Ya estamos muy cerca de las vacaciones de Navidad, un momento especial para celebrar junto a la familia y disfrutar de las múltiples oportunidades que nos ofrece el periodo invernal. A pesar del frío y el mal tiempo, muchos ven en estos días la ocasión idónea de aprovechar a hacer muchas actividades relacionadas con la nieve como pasear por la montaña o practicar deportes como el esquí, entre muchos otros.
Pero, ¿cómo debemos afrontar el viaje en nuestro vehículo particular? Ya hemos hablado en varias ocasiones de las formas en que uno debe preparar su coche para un viaje largo a zonas de montaña, el mantenimiento y equipamiento necesario e imprescindible, pero, bien es verdad que, más del 70% de los conductores no saben aún cómo reaccionar en condiciones de nieve y hielo en carretera. Una herramienta imprescindible para prevenir accidentes y circular con seguridad son las cadenas de nieve, pero para aquellos a los que pueda llegar a abrumar la dificultad para colocarlas, aquí van a encontrar las respuestas a los tipos de cadena, la forma correcta para colocar cada una y bajo que circunstancias deben usarse.
En este artículos nos centraremos en las cadenas de nieve. No obstante, recuerda que siempre tenemos alternativa con los neumáticos de inviernos, cuando vivamos en zonas frías (en este artículo te artículo te explicamos todo respecto a su utilización), o con los neumáticos certificados para uso en verano e invierno como los Crossclimate. En este artículo tienes información al respecto.
¿Qué tipos de cadena existen y cuándo debemos usarlas?
Vale, es verdad. Todos hemos sacado pecho alguna vez a la hora de poner las cadenas cuando ninguno de nuestros acompañantes han sabido hacerlo, pero ahora podemos dejar el esperpento y el ridículo a un lado, para aprender de forma eficaz a poner y quitar las cadenas como expertos, con la rapidez necesaria que requieren los momentos de emergencia.
Por un lado, es imprescindible saber que las cadenas de nieve, cualquiera que sea su forma y tipo, deben usarse (lógicamente) siempre en condiciones de nieve y hielo sobre el asfalto. Por mínimo que sea el grosor o cantidad que haya en carretera y por mínimo que sea el tiempo que vayamos a usarlas. Muchas veces y, en ocasiones, por dejadez, dejamos de ponerlas excusándonos en que es tan sólo un tramo malo y que no es necesario. De igual forma, cuando por fin nos decidimos a bajar del vehículo y colocarlas, debemos ser conscientes de que no podemos usarlas por más tiempo del necesario ya que, si la calzada se despeja más adelante y mantenemos aún las cadenas puestas, el neumático y la llanta van a sufrir un desgaste altísimo y será peor el remedio que la enfermedad.
Las cadenas de nieve sirven principalmente para evitar frenazos, derrapes, falta de consistencia y patinazos. En caso de que nuestro vehículo sea de tracción trasera deben ir colocadas en las ruedas de atrás; si es de tracción delantera, en las de delante, y si es tracción total en las cuatro ruedas (4×4) conviene llevarlas en todas ellas, aunque mínimo en las de delante. Además, desde aquí recomendamos que para aquellos que vivan en zonas de montaña, tengan que desplazarse muchos kilómetros o vayan a necesitarlas muy a menudo, valoren la opción más aconsejable de cambiar a neumáticos de invierno.
Existen varios tipos en función de sus materiales, eficacia, precio y dificultad de colocación. En primer lugar y en función de su efectividad encontramos las cadenas líquidas, que son muy portátiles y de bajo coste (en torno a los 6€), pues consisten en un bote de spray que contiene una resina viscosa que permite una mayor adherencia del neumático al rociarse sobre la rueda. Los análisis realizados por RACE concluyen que no son recomendables y con resultados nulos, pues no permiten un agarre correcto y se debe evitar su uso en condiciones extremas.
La cadena de tela, textil o calcetines de nieve posee unos mejores resultados sobre todo en relación a la facilidad de montaje (aproximadamente 4o segundos) y efectividad de frenada y control en curva. Deben usarse en momentos puntuales o para aquellos usuarios que la vayan a usar eventualmente y no puede circularse a más de 50 km/h. No daña las llantas pues consiste en una textura permeable que provoca una fricción seca sobre el agua, que a su vez es absorbida y evacuada para un mejor agarre. Debe lavarse después de su uso para prolongar su duración de uso.
Las cadenas metálicas tradicionales son el sistema más utilizado por los conductores. Rodea la rodadura del neumático a través de su red metálica y permite el ajuste de tensión de forma manual, aunque el mayor inconveniente es la dificultad de colocación, más adelante explicaremos cómo se realiza. Hay que tener en cuenta que existen vehículos no cadenables, que son aquellos que poseen poco espacio entre el neumático y el pasaje de la rueda. Es muy ruidosa y transmite muchas vibraciones al volante pero es realmente efectiva en niveles de seguridad. Recuerda eso sí, que no están permitidas en zonas de túneles.
Por último, encontramos diferentes alternativas cada vez más aplicadas y comunes en los puntos de venta que suelen ser más útiles para aquellos que circulen en condiciones de nieve y hielo de forma continuada. Un ejemplos son los Araignées, que requieren de una previa instalación algo complicada de una placa o soporte en la llanta del neumático sobre la que se monta y desmonta en pocos segundos la cadena en forma de araña con uñas o grapas (como los tacos metálicos de las botas de montaña). Hay que tener en cuenta el tipo de neumático antes de comprar.
¿Cómo montar correctamente nuestras cadenas?
Como ya hemos dicho, hay algún tipo concreto que requiere de una instalación previa y otros que se aplican de forma directa, como el spray. Muchos packs de cadenas más modernas vienen con instrucciones y manuales de uso en diferentes idiomas y según su modelo pueden cambiar un poco, pero son realmente sencillas. Por ello, aquí vamos a explicar la instalación de las cadenas tradicionales y que más usuarios poseen, además de ser las que más quebraderos de cabeza pueden traernos.
- En primer lugar se debe detener el coche en un lugar seguro, señalizar delante y detrás con los triángulos de emergencia y encender las luces de emergencia o posición. De esta manera podemos comenzar la maniobra. A continuación sacaremos las cadenas metálicas y comprobaremos que no están enredadas. Consisten en varias partes: un cordón largo de plástico con color del que cuelgan las cadenas; si cerramos el cordón haciendo un círculo obtendremos la forma de una canasta.
- Pasamos el cordón por detrás de la rueda por el interior y lo subimos para extender las cadenas por el neumático.
- Cerramos el anclaje del cordón haciendo la forma de un aro entorno a la rueda por la parte de arriba. Desplazamos el aro por detrás de la rueda.
- Se coloca la cadena centrada al neumático y cerramos uno de los anclajes que ha quedado suelto (este cierre de la cadena se diferencia con otro color).
- Se introduce el trozo suelto de cadena a través del tensor y se tira de él, para tensar bien todo el sistema, y se desliza por el pasador del lado contrario manteniendo la tensión.
Si necesitas una breve explicación gráfica, puedes encontrarla en el vídeo que hay a continuación:
Imágenes | Flickr Social Media
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