Como puedes imaginar por su nombre, las primeras rotondas con prioridad para los ciclistas se construyeron en Países Bajos, donde el uso de la bicicleta está muy arraigado, aunque después se han extendido a muchos otros países, como, por ejemplo, Dinamarca o Reino Unido; de hecho, la “rotonda holandesa” de Cambridge es una de las más fotografiadas de Europa. Hoy la buena noticia para los ciclistas es que las rotondas holandesas han llegado a España.
El objetivo de este tipo de rotonda es el de fomentar la convivencia entre los vehículos de movilidad personal y las bicicletas con los coches y, por supuesto, reducir la siniestralidad que, en el caso de las bicicletas, se ha incrementado en los últimos años, especialmente en las maniobras de entrada y salida de las rotondas.
¿Cómo funcionan las rotondas holandesas?
El principio básico es que el ciclista siempre tiene prioridad por encima del resto de vehículos. Por lo demás, el funcionamiento es exactamente el mismo que en las glorietas convencionales: entrar con precaución, respetar la prioridad de paso y señalizar la salida. La diferencia estriba en que, en el caso de las rotondas holandesas, a la hora de entrar y salir hay que respetar también la prioridad de los ciclistas, que se incorporan a la rotonda a través de un anillo situado en el borde exterior de la misma.
Además de la señalización y de las marcas viales, para ayudar a regular el tránsito en las rotondas holandesas es necesario que los conductores de los vehículos pongan mucha atención. Es fundamental reducir la velocidad antes de invadir el carril bici y observar bien si se aproxima algún ciclista. En caso positivo, hay que recordar que el ciclista siempre tiene prioridad sobre el coche y que este ha de detenerse para dejar pasar a la bicicleta.
Salida de la rotonda
Una vez que el carril de las bicis esté despejado y siempre que el carril de los coches también lo esté, es el momento de acceder a la rotonda para tomar el acceso que necesitemos para seguir hacia nuestro destino. Eso sí, a la salida de nuevo tenemos que ceder el paso a los ciclistas que quieran cruzar por delante de nosotros.
Hay que tener en cuenta que la circulación en este tipo de rotondas ha de transcurrir a un ritmo mucho más lento del habitual en las rotondas tradicionales, lo cual es ya un importante paso hacia la reducción de percances. No obstante, es vital contar con la empatía y el sentido común de los conductores. Y, por supuesto, que el carril bici esté bien señalizado para garantizar la seguridad de los ciclistas.
Primeras rotondas en España
Bilbao y Logroño son las primeras dos ciudades españolas en las que ya se han puesto en marcha rotondas holandesas. El estreno no ha estado exento de polémica -especialmente en el que caso de Bilbao-, ya que muchos conductores aún no saben cómo han de circular por ellas. Por un lado, los ciclistas han denunciado su peligrosidad, mientras que desde el Consistorio bilbaíno defienden que lo que debe cambiar es la concienciación de los conductores con respecto a los ciclistas.