera cortada (una recta de un kilómetro) he hecho varias pruebas de ese tipo.
No quiero incitar a nadie a cometer una infracción de tráfico, pero es un dato de efectos didácticos muy claros. El que quiera probarlo, lo hará bajo su exclusiva responsabilidad y procurando que nadie, literalmente nadie, pueda verse afectado. Y si no hay testigos, mejor.
Cuando uno sabe cuánto necesita para frenar, conduce de otra forma. Eso que algunos llamamos “distancia de seguridad” deja de ser un concepto vacío y abstracto, y pasa a ser una verdad irrebatible. Y ojo, que hablamos solo de distancia de detención… cuando el pie derecho ya pisa el freno con todas sus ganas (el emrague debería ir pisado a fondo también).
Antes de ese momento, entre que percibamos la necesidad de frenar a tope y que apretemos el freno, pasarán 3/4 de segundo para un conductor sano, espabilado y con buenos reflejos. En todo ese tiempo, el vehículo avanzará sin ningún control. A 120 km/h hablamos de 33 metros/segundo.
Un conductor algo espeso (1 segundo de tiempo de reacción) a 120 km/h, con un Opel Meriva OPC, necesitará 33 + 49,6 =~ 82,6 metros en detener su coche. Un conductor espabilado (0,75 segundos de tiempo de reacción) necesitará con un Grand Cherokee casi 86,75 metros. El espabilado con el Meriva frenaría en ¡74,35 metros!
Desde que sé estas cosas, valoro más la distancia de frenado. Sería bastante interesante que los propios fabricantes informasen de esa distancia (y a 100 km/h y a 50 km/h también, sería lo suyo), en vez de comunicar con tanta alegría “cuánto pilla” su creación. La seguridad vial saldría ganando.