De todos los medios de transporte, las bicicletas son las más vulnerables de cara a ser sustraídas. El robo de bicicletas aumenta al mismo ritmo con el que se populariza el ciclismo, especialmente el de tipo urbano. Sin embargo, es mucho lo que se puede hacer para evitar el robo.
El cambio que está protagonizando el transporte, con la integración de medios alternativos como la bicicleta está variando el panorama de la movilidad. Estas demandan un espacio urbano propio junto a otros vehículos, en forma de carriles bici y, también, de zonas de estacionamiento específicas.
Esos aparcamientos pueden llegar a ser un primer factor que permita paliar el robo de bicicletas. Si bien existen innumerables formas de aparcar una bicicleta en función del mobiliario urbano que se utilice, no todos los métodos son igual de seguros.
El robo de bicicletas, al alza
Como decimos, el incremento del uso de la bicicleta se corresponde también con un aumento en las cifras de robos, sobre todo, en grandes ciudades. En Barcelona, por ejemplo, han experimentado un ascenso del 25% en los robos, con hasta 1.417 unidades en un año.
Del mismo modo, también existe una tendencia, cada vez más patente, de encontrar ladrones o cacos más «profesionales». De ahí la proliferación de bandas. Este tipo de delincuencia no solo afecta al usuario de forma individual, también a los servicios de bici compartida. La bicicleta pública de Madrid, BiciMAD, lucha cada año por tratar de reducir un vandalismo demasiado frecuente.
Evitar que te roben la bicicleta en la calle
Aunque es del todo imposible asegurar al 100% una bicicleta en la calle, existen diferentes modos para contrarrestar la acción de un posible ladrón. El primero tiene que ver con lo mencionado, con dónde dejamos la bicicleta.
Hay que tener en cuenta que debemos respetar las normas locales que existen en algunas ciudades que indican el modo más conveniente de estacionar sin entorpecer la circulación del resto de vehículos. Encontrado el lugar adecuado, el siguiente paso consiste en la elección de un candado idóneo.
Es preferible invertir algo más en un antirrobo de más calidad y evitar ciertos sistemas, como los que poseen una llave cilíndrica o los que son de tipo pitón. Claro que, en el otro lado de la balanza se encuentra que un candado más robusto implica una carga de peso que puede resultar un inconveniente.
Existen soluciones de compañías especializadas (como candados plegables) que tratan de conciliar peso y seguridad, pero tienen precios elevados. Otra posibilidad es hacerse con un candado de cuadro. Asegurar la bicicleta en la calle incluye también algunos componentes, como el sillín o las ruedas.
Robo en garajes, trasteros, terrazas y coches
Por desgracia, los garajes, terrazas o trasteros tampoco quedan a salvo de la delincuencia. Dependiendo del tipo de bicicleta y del lugar tendremos que ser más o menos precavidos. Por ejemplo, en el caso de una terraza o un garaje común se puede optar por un sistema de anclaje reforzado para una bicicleta de un precio superior. Si hablamos de un trastero individual, podemos prestar atención al tipo de cerradura que posee la puerta de acceso.
Otro lugar vulnerable del que los ladrones de bicicleta suelen sacar partido son coches o furgones que se utilizan para transportar las bicicletas. En estas situaciones, resulta relevante no desatender el hecho de que llevamos una bicicleta, de más o menos valor. En el caso de transportarla en el maletero, es aconsejable cuidar en la medida de lo posible de disimular su transporte.
Registros de bicicletas
Como se puede comprobar, un factor crucial es ser consciente del tipo de bicicleta que se pretenden asegurar. No es lo mismo una bicicleta plegable de una gran superficie que un modelo más caro de una marca de prestigio o una bicicleta eléctrica, al igual que no es lo mismo usarla para un ocio deportivo que hacerlo para movernos por ciudad.
Con todo, hay otras fórmulas para circular de forma más segura evitando posibles robos. Del mismo modo que existen seguros especiales para bicicletas que cubren la sustracción, también hay registros específicos más económicos o gratuitos (como Red Ciclista).
Es el caso de Bici Registro. Esta web cuenta con el apoyo de organismos oficiales como la DGT. Se trata de un registro que funciona con unas pegatinas especiales que marcan la bicicleta. Al quitarlas, el número de registro permanece en el cuadro y solo se puede visualizar con una luz ultravioleta. Además, Bici Registro comparte su base de datos identificativa con algunas administraciones locales, lo que facilita los trámites con las autoridades y aumenta las posibilidades de recuperar la bici.
No colaborar con los cacos
El robo de bicicletas tiene como objeto en la gran mayoría de casos sacar partido económico a través de la venta. Por eso es más que relevante informarnos del origen de la bicicleta en el caso de adquirirla de segunda mano.
De ser conscientes de que se trata de una bicicleta robada, no solo se desaconseja la compra, sino que además la ley, lejos de contemplarlo, lo tipifica como un delito castigado con pena de prisión de seis meses a dos años (según el artículo 298.1 del Código Penal). Es algo que tener muy en cuenta a la hora de adquirir este tipo de vehículos a través de apps especializadas en compra-venta.
A la espera de más innovaciones, de que se concrete un registro nacional oficial o sistema de matrícula para bicicletas, estas son las principales fórmulas para ponérselo más complicado a los ladrones de bicicletas.
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