Hace ahora justamente cuatro años, debatíamos en Circula Seguro acerca del caso de Clàudia Fornos, una chica de 12 años a la que su padre, profesor de formación vial, quería enseñar a circular recorriendo España. Ya entonces dijimos que había motivos para estar a favor y en contra de la medida, dejando muy claro de entrada que todo era absolutamente legal, y lo mismo sucede ahora que en Australia se plantean la enseñanza de la conducción a estudiantes de instituto.
Como sucedía en el caso de Clàudia Fornos, la enseñanza no corre a cargo de una persona cualquiera. En aquel caso, se trataba de un profesional acostumbrado a trabajar con el doble mando cada día. En el caso australiano, la instrucción de los chavales de entre 12 y 18 años en el manejo de vehículos recae en ex pilotos de competición. Y lo más destacable es el motivo por el que lo hacen.
La razón a largo plazo es reducir la siniestralidad vial en Australia, un objetivo prioritario en nuestras antípodas. Quizá a nivel global dentro de la sociedad australiana el papel más destacable por la mejora de la seguridad vial lo representa, en el estado de Victoria, la TAC (Transport Accident Comission), que lleva desde 1989 lanzando campañas de concienciación para reducir la mortalidad vial, y desde luego sus mensajes han ido calando en la población.
Desde 2010, sin embargo, el programa CAMS Ignition, impulsado por la Confederación Australiana de Deportes de Motor (CAMS) va más allá y ofrece cursos de conducción a quienes todavía no han tocado un coche. En circuito y entre conos los chavales aprenden el manejo del coche, incluyendo por ejemplo frenadas a diferentes intensidades.
CAMS Ignition está dirigido a preconductores y conductores noveles, por ser un grupo de riesgo en Australia, y sus líneas de actuación se definen en varios puntos:
- Aprovechar el interés y el entusiasmo que tienen los jóvenes por los coches y la conducción.
- Redirigir el deseo juvenil de la diversión sobre ruedas hacia el automovilismo como un deporte de motor en un entorno seguro y controlado.
- Promover el uso responsable de los vehículos en la carretera.
- Mejorar las actividades relacionadas con la seguridad vial combinando la teoría de la educación vial y la transferencia de conocimiento.
- Alentar a los jóvenes y a los padres a participar en el debate sobre cuestiones tales como las estadísticas de los conductores jóvenes y el comportamiento social relacionado con la conducción.
- Involucrar a la comunidad, a sus líderes, a los padres, a las empresas, a la Policía y a otros organismos, en las actividades dirigidas a conductores jóvenes, ofreciendo a las comunidades la posibilidad de trabajar con el CAMS y sus 430 clubes de automovilismo.
- Utilizar personalidades relevantes del mundo del Motor como embajadores de CAMS Ignition.
Aprender a conducir, una asignatura más en el cole
Ahora, en 2012, la formación vial de los jóvenes en Australia ha vuelto al primer plano a consecuencia de que la tetracampeona de rallies Sue Evans esté realizando una prueba piloto de enseñanza de la conducción en el Instituto Heathfield de Adelaida, capital del estado de Australia Meridional. La actividad de Evans cuenta con el apoyo del CAMS dentro del programa CAMS Ignition.
Explica Evans que al tener en casa un hijo adolescente aprendiendo a conducir, le entraron las ganas de impartir educación vial entre los jóvenes, mostrarles los peligros de la carretera derivados de su experiencia como piloto y educarlos sobre los que considera principales factores de riesgo entre los jóvenes: distracciones, velocidad, falta de distancias y alcohol al volante:
Los chavales necesitan comprender la consecuencia de sus actos y programas como CAMS Ignition aportan la educación necesaria para ayudarles a tomar decisiones más seguras.
Sin embargo, hay otro punto que resulta aún más revelador y que encontramos no en las palabras de Evans sino en las del articulista que publica la noticia en ABC News, lo que nos aporta una visión mucho más global, más de la calle. Dice que el programa piloto que se desarrolla en Adelaida intenta enseñar a los chavales de 12 a 18 años buenos hábitos de conducción antes de que los chicos adquieran malos hábitos de sus padres o amigos. Touché.
Y es que a esas edades los jóvenes son una esponja: lo mismo aprenden a realizar una frenada con esquiva de forma magistral que aprenden a coger el volante con una sola mano y a pegarse al coche de delante simplemente porque es lo que han visto hacer en sus casas. Y luego pasa lo que pasa.
Vía | ABC News
Más información | CAMS
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