Cómo sacarse el carnet (1): Elegir autoescuela

Jaume

9 de junio de 2009

Para miles de jóvenes, el verano empieza este jueves. Aquí en Catalunya la Prueba de Aptitud para el Acceso a la Universidad ha empezado hoy y durará hasta ese día. Y una vez acabado el trámite (o el suplicio) de la selectividad, muchos de estos jóvenes con los 18 años recién cumplidos, liberados de su estudio, decidirán dar un paso más hacia la independencia personal: se apuntarán a una autoescuela para conseguir el carnet.

Van a aprender a realizar una actividad que cada año acaba con la vida de miles de personas, sólo en España. Y que estropea irremediablemente la de muchos muchos otros. Evidentemente, no significa que uno deba tener miedo a esta nueva actividad, pero sí que se debe afrontar con respeto y madurez. No sólo hay que aprender a conducir, sino también a circular seguro.

Seguro que por Internet se pueden encontrar miles de artículos sobre cómo sacarse el permiso de conducción, la mayoría de personas interesadas profesionalmente en el asunto: ya sean páginas con tests, de autoescuelas o profesores. Todas ellas son, por supuesto, recursos valiosísimos que recomiendo. Pero quiero aportar la visión de alguien que está al otro lado, vuestro lado. Hace apenas 11 meses que me matriculé en la autoescuela, así que me permito hablar de ello en primera persona.

Obtener el permiso tiene, básicamente, cinco fases. Dedicaré un artículo a cada una de ellas. A saber:

  1. Elegir autoescuela (tratado en este mismo artículo).
  2. Las clases teóricas.
  3. El examen teórico.
  4. Las clases prácticas.
  5. El examen práctico.

Elección de la autoescuela

Hay que tener en cuenta que una autoescuela es, ante todo, un negocio que proporciona un servicio público. Como un bar o una librería. Y, como en todos los negocios, hay un poco de todo. Algunas autoescuelas se implicarán de verdad en proporcionar un servicio útil, formar a los futuros conductores en la seguridad vial. Sin embargo, otras procurarán proporcionar el servicio justo para sacarte el dinero según la ley del mínimo esfuerzo. Hoy pretendo ver como podemos discernir si una autoescuela nos interesa por que pertenece al primer grupo. Por lo tanto, el primer paso consiste precisamente en acudir a informarnos.

Normalmente seremos recibidos por una secretaria (o secretario), que nos informará de las tarifas y el funcionamiento de la autoescuela. Es importante escuchar, y formular las preguntas adecuadas, ya que tomaremos la decisión en base a lo que nos diga. Claro, si conocemos algún exalumno reciente, su opinión siempre será útil.

A menudo, nos prometerán velocidad. «El teórico en 15 días». No es intrínsecamente malo tener el carnet rápido, pero si que puede ser muy negativo en nuestra vida como conductores si esa velocidad también implica tener grandes lagunas. Esas promesas son una técnica publicitaria que se aprovecha del ansia del alumno por tener el carnet lo antes posible, pero en el fondo representan una filosofía empresarial – en mi opinión – algo deshonesta con el alumno. Para empezar, la mayoría de autoescuelas contratan la enseñanza de teórica en una tarifa plana de un año completo: es decir, cobran lo mismo tanto si te la sacas en 15 días como si lo haces en seis meses. Por lo tanto, cuanto antes se vayan, antes quedará sitio para más alumnos.

Por otra parte, la enseñanza rápida puede llegar a ser útil para aprobar el examen, pero no completará la formación del futuro conductor. Si llegamos a la primera práctica sin saber como actuar ante un stop sin visibilidad, entonces deberemos aprenderlo en las prácticas. Y las clases prácticas si se pagan a una cantidad fija por hora. Cuanto más aprendamos en teórica, menos prácticas necesitaremos, ahorrando dinero.

Es muy importante preguntar cómo se enseña la teórica. En la mayor parte de autoescuelas se ofrece el acceso a una página web (a menudo subcontratada) con una gran colección de test de prueba. Tanto en ordenadores propios de la autoescuela, como desde nuestro domicilio, es un recurso muy útil para practicar. Sin embargo, existen otras autoescuelas que sólo presentan este recurso al alumno durante la teórica. De nuevo, considero que esta es una práctica cuestionable, ya que de hecho el alumno está pagando a la autoescuela por un servicio que ofrece otra empresa, sin ningún esfuerzo por parte de su personal. En realidad, sería más sencillo y barato para el alumno apuntarse a dicha página de forma individual.

Los tests son un complemento espléndido al aprendizaje, pero por si solos no son suficientes. Así, pues, un punto a tener en cuenta a la hora de seleccionar una autoescuela es que ofrezcan clases presenciales de teoría. La mayoría lo hacen en dos o tres horarios diferentes a lo largo del día. Incluso pueden ofrecer cursos intensivos (varias horas de clase consecutivas) los fines de semana.

Otra pregunta interesante a formular es la disponibilidad a la hora de empezar las prácticas, una vez aprobada la teórica. Si los profesores están hasta arriba de trabajo, puede que debamos esperar semanas o meses hasta poder empezar. También en la teórica, unas aulas poco abarrotadas permitirán una enseñanza más personificada.

Quizá no tan importante, pero otra pregunta que yo formularía si me volviera a apuntar a una autoescuela es si existe la posibilidad de tener en prácticas el mismo profesor que ha impartido la teórica. Yo tuve la suerte de que fue así. Tener a tu derecha en el coche a alguien que ya conoces, y que se ha ganado tu confianza en las clases, puede ayudar mucho a facilitar (y hacer agradable) el proceso. No es que sea imprescindible, pero en condiciones de igualdad, puede ser un punto a favor.

Por último, algo que puede ser algo difícil de averiguar previamente, es muy útil conocer la personalidad del personal. Alguien con quien uno se puede llevar bien, y que se va a implicar activamente en tu aprendizaje, será mucho mejor profesor que alguien que simplemente cumpla el expediente. En caso de duda entre dos establecimientos, siempre podemos pedir la oportunidad de asistir a una clase teórica como oyentes. Nos permitiría conocer al profesor, la mecánica de las clases, y hacernos a la idea de cual es nuestra mejor opción.

Una vez hecha nuestra elección, tocará abonar la tarifa correspondiente a la matrícula. Y no queda más que empezar las clases de teórica, como veremos en el siguiente artículo.

Foto | RocketRaccoon, Roberto