¿Autoescuelas o cursos de conducción avanzada?

Josep Camós

1 de febrero de 2012

Interesante, la pregunta que nos llega a través del formulario de contacto sobre la formación de conductores. Elisa nos plantea el siguiente dilema:

Supongamos que una persona se acaba de sacar el carnet y quiere seguir aprendiendo de manos de un buen profesional. ¿Qué opciones tiene? En general veo dos: autoescuela (están muy llenas de alumnos y es difícil que te encuentren ‘huecos’), o cursos de perfeccionamiento (son una cosa puntual). En fin, ¿qué podéis recomendar a alguien que quiere seguir aprendiendo de manera regular?

Al leerla me parece que la pregunta merece algo más que un correo electrónico por respuesta, así que hoy vamos a hablar de la formación de conductores más allá de la obtención del permiso, sobre las opciones que tenemos y sobre cuál es la más idónea para cada caso. Porque, sí, quizá a una persona le convenga una solución que a otra no le va tan bien.

Aprender en familia

Aprender a conducir

Incorporo esta opción a sabiendas de que alguno arrugará la nariz en cuanto la vea, pero quizá otros no tanto. Como todo en la vida, no se trata simplemente del método o herramienta que se emplee, sino quién la ponga en acción. Pongo un ejemplo práctico con nombre y apellido: Javier Costas. Nuestro compañero ha afirmado en más de una ocasión que siendo un crío su abuelo, Paco Costas, lo formaba en un circuito. ¿A alguien se le ocurre un maestro mejor?

La limitación de este sistema, por lo tanto, no está tanto en que sean los familiares quienes ayuden al conductor en su perfeccionamiento, sino saber de un lado si esos familiares poseen unos mínimos conocimientos sobre la materia que imparten y si tienen las habilidades y las actitudes propias de alguien que tiene que formar a otra persona en una materia tan delicada como es el perfeccionamiento de la conducción. Y ahí es donde podemos encontrar sorpresas desagradables.

Que una persona crea que sabe conducir no quiere decir que sepa conducir. Y aunque sepa conducir de un modo razonable, no tiene por qué saber transmitir su experiencia a otra persona. Eso, si aceptamos que haya alguien que realmente sepa conducir, claro. Yo prefiero pensar que estamos a bordo de un aprendizaje continuo sin un final a la vista.

Aprender más en la autoescuela

Clases en autoescuela

Mejorar el aprendizaje en una autoescuela, en una escuela de conductores si nos ponemos serios, es una opción muy válida para un determinado grupo de conductores: aquellos que, con todo y con haber aprobado el examen en su día, no se ven a sí mismos capacitados para ponerse al volante.

En un caso extremo, hablaríamos de conductores aquejados de amaxofobia, y en ese caso desde luego es necesario el papel de un profesor de formación vial que conozca los recursos para hacer frente a ese trastorno, pero sin llegar a ese punto hay conductores que se notan faltos de soltura, por ejemplo, y pueden recibir unas clases donde el profesor les indicará en qué fallan y cómo pueden poner remedio a esas carencias.

Por propia experiencia puedo asegurar que muchos conductores de este perfil recibieron en su día una formación algo precaria y cuando buscan ayuda generalmente les fallan conceptos básicos, tanto en la parte mecánica del manejo del vehículo como en cuestiones relativas a la observación, nada que no pueda enderezar un buen profesor de formación vial sensible con estos problemas. Además, en casos como estos se incorporan temas relativos al tráfico y a la circulación, sobre todo si el conductor lleva mucho tiempo sin coger un coche.

Aprender en un curso de conducción avanzada

Cursos de conducción en condiciones de baja adherencia

Finalmente, hay conductores que, con todo y tener los conocimientos, destrezas y actitudes necesarios para una conducción segura, y teniendo la soltura que da coger el coche prácticamente a diario, entienden que a medida que pasa el tiempo los coches evolucionan e incorporan sistemas que hay que conocer más allá de la parte teórica, o bien hay situaciones que nunca han podido practicar de forma suficiente y en compañía de alguien que sepa más del tema, como el caso de conducción en condiciones de baja adherencia, y también los necesarios aprendizajes sobre conducción eficiente.

Para estas personas, un curso de perfeccionamiento de la conducción es lo más indicado. En el debate que propició allá por diciembre Esteban Viso sobre si los cursos de perfeccionamiento son deseables o necesarios, incluso llegamos a esbozar si no deberían ser obligatorios. En este sentido, la verdad oficial dice que lo que se impone por obligación difícilmente se acepta de buen grado, y ese es un aspecto en el que no puedo estar de acuerdo, más si tenemos en cuenta que el interés por estos cursos se da normalmente en personas ya sensibilizadas con el problema vial.

Por otra parte, está la pregunta de cuándo hacer un curso de perfeccionamiento de la conducción. Y aquí también depende de cómo sea el conductor. Si hablamos de un conductor novel, lo más recomendable es que esa formación adicional se realice cuando el conductor ya haya integrado, ya haya hecho suya, toda la formación que recibió al obtener el permiso de conducir. Y si hablamos de un conductor que se sienta muy inseguro con el coche, quizá lo más recomendable es que antes pase por la autoescuela y descarte (o ponga remedio a) el miedo a la conducción.

De todas formas, este tipo de formaciones revisten un problema común, y es que por su estructura desatienden algo que es la base fundamental de la formación vial: la repetición para la consecución del hábito. Claro, en las clases puntuales que puedan tener lugar en una autoescuela y en los cursos de perfeccionamiento de la conducción se machacan algunos detalles que están fallando, pero luego le queda al conductor la difícil tarea de mecanizar lo aprendido y, dependiendo de cómo sea la persona, ese proceso puede llevar su tiempo, por lo que es el conductor quien debe estar atento a modificar sus hábitos ya en solitario.

Quitando eso, vuelvo a insistir hasta la afonía si es preciso en la necesidad de realizar una formación continuada sobre algo tan serio como es el manejo de vehículos. Por opciones no creo que sea…