La crisis del coronavirus (Covid-19) ha provocado un terremoto a escala mundial, sacudiendo los cimientos de nuestra sociedad. La movilidad, en todo sus ámbitos, no se salva del golpe. Como muestran la reducción del tráfico, de las emisiones y de la actividad industrial, el transporte ha recibido el impacto y, al mismo tiempo, se ha convertido en un instrumento necesario para combatir al virus. Así, nos preguntamos cómo habrían contribuido las tecnologías de conducción autónoma en esa lucha.
Aunque prometedor, el coche autónomo se encuentra todavía en una fase prematura. Apenas hemos alcanzado el ecuador del viaje hacia la conducción autónoma que marcan los seis niveles escalonados por los expertos.
Los fabricantes ya cuentan con diferentes prototipos capaces de conducirse por sí solos, y a lo largo del globo se han vivido multitud de pruebas y experimentos. Además, todos coinciden en que los beneficios para la seguridad vial serán históricos.
¿Por qué entonces estamos todavía lejos de conseguir la conducción autónoma plena? El motivo es que esta implica otros muchos factores más allá del perfeccionamiento de los propios sistemas del vehículo, como la consecución de una infraestructura de conectividad que garantice la seguridad y sus futuros éxitos o el establecimiento de un marco jurídico.
Coronavirus y conducción autónoma: ¿Cómo se influenciarán?
¿Se afectarán mutuamente coronavirus y conducción autónoma? En el actual panorama reina la incertidumbre. Y es que existen prioridades sanitarias a las que se ha de dar respuesta antes y con mayor urgencia.
Dentro de ese caos, la gran mayoría de las compañías han congelado sus proyectos y programas relacionados con el coche autónomo. Sin embargo, también han emergido casos en los que en esta situación de emergencia sanitaria se han seguido probando vehículos autónomos.
Lo estamos viendo en Asia, donde lo peor de esta primera oleada de la pandemia parece haber pasado. El coche autónomo, en conjunto con el resto de soluciones que implican alguna suerte de inteligencia robótica, han empezado a probar su valor para poner su granito de arena contra el virus.
¿Qué puede hacer el coche autónomo contra el Covid-19?
Si el COVID-19 restringe y limita la movilidad, el coche autónomo podría ser una solución para mantener sin riesgos de contagio determinados servicios de transporte, como los comerciales y de mercancías.
Así lo está probando la startup china Neolix, que cuenta en su catálogo con diferentes versiones de un pequeño y urbano furgón de reparto autónomo. Lejos de detener su actividad, la compañía ha incrementado su demanda a niveles de récord.
Si en 2019 fabricaron 125 unidades del vehículo, la nueva relación entre coronavirus y conducción autónoma le ha llevado a aumentar la producción en las últimas semanas hasta las 200 unidades. Los vehículo de Neolix ya se han utilizado para la desinfección o para entregar material médico a los hospitales de Wuhan. La empresa planea alcanzar las 100.000 unidades en los cinco próximos años. El mismo camino quieren seguir los proveedores que desarrollan vehículos similares para Amazon.
El motivo es la utilidad que demuestra la conducción autónoma para cubrir, por ejemplo, con el reparto de productos de primera necesidad. No solo se atraería mayores garantías para el abastecimiento de productos, sino que lo haría sin poner en riesgo de contagio a ninguna persona.
Una mano robótica para el transporte y la sanidad
La misma filosofía se podría aplicar a todos los vehículos que están jugando un papel fundamental durante la crisis, como son el transporte por motivos sanitarios, transporte público esencial (en especial, taxis y sucedáneos) o los servicios de limpieza y desinfección.
De hecho, si hablamos de un panorama de conducción autónoma plena, la infraestructura precisa para que exista serviría para monitorizar los desplazamientos con el fin de evitar riesgos innecesarios. Eso sí, esta última funcionalidad no estaría desprovista de una gran carga moral y de la necesidad de regulación específica.
La gente entiende que, en teoría, los vehículos autónomos reducirán la extensión del contagio permitiendo un mayor grado de distanciamiento social.
Es lo que señala el CEO de la startup Tactile Mobility, Amit Nisenbaum. Según el mismo, las compañías están desarrollando soluciones y guías para el mantenimiento, la limpieza y la desinfección. Las tecnologías de conducción autónoma están en disposición de acometer todas estas tareas, reduciendo la exposición humana.
Por eso, aunque el coronavirus y la conducción autónoma han iniciado una relación que parece muy alejada, en los próximos meses podría afianzarse con fórmulas que nos ayuden a vencer futuros brotes de esta enfermedad o similares.
Este tipo de avances no dejan de ser un elemento disruptivo y que afecta a otra áreas, como por ejemplo, a la del taxi. Sin embargo, es indudable que en un largo plazo contribuirán, no solo a salvar vidas en la carretera, también para que estemos mejor preparados ante desafíos de la magnitud del Covid19.
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Imágenes | Gabuchan e iStock/Denis Soko