Consejos para una conducción segura (2): la vista

Victoriano Flores Corzo

30 de julio de 2018

 

La percepción y previsión de la información junto con la determinación y acción son los tres elementos clave en la toma de decisiones al volante. La vista es un recurso psicofisiológico que nos ayuda a la hora de percibir e interpretar distintas y variadas situaciones del tráfico. Se trata, por tanto, de una capacidad imprescindible para realizar una conducción segura y evitar situaciones de riesgo.

Por ello, es importante tener en cuenta que las condiciones atmosféricas adversas, la velocidad inadecuada, conducir con sueño o bajo los efectos del alcohol o drogas, entre otros factores, pueden afectar a la correcta percepción y visión del entorno. Se trata de factores que disminuyen la cantidad y la calidad de la información que se recibe a través de la vista.

No es lo mismo la ‘vista’ que la ‘mirada’en la conducción

la vista en seguridad conducción

Las distintas partes del ojo humano actúan para que se consiga formar una buena imagen sobre la retina. Una buena imagen que necesita enfocar a distintas distancias y conseguir que la imagen tenga una iluminación correcta. Existen dos mecanismos básicos que intervienen en la vista, tales como: la adaptación y la acomodación.

La diferencia entre ambos mecanismos es que la adaptación se basa en la capacidad de ajuste a diferentes condiciones o niveles de iluminación como, por ejemplo, visión nocturna y diurna. Y la acomodación es la capacidad que tiene el ojo, con la vista y la mirada, de ajustarse para formar una imagen clara de los objetos situados a diferentes distancias. El campo visual que abarca la vista en reposo es de 180 grados pero cuanto más rápido se circula, más se reduce este campo de visión.

No obstante, hay que tener claro que no es lo mismo la vista que la mirada. La vista (ver) es el sentido corporal por el cual percibimos por medio de imágenes nuestro entorno y la mirada (mirar) es dirigir la vista en una dirección determinada para observar, revisar, registrar, atender, pensar y juzgar de acuerdo a lo que percibimos para tomar una decisión determinada o realizar una acción concreta.

De ahí que la mirada sea fundamental para una conducción eficaz y segura tanto, desde el punto de vista técnico como de anticipación y previsión en seguridad vial. Pues bien, entre las técnicas de visión y anticipación hemos seleccionado las siguientes:

Mirar lejos, el conductor debe mirar hasta donde se encontrará dentro de 20 segundos.
Mirar a los lados, realizar barridos con los ojos de 2 segundos de duración.
Mirar por los retrovisores, no sólo al maniobrar sino constantemente.
Girar la cabeza, para controlar el ángulo muerto.
Tener una visión periférica, para manejar situaciones tan importantes como atravesar intersecciones, pasos de peatones, adelantamientos o cambios de carril. Como ejemplo, vemos la foto y debajo la aplicación de la visión periférica o barrido visual:

la vista en seguridad conducción

Saber procesar la información, pensar de forma desconfiada.
Evitar los deslumbramientos ya que para recuperar totalmente la visión puede llegar a ser hasta de 60 segundos.
Mirar el velocímetro con cierta frecuencia para circular con seguridad, especialmente en conducción nocturna, niebla, lluvia, etcétera…, y en determinadas situaciones como en autopista o en los cambios a vía convencional.
Estar preparado para actuar para reaccionar en menos tiempo.
Hacerse ver y entender para no sorprender a los demás.

A más velocidad menos campo de visión

La velocidad reduce el tamaño del campo visual y pueden presentarse fenómenos como el denominado efecto túnel ya que la conducción a altas velocidades limita el campo visual de forma similar a lo que sucede en el interior de un túnel. El cerebro actúa concentrando la mirada más lejos para anticipar nuestras reacciones y reduciendo la percepción del entorno próximo. Así, por ejemplo: a 65 km/h el ángulo de visión se reduce hasta los 70 grados, mientras que a 100 km/h el ángulo de visión periférica baja hasta 42 grados, iniciándose el llamado efecto túnel. Por esta razón, el campo de visión depende directamente de la velocidad a la que circulemos.

Por último, no eres mejor conductor por el mero hecho de controlar mejor los mandos del vehículo, sino por saber prever, evitar y actuar con decisiones adecuadas. Como suele decirse, tener vista para anticiparte a lo que pueda ocurrir.

Foto | zentolos, srgpicker
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