La pandemia ha transformado enormemente nuestros hábitos de movilidad. Cada vez más personas se decantan por el transporte sostenible, especialmente dentro de las ciudades. Por ello, la bicicleta está viviendo un auténtico “boom” y la opción eléctrica gana de forma progresiva más y más adeptos. No obstante, el precio de estos vehículos es aún muy elevado. Por ello, una alternativa que debes tener en cuenta es la opción de aprovechar tu bicicleta de siempre y transformarla en una e-bike.
Transformación dentro de la normativa
Existen en el mercado kits de conversión para bici eléctrica compuestos por una serie de elementos y herramientas que podrán darle una nueva vida a tu bici: un motor, que suele venir adherido a una llanta, la batería; el controlador; y el acelerador.
Estos kits están permitidos siempre y cuando no superen los límites de las denominadas EPAC (Electronically Power Assisted Cycles) y sus componentes estén homologados (norma UNE-EN 15194:2009). Es sumamente importante que antes de adquirir tu kit confirmes que tu bici modificada seguirá perteneciendo a la categoría de bici eléctrica: piensa que cualquier vehículo que cuente con un motor de potencia de más de 250 W, que tenga una velocidad superior a los 25 kilómetros por hora, que no tenga pedales o que incorpore un acelerador para su propulsión será catalogado como un ciclomotor. En ese caso, necesitarías un seguro obligatorio, matrícula, tarjeta de inspección técnica, casco y permiso de conducción.
Si te has decidido a comprar el kit, te recomendamos que, para evitar sorpresas que pueden afectar a tu seguridad y a tu bolsillo, te pongas en manos de un mecánico profesional o, incluso, de un taller de bicis ya especializado en este tipo de transformación.
Recuerda además que la conducción de una bicicleta eléctrica difiere ligeramente de la de una bicicleta convencional.
No te quedes corto
En primer lugar, debes tener claro el uso que vas a dar a tu e-bike. Los equipos convencionales suelen proporcionar energía para unos 15 o 25 kilómetros. Los que se montan para bicicletas de montaña pueden llegar a los 40 kilómetros. No te quedes corto. Piensa bien en tus recorridos, en las pendientes que tienes que subir en ellos, en el peso final de tu bicicleta transformada, etc., y coméntalo con el mecánico. Él podrá ayudarte en tu elección.
Batería y motor
La batería, por supuesto, es otra de las cuestiones más importantes. Es importante que la batería sea extraíble, así podrás dejar la bici aparcada en la calle o en un aparcamiento con mayor seguridad. Además, podrás llevarte la batería a casa para poder cargarla sin tener que ir a cuestas con la bici. Mira bien el tiempo de carga y ten en cuenta la tarifa eléctrica que tengas contratada ya que, si el uso es muy continuo, por ejemplo, para ir a trabajar todos los días, probablemente tendrás que cargarla casi a diario. Realiza siempre la recarga de tu batería en un entorno seguro y preferiblemente de día.
Después de la batería, el motor es el segundo elemento al que más atención has de prestar. Suele haber dos tipos de motores: uno de corriente continua y otros llamados “brushless”, que son más modernos y que aportan una mayor vida útil y una mejor potencia de arranque.
Pantalla: un sinfín de posibilidades
Este es el elemento donde más se puede notar la diferencia de precios. La pantalla LCD se instala en el manillar con su botonera y ofrece información sobre cómo funciona el equipo eléctrico. Si buscas algo básico lo normal es que te de información sobre el modo de conducción y el nivel de carga de la batería, pero hay pantallas que te ofrecen un sinfín de parámetros, además de los mencionados: distancia recorrida, nivel de potencia, velocímetro, reloj, tiempo y distancia parcial, unidades en kilómetros y metros por horas, temperatura, etc…
Volver a dar pedales
Ten en cuenta que el proceso de convertir una bici en una e-bike es mucho más personalizable. Podrás elegir diferentes motores, baterías y demás componentes para que se ajuste exactamente a lo que necesitas. Desde motores de 250 hasta 1.000 vatios, baterías que te pueden dar una autonomía extra, ordenadores de a bordo o sencillas botoneras… Las posibilidades son infinitas.
Si quieres pasarte a la movilidad sostenible más alternativa, pero no quieres desprenderte de tu vieja bici de siempre, ya no tienes excusa. Aprovecha las ventajas de la tecnología y ¡vuelve a dar pedales!
Y recuerda: respeta siempre las normas y utiliza el casco. Por tu seguridad. Por la de todos.