Con cuidado. Este es el primer consejo que puedo darte si vas a conducir tu moto por primera vez a través de la ciudad de Barcelona. Pero la palabra «cuidado» tiene en este caso otras connotaciones que no se refieren a su peligrosidad. Partamos de la base de que si te ocurre como a mí, que estoy acostumbrado a conducir en ciudades de 300.000 habitantes o menos, nada de lo que hayas aprendido hasta ahora sirve. Incluso en Madrid, donde también estuve no hace mucho tiempo, no se parece en nada a la Ciudad Condal ya que aquí hay muchísimas motos.
Hay tantas que Barcelona es la ciudad de Europa con un mayor parque móvil de motocicletas y scooter, y eso es decir mucho. Mires donde mires hay cientos y cientos, aparcadas en todos lados, circulando como verdaderos enjambres entre los coches. Parecen una bandada de estorninos, todos perfectamente sincronizados y que, aunque parezca increíble, son capaces de circular si accidentes en lo que parece un equilibrio inestable.
Y digo que no te vale nada de lo que hayas aprendido en una ciudad pequeña porque con tantas motos, las normas de circulación sufren unos márgenes de lo más llamativos. La cantidad de vehículos que pueden coger en un carril en paralelo son tantos como apretados puedan pilotar sus conductores en condiciones de relativa seguridad. Como en ciudad se puede adelantar a otro vehículo tanto por la derecha como por la izquierda tomando las debidas precauciones, tus retrovisores serán los mejores aliados.
Los primeros cinco minutos te sentirás abrumado pero es como tirarse a un río de aguas bravas: es inútil luchar contra la corriente. Tienes que dejarte llevar por ella, evitar los movimientos bruscos y todo fluirá alrededor tuyo con aparente normalidad… salvo que todo parece pasar muy rápido.
Señaliza todos tus movimientos aunque los demás no lo hagan, y no te preocupes por los coches. Están más que acostumbrados a convivir diariamente con las motos y al contrario que en otros lugares, las respetan y mucho. Posiblemente porque gran parte de ellos seguramente también son moteros que ese día, por lo que sea, les tocó ir enlatados.
Aprovecha cuando estén parados en un semáforo para ganar posiciones y colocarte delante, sobre todo si son semáforos con zonas destinadas a las motos al frente. Pero acuérdate de pensar en los demás. No te quedes delante según has llegado sino que muévete a un lado o a otro para que las motos que vengan detrás puedan colocarse también por delante de los coches.
Utiliza en gran medida los aparcamientos para motos, que hay muchos y si por lo que sea te ves obligado a aparcar en la acera no seas cafre: no circules montado en ellas que está prohibido, te puede caer una multa y además no es de recibo. Seamos civilizados. Llegas a la acera, te bajas y la llevas empujando o si quieres, la llevas a punta de gas si es un scooter para no tener que gastar energía.
Cuando aparques, fíjate bien donde lo haces para no estorbar a los demás. No bloquees la puerta de un coche aparcado, no lo hagas cerca de las paradas del autobús. Evita en lo posible aparcar pegado a la pared ya que las personas invidentes la usan para guiarse mientras camina. Tampoco obstruyas papeleras, contenedores u otros elementos del mobiliario urbano a los que se les de uso frecuente.
Pero sobre todo, sobre todo disfruta de una ciudad que ha comprendido que la moto es un aliado en la fluidez del tráfico. Porque dentro de unos márgenes, Barcelona apoya en gran medida al sector de la motocicleta.
Foto | James