La bicicleta está cada vez más integrada en el día a día de las grandes ciudades. Esto se nota, en especial, en urbes como Madrid en las que su modelo de movilidad está en plena transición. El proceso de introducción de este vehículo como medio de transporte urbano conlleva una necesaria adaptación desde el punto de vista de la seguridad vial.
Consecuentemente, el mercado de bicicletas en España vive una gran actividad. Son muchos los que se animan a su uso. Si bien adquirir una bicicleta puede llegar a ser un proceso de complicada elección, la complejidad crece si buscamos ahorrar al comprar una bicicleta de segunda mano. Es aconsejable seguir algunas pautas que harán la elección y compra mucho más sencilla.
Al tratarse de una bicicleta que ya ha sido utilizada, la seguridad en su conducción es uno de los principales factores que ha de guiarnos en el proceso de compra. Con todo, la primera e inevitable pregunta que surge es para qué vamos a utilizar la bicicleta. ¿Buscamos la práctica deportiva? ¿Queremos utilizarla para nuestros desplazamiento diarios por ciudad? ¿Preferimos una bicicleta eléctrica por orografía o simple comodidad?
¿Qué bicicleta necesitamos?
Gracias a la gran variedad que ofrece el mercado es posible, incluso, combinar varias funcionalidades con nuestra bicicleta. Es decir, es posible encontrar bicicletas que permitan transitar por ciudad y utilizarlas en un perfil más deportivo. Por eso, resulta útil tratar de adelantar los posibles usos que le daremos. En función de esta cuestión definiremos el siguiente detalle, el del presupuesto con el que podemos contar.
La Fundación MAPFRE nos ofrece algunos aspectos esenciales para ayudarnos a resolver esta pregunta en su completa sección sobre bicicletas y seguridad vial. Se hace hincapié sobre el tallaje. Una vez que tengamos claro que uso le damos a dar y la cantidad de dinero que estamos dispuestos a gastar, nuestra talla es la siguiente incógnita que debemos despejar.
Esto se torna fundamental en una bicicleta de segunda mano. Generalmente, los establecimientos ofrecen para cada modelo diferentes tallas de bicicleta. La compra de segunda mano limita, obviamente, esto. Por mucho que pueda llegar a gustarnos una bicicleta ya utilizada en la que estemos interesados, será muy desaconsejable su compra si no se corresponde con nuestra talla.
Una bicicleta no adaptada a nuestras características físicas puede desencadenar en molestias y problemas de salud. Del mismo modo, nuestro manejo se verá diezmado y, por tanto, afectará a la seguridad. Existen una regla estándar y precisa para conocer la talla. Se relaciona, además, con otro de los puntos que hemos de revisar en una bicicleta de segunda mano. ¿Podemos probarla antes?
Revisión básica de una bicicleta de segunda mano
A través de la revisión directa de la bicicleta (o través de fotografías) podremos comprobar el tallaje y otros aspectos básicos de la misma. Si tenemos la oportunidad de realizar una prueba previa, mucho mejor. De este modo, podremos detectar defectos técnicos no perceptibles de otro modo. Antes de esto, conviene recopilar del vendedor toda la información que nos pueda dar: fabricante, año de fabricación, precio original, etc..
Es relevante prestar atención a algunos detalles que nos contarán qué tipo de vida ha llevado la bicicleta en la que estamos interesados:
- Comprueba las soldaduras del cuadro y que este no tenga grietas.
- Trata de detectar si existe alguna holgura (en el eje pedalier, dirección, bujes, etc.).
- En este sentido, es importante dar respuesta a cualquier ruido o crujido que pueda presentar.
- Presta atención al estado de la transmisión. Unos dientes afilados en platos y coronas, junto a una cadena que no engrana de forma precisa pueden apuntar que es necesaria la renovación.
- El estado de los frenos es también indicativo del uso anterior de la bicicleta. Conviene vigilar zapatas llanta o discos.
- Como lo son también neumáticos o cubiertas. Una cubierta con dibujo desgastado invita a sustituirla. Por contra, si los neumáticos han sido cambiado de forma reciente, supone un aliciente tanto económico como de seguridad.
- Mirar las cabezas de los tornillos allen para detectar si están dañadas es algo más sutil, pero que también arroja pistas del mantenimiento previo.
El cuidado de todos estos componentes es muy necesario para circular en condiciones seguras. Por eso, al comprar una bicicleta de segunda mano podría ser conveniente, dependiendo de cada caso, hacer una visita a un taller especializado para renovar los elementos precisos. Es una posible partida que también se ha de tener presente.
Garantías en la compra y la venta
Para adquirir o vender una bicicleta de segunda mano es posible a día de hoy valerse de múltiples plataformas en Internet. Comprar la bicicleta online implica, en muchos casos, no tener la oportunidad de probarla de antemano.
Desde el punto de vista normativo, el comprador cuenta con ciertas garantías con respecto al estado de la bicicleta. Hay que sabe que la Ley establece que es necesario formalizar un contrato de compra-venta entre particulares. (como indica el artículo 1445 y siguientes del Código Civil). De ahí que el comprador esté obligado, en los 6 meses posteriores a la compra, a reparar cualquier defecto de la bicicleta consecuencia de su utilización previa. Existen portales especializados, como Ciclismo a Fondo, donde se pueden encontrar modelos de contrato para ayudarnos en el proceso.
Todos estos consejos nos ayudarán a transitar con nuestra bicicleta con unas garantías mínimas de seguridad. Ante cualquier duda que pueda surgir, siempre existe la opción de asesorarnos en un taller de bicicletas. Allí podrán informarnos de detalles más técnicos que vayan más allá de nuestros conocimientos.
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