La oferta de coches eléctricos se multiplica en los concesionarios y son cada vez más los conductores que se plantean cambiar y comprar un coche así. Está más que demostrado que estos modelos permiten ahorrar mucho dinero en combustible en función de una serie de variables. ¿Cuáles son? ¿Cuándo merece la pena un coche eléctrico?
Antes de nada, entre los coches eléctricos en general se suelen enumerar diferentes tipos de motorizaciones: 100% eléctricos, híbridos o híbridos enchufables. Incluso hay fabricantes que se atreven a calificar de eléctrico a los micro-híbridos o a los modelos a hidrógeno.
Esta vez pondremos nuestra atención sobre los modelos 100% eléctricos, que son los que mejor ilustran todas las diferencia y variables para el bolsillo entre los dos mundos: el de la movilidad eléctrica y el de las motorizaciones de combustión tradicionales.
¿Qué tener en cuenta al comprar un coche eléctrico?
Saber cuándo un coche enchufable se puede amortizar y si se podrá sacar partido del mismo, he ahí la cuestión. Comprar un coche eléctrico requiere de nosotros una actitud muy diferente en el concesionario.
Si se busca la rentabilidad, es recomendable haber realizado un estudio previo, teniendo en cuenta algunas variables. Resulta un trabajo que, en la actualidad, recae sobre el consumidor, sobre todo porque todavía existe un gran desconocimiento por parte de los concesionarios de las ventajas de la movilidad 100% eléctrica.
Para conocer de antemano si sale rentable o no, la clave reside en realizar un pronóstico de cuál será el coste total de propiedad (TCO). Para ello, podríamos comparar entre un modelo eléctrico y su equivalente más cercano de combustión.
Entre los criterios que anotar en una comparativa encontramos el precio inicial, previsión de kilometraje, precio del combustible, mantenimiento, ventajas fiscales, ayudas a la compra, punto de recarga o gastos de estacionamiento.
El (todavía elevado) precio de los coches eléctricos
El precio inicial del coche eléctrico es uno de los factores que más aleja a los conductores de su adquisición. Pese a esto, el coste de adquisición tiende a la baja y en la actualidad existen modelos con autonomías que superan los 300 kilómetros por un coste mucho menor que el de hace cinco años.
El coche 100% eléctrico más barato del mercado español es el SEAT Mii Electric, que parte de 21.230 (sin tener en cuenta ayuda alguna). Prueba de que el precio va, poco a poco reduciéndose, es que en la horquilla de entre 20.000 y 30.000 euros ya existen varios modelos. Pioneros como el Nissan LEAF o el Renault ZOE también van disminuyendo algo sus precios, al tiempo que aumentan su autonomía y mejoran sus prestaciones.
Ayudas a la compra: Plan MOVES 2020
Ahora bien, el precio de partida de un coche eléctrico puede tener ayuda. Las propias marcas de coches cuentan ocasionalmente con bonificaciones específicas. En España, el último plan de ayudas a la movilidad eléctrica es el Plan MOVES 2020. Mediante el mismo podríamos optar a una rebaja inicial del precio de un 100% eléctrico de entre 4.000 y 5.500 euros (si se achatarra o no un vehículo anterior).
Estas ayudas pueden compatibilizarse con otras ofrecidas con la Comunidades Autónoma. Es también interesante buscar ayudas para la instalación de puntos de recarga, en caso de ser necesaria. Algunos fabricantes y las administraciones contribuyen con subsidios a los gastos de una partida que suele rondar los 1.000 euros.
¿Necesitaré instalar un punto de recarga?
Para saber cuánto nos conviene económicamente un coche eléctrico resulta fundamental conocer qué trayectos realizaremos, dónde lo recargaremos y cuántos kilómetros alcanzará al año.
El kilometraje de un coche eléctrico
A mayor número de kilómetros, mayor será la posibilidad de amortizar y beneficiarse económicamente de un coche eléctrico. Es interesante fijarse tanto en la cifra anual de kilómetros realizados, como en la distancia que tendrán los trayectos diarios.
¿Dónde recargar el coche eléctrico?
En función de esto último, podremos saber si tendremos o no que instalar un punto de carga en nuestro domicilio o garaje comunitario. Y es que, un coche eléctrico puede cargarse en una toma de corriente convencional, a una velocidad de recarga lenta de algo más de 2,3 kWh cada hora.
Pese a que es complicado realizar un pronóstico exacto del consumo (kWh/100 km) que tendremos, sí los desplazamientos diarios en coche son más bien cortos (de menos de 50 o 60 kilómetros) es muy probable que sea suficiente una recarga nocturna para cubrir esas distancias, sin necesidad de instalar un punto de carga.
Otros factores que influyen en esto último es la opción de cargar en un punto público o en el centro de trabajo, posibilidad que cada vez más empresas contemplan para sus empleados.
El precio del combustible vs electricidad
Otra estimación muy relevante para contrastar entre un modelo 100% eléctrico y otro de combustión es la diferencia entre el precio del combustible. A mayor kilometraje anual, mayor ventaja para el modelo eléctrico.
Saber si es rentable comprar un coche eléctrico pasa por calcular de forma estimada cuánto nos costará la recarga diaria. En la actualidad, las compañías eléctricas ofrecen planes especiales que aprovechan las horas nocturnas para recargar a precios muy reducidos. Por ejemplo, la tarifa de coche eléctrico de Iberdrola tiene un precio de 0,038156€/kWh, lo que significa que recargar 20 kWh, el 50% de un modelo como el Nissan LEAF de 40 kWh, sale por menos de 80 céntimos.
Ese sería el precio aproximado de recorrer entre 100 y 130 kilómetros, teniendo en cuenta su autonomía WLTP de 270 kilómetros del Nissan LEAF.
Mantenimiento, ayudas fiscales y estacionamiento
A esta partida hay que añadirle otras ventajas que reducen el coste del coche eléctrico:
- Cuentan con un mantenimiento mucho más barato que cualquier modelo de combustión. Esta comparativa realizada en Xataka ilustra cómo es posible ahorrarse hasta 2.000 euros cada 20.000 kilómetros.
- Pagan menos impuestos. Los modelos 100% eléctrico se encuentran dentro del tramo más reducido para el impuesto de matriculación. Además, muchos ayuntamientos ofrecen descuentos en el impuesto de circulación.
- Estacionamiento gratuito. Este factor depende también de las corporaciones locales. Aún así, si se necesita aparcar de forma recurrente en ciudades como Madrid, un coche eléctrico con etiqueta CERO puede suponer un ahorro considerable que habría que añadir a la comparativa. Y es que Madrid permite aparcar gratis y sin restricciones horarias en zona SER a este tipo de modelos.
¿Necesitaremos otro coche?
Por último, pero no por ello menos importante, hay que considerar cuándo se necesitará otro tipo de vehículo. Aunque un coche eléctrico pueda cubrir todos los desplazamientos diarios, existen momentos puntuales en que su autonomía se quede corta para realizar viajes largos.
Las preguntas pertinentes de este apartado son: ¿cuántos de estos viajes se realizan cada año? ¿Sería posible acometerlo con el coche eléctrico usando la red de carga pública y/o establecimientos turísticos? ¿Se podrían cubrir utilizando otro medio de transporte? ¿Y mediante el alquiler de otro vehículo? Habría que sumar estos gastos como un añadido para el modelo 100% eléctrico, en función de su autonomía.
Bien es cierto que, a la hora de comprar un modelo de combustión, no hay considerar todas estas variables. Sin embargo, las mejoras en la tecnología de las baterías y el aumento de la autonomía están consiguiendo que, poco a poco, estos cálculos sobre la rentabilidad se conviertan en claras ventajas para los actuales compradores de coches eléctricos.
El cambio en la movilidad ya está en marcha. Todo parece indicar que las modelos eléctricos seguirán creciendo en número, poniendo su granito de arena para paliar los problemas de la contaminación en el transporte.
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