Conducción otoñal: a menos luz, más cabeza

Redacción Circula Seguro

10 de octubre de 2022

Después de haber disfrutado de varios meses de conducción relajada, con buen tiempo y largas jornadas de luz, hemos llegado al otoño, la estación con los cambios más bruscos de temperatura del año y en la que asistimos a una progresiva reducción de las horas de luz solar. Las lluvias otoñales multiplican las distancias de frenado hasta el 40%, por lo conviene seguir algunos consejos tanto antes de viajar como durante la conducción.

Puesta a punto

Para empezar, es necesario realizar una puesta a punto del vehículo, poniendo especial atención a los neumáticos, ya que las altas temperaturas de este verano han hecho que este elemento haya sufrido especialmente. La correcta presión y dibujo (mínimo 1,6 mm) de los neumáticos asegurarán una buena adherencia a la carretera y evitarán los deslizamientos, las salidas de la vía y los alcances en frenada, las causas más frecuentes de percances en estas fechas. Recuerda comprobar la presión de la rueda de repuesto y verifica que llevas en el coche las herramientas necesarias en caso de que tengas que utilizarla.

Las escobillas y funcionamiento del limpiaparabrisas son otros elementos que también han podido sufrir por las altas temperaturas del verano. Revisa que estén en buen estado. Haz lo mismo con las luces, los antiniebla y sus reglajes, los niveles de líquido de frenos y aceite.

Previsiones meteorológicas

En esta época del año es especialmente recomendable que consultes las previsiones meteorológicas antes de iniciar un viaje, ya que se trata de una estación especialmente inestable en este sentido. Será muy habitual encontrarte con la calzada mojada, consecuencia de los grandes chaparrones que se producen en esta época de transición hacia el invierno.

¿Qué hacer en esas situaciones?

Mantener la calma. Conducir en situaciones de climatología adversa hace que aumente la fatiga: es fundamental conservar la tranquilidad y en caso de que no tengas buena visibilidad o que no puedan continuar con tu ruta con tranquilidad, parar en un área de servicio.

Prudencia. Adapta la velocidad a la situación de la vía, aumenta la distancia de seguridad y asegúrate de señalizar tus maniobras con la suficiente antelación. Evita adelantar con mala visibilidad.

Hazte visible. Tanto con lluvia como niebla, hay una regla básica: «ver bien y ser visto». Con lluvia, enciende lo antes posible las luces de cruce. Y el alumbrado antiniebla y los limpiaparabrisas en cuanto sean necesarios. Con niebla espesa, toma como referencia las marcas viales de la derecha de la calzada y orienta la calefacción hacia los cristales para evitar el vaho. De noche, ten en cuenta que el barro y polvo salpicados se acumulan rápidamente en los faros e intermitentes, reduciendo hasta un 50% su visibilidad. Presta especial atención a bicicletas, motos y peatones, ya que tienden a ser menos visibles.

Conserva la adherencia. Es preferible que evites conducir por los laterales y que optes por utilizar la parte central de la carretera, ya que ofrece siempre la máxima adherencia. Además, si entras en un charco profundo, no quites el pie del acelerador. De esta forma, es más probable que el coche no se cale, para que el agua no entre en el tubo de escape o produzca otros problemas. Las hojas secas pueden crear también peligros: si llueve y están mojadas sobre la carretera, su efecto puede ser similar al del aquaplaning, así que reduce velocidad y atraviésalas con cuidado.

Sigue estos consejos y disfruta de las espectaculares escapadas otoñales, que puedes hacer en una época del año en la que la naturaleza te ofrece algunas de sus mejores imágenes.