Conducción cuando el clima no ayuda

Redacción Circula Seguro

4 de febrero de 2022

Las circunstancias meteorológicas adversas pueden poner en un compromiso hasta al conductor más experimentado. Por ello es importante no confiarse, consultar las previsiones del tiempo antes de emprender un viaje y confirmar el buen estado de tres elementos esenciales. Los neumáticos es el primero de ellos. La adherencia se va a reducir en los meses del invierno y por eso debes tenerlos siempre listos para el invierno, tal y como te enseñamos en esta infografía. El segundo: los sistemas de iluminación, debido a que la visibilidad también decrece; y, en tercer lugar, la conservación del parabrisas, ya que va a ser crucial asegurarnos una excelente visión. Para que puedas evitar riesgos, aquí puedes aprender cómo conducir en circunstancias adversas y, además, te ofrecemos estas recomendaciones:

NIEBLA

Luces: enciende la luz antiniebla. Los faros traseros, sólo cuando la niebla sea muy densa y la visibilidad se reduzca a una veintena de metros. No enciendas las luces largas porque puedes deslumbrar a otros vehículos y a tí mismo por el efecto pantalla y rebote de la luz.

Distancia de seguridad: fundamental aumentar esta distancia respecto al vehículo que circula delante.

Velocidad: reduciéndola vas a tener más tiempo de adaptar tu campo de visión. Guíate por las marcas viales: las líneas que delimitan la vía y el carril por el que circulas.

Parar: cuando la visibilidad sea muy mala, busca un lugar seguro y detente, preferiblemente en un área de servicio o un poblado cercano y ¡nunca en la calzada! Recuerda que, si la niebla es muy espesa, los sistemas ADAS podrían no funcionar.

LLUVIA

Distancia de seguridad: las primeras gotas son las más peligrosas, porque suelen producir un barrillo en la carretera especialmente resbaladizo. Aumenta la distancia de seguridad para evitar alcances y para que la cortina de agua del vehículo que te precede no te reste aún más la visibilidad.

Visibilidad: desempaña el parabrisas dirigiendo el aire acondicionado o la calefacción (preferentemente) hacia el cristal delantero, y conecta la luneta térmica trasera. ¡Nunca desempañes el cristal pasando la mano!

Aquaplanning: un conductor puede perder el control de su vehículo con sólo siete centímetros de agua sobre el asfalto. Para evitarlo debes, primero, hacerte ver; después, suelta suavemente el acelerador; sujeta firmemente el volante sin hacer movimientos bruscos y acciona el freno en caso de necesidad. El ABS evitará el bloqueo de las ruedas al frenar, permitiéndote dominar el vehículo, al tiempo que frenas.

En caso de tromba de agua: detén el coche en el arcén, enciende las luces y conecta las luces de emergencia. Si te encuentras en una zona fácilmente inundable, en un cambio de sentido bajo la carretera o en una vaguada, no entres ni lo cruces. No atravieses un charco de agua de grandes dimensiones, ya que éste puede tener una profundidad mayor de la esperada.

NIEVE

Infórmate: la nieve es un fenómeno atmosférico muy previsible, lo mejor es no coger el coche y esperar. Si tienes que viajar obligatoriamente, recuerda:

  • Luces encendidas: en caso de nevada es obligatorio encender la luz de cruce. Si el vehículo dispone de luz antiniebla delantera, también es aconsejable que la enciendas.
  • Adherencia: los primeros copos de nieve son los más peligrosos, ya que forman una pasta resbaladiza al mezclarse nieve y suciedad de la carretera. Comprueba qué tipo de neumáticos lleva tu vehículo y asegúrate de llevar un juego de cadenas.
  • Conduce suavemente: de manera progresiva y sin brusquedades. No superes los 80 Km/h y mantén una velocidad constante.
  • Roderas: En caso de poca nieve es mejor que circules por fuera de ellas, pero paralelamente a su trazado. Cuando la nieve es abundante, es aconsejable circular por las roderas que haya dejado otro vehículo.
  • Utiliza gafas de sol: la combinación de sol y nieve podrían deslumbrarte.
  • Circula por la derecha: en vías de dos o más carriles por sentido de circulación. Recuerda dejar libre el carril izquierdo y circular en convoy para permitir el paso de vehículos de emergencia.
  • Atención a la señalización: no pierdas de vista los avisos de los paneles de mensajes variable y sigue las indicaciones de los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

HIELO

Extrema la precaución: el hielo en la calzada no siempre se aprecia con facilidad. Atento a las temperaturas bajas y zonas sombrías como túneles, puentes y cunetas con árboles.

Placas de hielo: reduce la velocidad, sujeta el volante sin moverlo bruscamente para no perder el control, no pises el freno o el acelerador para que el vehículo se deslice sobre la placa y salga de ésta. Utiliza marchas cortas y mantén la calma. Normalmente, el vehículo recuperará su estabilidad una vez los neumáticos vuelvan a agarrarse al pavimento de la calzada y podrás hacerte de nuevo con el control total de la marcha.

VIENTO

Viento lateral: es el más peligroso, ya que puede llegar a desplazar la trayectoria del vehículo e incluso provocar la salida de la vía o el vuelco.

Agarra con más fuerza el volante: el efecto del viento se incrementa al salir de zonas resguardadas a zonas desprotegidas, como, por ejemplo, tras adelantar a un camión o a la salida de un túnel.

Más atención: cuidado con los objetos que pueden caer a la vía: como ramas, árboles, basura, etc. Con viento se requiere conduciendo un “extra” de atención.