Los precios disparados de la electricidad y de los combustibles han hecho que muchas personas miren a las energías renovables con más interés que nunca. El uso, por parte de los consumidores, tanto de vehículos eléctricos como de sistemas de energía solar está creciendo rápidamente. La consultora Deloitte afirma que las ventas de vehículos eléctricos crecerán de los 2,5 millones en 2020 a más de 31 millones de cara a 2030, lo que representará aproximadamente el 32% de las ventas de coches nuevos. Por otra parte, tras un crecimiento récord en 2020, Wood Mackenzie afirma que solo este año las instalaciones de sistemas de energía solar residenciales crecerán un 18%. Pero ¿es posible utilizar los paneles solares para cargar nuestro coche eléctrico?
La combinación perfecta
La respuesta es un sí rotundo. De hecho, se trataría de la combinación perfecta a la hora de apostar una movilidad segura, sana y sostenible. Para que te hagas una idea, para recorrer 160 kilómetros, un vehículo eléctrico estándar necesita la misma cantidad de electricidad que un hogar utiliza de media cada día para hacer funcionar sus electrodomésticos, ordenadores, luces, calefacción y aire acondicionado. Dado que el 80% de la carga de los coches se realiza en el hogar, aprovechar la energía solar para cargar un vehículo eléctrico – en lugar de cargarlo con energía generada a partir de combustibles fósiles – es más respetuoso con el medio ambiente, reduce la presión sobre una red ya sobrecargada y puede ayudar a los propietarios a reducir los costes de electricidad.
Pero antes de tomar una decisión. lo primero que hay que claro son los tipos de instalaciones fotovoltaicas que existen en el mercado y que podemos tener en nuestro hogar para conocer cuál es la más conveniente:
Tipos de instalaciones
- Aislada: es la que funciona de forma independiente a la red eléctrica. Capta la energía solar mediante paneles que componen la propia placa y la almacena en baterías. En este caso es difícil poder cargar el coche eléctrico todo el año, dado que si se suceden los días nublados las baterías se agotarán.
- Autoconsumo o conectada: en este caso la instalación fotovoltaica está conectada a la red eléctrica y hay dos supuestos. Con excedentes y sin compensación, que no es eficaz para uso residencial, o con excedentes y sin compensación. En este último caso el domicilio puede consumir energía propia de sus placas solares o de la red eléctrica. Si generamos un excedente el sobrante se inyecta a la red eléctrica, algo que supone ahorrar en la factura de la luz dado que la empresa comercializadora nos compensará a un precio que se acuerda previamente.
Control dinámico de potencia
Una de las principales ventajas de una instalación conectada de cara a la carga de nuestro vehículo es que se puede instalar un control dinámico de potencia que permite regular la potencia transformada por las placas solares y la energía de la red contratada mientras se carga nuestro coche. Con este sistema podríamos cargar el vehículo utilizando únicamente el excedente de energía solar producida o realizar una carga rápida con la máxima potencia combinando energía procedente de la producción fotovoltaica con la energía contratada.
A pesar de que la mayoría de los usuarios recarga su coche en casa por la noche, es necesario tener en cuenta que las instalaciones fotovoltaicas no generan energía en esta franja horaria. Y esta es otra de las ventajas de las instalaciones conectadas, ya que en este tipo sí es posible realizar este proceso durante las horas nocturnas.
En el mercado, ya existen una gran variedad de cargadores solares para nuestro coche que permiten adaptarse a las necesidades de consumo, potencia y presupuesto personal. Infórmate de cuál es el que mejor se adapta a tus necesidades.