Una batería que no funciona es sinónimo de un coche que no arranca. Podemos tener el mejor de los motores, el mayor equipamiento en seguridad, los neumáticos con más agarre… si la batería falla ni siquiera podremos iniciar la marcha y de poco nos servirá el resto.
La batería sigue siendo la principal causa de las averías del coche. Y lo más llamativo es que la mitad de estos fallos podrían evitarse si se hiciera un correcto mantenimiento y cuidado de esta pieza. Pero ¿cómo hacerlo? y ¿qué hay que tener en cuenta para que la batería no sufra más de la cuenta?
Para empezar, has de saber que las probabilidades de sufrir una avería en la batería aumentan con el tiempo frío, ya que las bajas temperaturas hacen que sufra mucho más. Puedes comprobar su estado acudiendo a un taller o bien lo puedes hacer en casa usando una herramienta específica que te indique el nivel de carga de la batería.
Inactividad y trayectos cortos
Otro consejo importante es no dejar el coche parado durante más de dos semanas, ya que tienes muchas probabilidades de que la batería acabe descargándose. Tras el confinamiento vivido el año pasado -periodo en el que muchos coches estuvieron más de tres meses aparcados- muchos conductores necesitaron asistencia para volver a arrancarlos. Tampoco ayuda demasiado a la batería el realizar trayectos cortos: se estima que se necesitan 10 km como mínimo para que la batería recupere la misma energía que ha necesitado a la hora de arrancar el vehículo. Lo contrario sería impedir que la batería se recargara totalmente.
Otro punto importante al que a menudo no se presta atención es el de evitar utilizar las funcionalidades eléctricas del coche cuando el motor no esté arrancado (como, por ejemplo, la radio). También es importante que revises el estado de todo el sistema eléctrico cuando sea necesario.
¿Cuándo cambiar la batería?
No hay un plazo fijo estimado, ya que hay muchos factores que influyen en su estado: conducción, clima, etc… No obstante, siempre se recomienda de manera general revisar la batería cada 6 meses si el vehículo tiene una antigüedad igual o superior a los 2 años. Y si tiene más de 4 años, aunque siga funcionando, lo más conveniente es que la cambies, ya que podría dejar de funcionar en cualquier momento.
Indicios de que algo no va bien
Hay muchos vehículos que ya avisan de que la batería presenta anomalías a través de testigos visuales en el cuadro de mandos. No obstante, también existen indicios muy claros de que nuestra batería podría estar en las últimas. Si tras la girar la llave de contacto al motor le cuesta arrancar más de la cuenta, la batería será con toda probabilidad el problema. Y también si observas un funcionamiento defectuoso de diferentes elementos del interior del vehículo. Como la batería influye en los distintos dispositivos del coche (radio, GPS, aire a condicionado…), un uso irregular de los mismos puede deberse, precisamente, a que la batería esté empezando a fallar.
Por cierto, te recordamos que es obligatorio reciclar la batería en el momento del cambio, tal y como marca la normativa sobre gestión ambiental de residuos.